Ahora, los lulianos por Mario Cabrera



Me resisto a que la noticia de la vuelta a Fuerteventura del denominado 'Archivo de Betancuria' pase a las hemerotecas como una más. La recuperación de este fondo documental de los siglos XVII, XVIII y XIX, que en 1932 fue trasladado desde Antigua al Museo Canario, merece un subrayado doble. 

En primer lugar, porque es fruto del trabajo bien hecho. El impulso de Rosario Cerdeña y todo el equipo del Archivo Insular de Fuerteventura permitió localizar estos documentos, identificarlos y hasta relacionarlos con el acuerdo plenario del Ayuntamiento de Antigua que permitió su marcha a Gran Canaria, pero que también dejaba condicionado su futuro retorno. Desde el Cabildo y desde el Ayuntamiento, Nary Ruiz coordinó las  gestiones junto a Isidoro Hernández, por entonces concejal de Cultura.

El gran impedimento, la carencia de unas instalaciones adecuadas para albergar la documentación, se solventó hace poco más de un año con la entrada en servicio del nuevo edificio del Archivo Insular de Fuerteventura: el más moderno de Canarias.

Con la infraestructura ya preparada, desde el Parlamento Nereida Calero retomó las reivindicaciones y, con el apoyo de Candi Umpiérrez, se consiguió sumar a la Consejería de Cultura del Gobierno de Canarias y a Miguel Ángel Clavijo, que incluyó la devolución de este material a Fuerteventura dentro de los acuerdos de colaboración que ha alcanzado con el Museo Canario de Las Palmas. El presidente Marcial Morales y el consejero Juan Jiménez se han encargado de culminar todo este proceso con éxito, gracias también a la implicación del  Ayuntamiento de Antigua y de su alcalde, Juan José Cazorla.

De esta manera, Fuerteventura ha conseguido recuperar un material histórico muy valioso. Y, sobre todo, ha sentado las bases para continuar recuperando elementos de su patrimonio histórico que a lo largo de los dos últimos siglos se llevaron fuera de la Isla.
Ahora que ya tenemos un Archivo Insular moderno y bien equipado, es el momento de gestionar entre todos la vuelta de los códices lulianos de Fuerteventura, los libros más antiguos escritos en Canarias, y que permanecen custodiados desde hace dos siglos en Gran Canaria.

Pero también el fondo de archivos judiciales que durante las dos últimas décadas han sido trasladados progresivamente a Telde, en una decisión que aún no hemos conseguido entender.

La próxima puesta en marcha del Museo Arqueológico Insular permitirá será el mejor  argumento para gestionar la vuelta a su isla de todo el material arqueológico que desde mediados del siglo XIX se fue trasladando progresivamente a museos de otras islas, especialmente de Gran Canaria  y Tenerife, ante la ausencia de instalaciones con condiciones óptimas en la Isla. Hay colecciones enteras en los almacenes de  estos museos.

No será fácil. No será inmediato. Pero Fuerteventura ya cuenta con infraestructura cultural suficiente para garantizar una adecuada gestión de estos elementos de su patrimonio histórico y cultural. Lo más difícil está hecho: tenemos el mejor equipo y las mejores infraestructuras. Ahora todo es cuestión de coordinar esfuerzos. 

Mario Cabrera González
Diputado por Fuerteventura
Grupo Nacionalista Canario