Alejandro Jorge entrega el acta de consejero del Cabildo de Fuerteventura y baja de militancia de Nueva Canarias

 


Cuando asumí la presidencia insular de Nueva Canarias en Fuerteventura, siempre tuve claro que, por encima de mis aspiraciones políticas, se situaban los objetivos electorales de la Organización.


En 2011 fui candidato a la alcaldía de Pájara, y el objetivo que nos marcamos por aquel entonces, estaba basado en obtener representación. En las elecciones locales de 2007, el partido venía de cosechar el 0,90 por ciento de los votos emitidos, de los cuales solo 54 fueron a parar a Nueva Canarias. Crecimos en cuatro años el 6,53 por ciento, alcanzando de esta forma el objetivo fijado.


En 2015 asumí la responsabilidad de ser candidato a la presidencia del Cabildo por la coalición electoral Nueva Canarias – Independientes de Fuerteventura. Trabajamos para sentarnos en el salón de plenos con al menos un acta y lo conseguimos.
En 2019, siendo ya elegido candidato oficial a la presidencia del Cabildo, (pero esta vez junto a Asambleas Municipales de Fuerteventura), llegó un momento en que renuncié a la candidatura, ya que la negociación se había estancado y mi intención era desbloquearla. Finalmente ocupé el número uno en la lista y obtuvimos tres consejeros, que junto al escaño en el Parlamento de Canarias, alcanzamos las metas electorales para esos comicios. Aunque he de reconocer que las relaciones con nuestros socios  de coalición electoral no fueron para nada fáciles.


Una vez terminadas las elecciones, pude gobernar desde el inicio en un pacto con Coalición Canaria y Partido Popular, pero esperé (aun a riesgo de no gobernar), a que el presidente de Nueva Canarias, Román Rodríguez, cerrara y firmara “El pacto de las flores”, pues cualquier movimiento por mi parte, podría suponer dejar a Nueva Canarias fuera del Gobierno Autonómico y a él sin la vicepresidencia. 

Después de presentarse el pacto en Tenerife, fue cuando accedí a firmar la moción de censura, nunca antes, como sí pretendía insistentemente el actual presidente del Cabildo y miembro del grupo político Nueva Canarias – AMF.


Tras firmar el pacto del Cabildo majorero, tuve y tengo muy claro que lo que se firma se debe cumplir, y no dudé un segundo en demostrar con hechos la lealtad y la responsabilidad necesaria para estar a la altura de lo que merece la Isla. Juntos los compañeros y compañeras formamos un gobierno fuerte, que se enfrentó con firmeza a una situación social y económica complicada.


El 22 de diciembre de 2020, mis dos compañeros de grupo político no acudieron al pleno, yo no lo sabía porque ellos nunca me dijeron nada. A partir de ahí, tenía claro que nos quedaríamos en minoría, porque la ausencia de los dos no era casualidad sino una acción premeditada, llevada a cabo para desbancarnos del gobierno. En lo que a mí respecta, desde el primer minuto trabajé junto al presidente del Cabildo, Blas Acosta, para evitar la moción de censura que planeaba sobre nosotros.


El 22 de febrero de 2021, tomé la decisión de dimitir como presidente del partido en la Isla, porque si en un principio asumí la petición de Nueva Canarias de ceder mi candidatura a Sergio Lloret para que optara a la presidencia insular, no lo hice en el momento que me lo pidió. Tras reflexionar me negué, porque hubiese convertido a Nueva Canarias en un cooperador necesario para censurar a Blas Acosta. 

Y además hubiese quedado como un traidor a ojos de Fuerteventura, dando así por concluida mi trayectoria política. Asumí las consecuencias y presenté mi dimisión como presidente insular del partido a Román Rodríguez.


Como ya es sabido, no hubo moción de censura, el procedimiento que se abriría entonces sería de elección presidencial. Ese fue el momento en qué cedí mi candidatura, ya que AMF me trasladó que la candidata de Coalición Canaria y el candidato del Partido Popular, no se votarían y sí lo harían por LLoret, lo comprobé previamente y fue lo que terminó sucediendo. 

En mi caso, opté por mantener “El pacto de las flores” hasta el final, y aun sabiendo que teníamos la votación perdida, levanté la mano por la candidata socialista, María Jesús de la Cruz Monserrat. Me sentí muy orgulloso de mantener la palabra dada.


He de decir, que es cierto que tuve propuestas en firme para incorporarme al nuevo grupo de gobierno, hasta en tres ocasiones me animaron a formar parte con importantes áreas de responsabilidad, que me permitirían contar con un mayor presupuesto para gestionar del que dispuse en el anterior pacto.

 Pero preferí estar en la oposición por coherencia política y lealtad. Lo que sí pedí fue que AMF respetara a la compañera concejala en Pájara, pues respecto a ella, se había producido un gran incumplimiento, dejándola prácticamente cinco meses fuera del gobierno municipal por decisión exclusiva del alcalde. Y no quería que sufriera otro episodio similar.


Desde el momento de mi dimisión como presidente insular de Nueva Canarias, le manifesté a mi familia que, una vez concluidos los procesos de recomposición de los órganos internos de la Organización, pondría fin a mi militancia en el partido. 

En todos estos meses he mantenido una postura imparcial, sin interferir ni perjudicar de ninguna de las maneras, y sin tomar decisiones que desviaran la atención de lo que realmente importaba, que no era otro asunto que la elección de la nueva dirección política en Fuerteventura.


Desde el 11 de junio del presente año Matías Peña es el nuevo líder insular del partido. Y hoy, 5 de julio de 2022, anuncio pública y oficialmente mi marcha de Nueva Canarias.


Antes de proseguir, me gustaría dejar claro que mi decisión no se debe a la elección de Peña, pues hablé con él en su momento para explorar su incorporación a la organización.


Me gustaría transmitir que junto a mi marcha de Nueva Canarias, también he tomado la determinación de dejar el acta de consejero del Cabildo, renunciando con ello a las retribuciones económicas que vengo percibiendo como portavoz suplente de Nueva Canarias–AMF en el Cabildo.


Es cierto que la decisión de dejar el acta me corresponde exclusivamente. Respeto lo que puedan hacer otras personas en mi lugar, pero es que el acta, aunque yo la ostente, siento que no es de mi exclusiva propiedad aunque lo diga una Ley. Pertenece también a todos los compañeros y compañeras que trabajaron durante la campaña electoral. Interventores, apoderados, militantes, simpatizantes, integrantes de la candidatura, los que pegan los carteles, los que reparten los programas electorales, los que van en los coches anunciando los mítines, los que montan los escenarios, los votantes…


Sin ellos no habría ni candidatura ni acta, por eso es de todos y todas. Porque si bien trabajé mucho para obtenerla, todos los compañeros y compañeras sumaron sus granos de arena. Si tengo derecho a ser consejero del Cabildo, las personas que me siguen en la lista electoral lo tienen del mismo modo.


Además dejo el acta en este momento para no entorpecer la estrategia política que tenga pensada Nueva Canarias, pues podría esperar al último mes para hacerlo. Por parte de Alejandro Jorge no habrá ningún problema para que este partido continúe manteniendo en el salón de plenos del Cabildo majorero, la representación que se ganó legítimamente en las urnas, sería muy injusto quedarme con el acta y privar a otra compañera u compañero de portarla. No voy a manchar la imagen de Nueva Canarias, ni a echar por tierra más de doce años de militancia activa. Si no quiero continuar en este proyecto, lo honesto es poner fin, pero hacerlo como me han enseñado mis padres: con agradecimiento, respeto y la cabeza alta.


Les puedo asegurar que este final no empañará la trayectoria que he forjado en este partido, y  por eso quiero decirle a toda la militancia y a todos los votantes: Muchas gracias.


A mi familia, amigos, compañeros de Corporación, personal de la Institución Insular, medios de comunicación, a la isla de Fuerteventura, quiero decirles que estaré ¡eternamente agradecido! Pido disculpas por mis errores y lamento si he ofendido en algún momento a alguien. Respecto a los éxitos cosechados, todos son colectivos.


            Los que me conocen saben que lo que más valoro es la lealtad. Por eso quiero terminar con una frase de un conocido escritor estadounidense, “La verdadera lealtad se prueba, no se proclama”.


       Alejandro Jorge Moreno.