Ana Belén Rodríguez de la Robla su SONRISA VERTICAL y sobre Louise Glück ,premio nobel Literatura 2020

 


Ángel Díaz Arenas

            Leamos[1] lo Jaime Siles escribe sobre la reciente Premio Nobel de Literatura del 2020 en su Louise Glück, el lenguaje de la fe: «Una de las claves implícitas de su poética es que “en nuestro mundo/ hay siempre algo escondido“ que el poema ayuda a desvelar-La poeta Louise Glück gana el Nobel de Literatura 2020»“[2]: El universo lírico de Louise Elisabeth Glück (Nueva York, 1943) tiene cierta afinidad con el de las desleídas y disueltas acuarelas de flores de la O’Keffee[3]-

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con cuyas intimidades líricas posee un parecido natural. Su clásico uso del apóstrofe logra que el discurso no transcurra fuera sino dentro del lector. 

Lo que vuelve del olvido constituye la base de su voz. Y su fondo son «sombras azules / y profundas en celeste aguamarina» que ofrecen el espectáculo de un texto que procede por planos de escritura que funcionan no como instancias sino como movimientos y en los que el análisis de los mismos es consecuencia de una precisa síntesis entre inteligencia y percepción. Su desarrollo no viene dado en el final sino insinuado y concluido casi en su principio, como si fuera «una imagen de la parte, y no de la totalidad». 

La palabra fluye desde el yo como un líquido en el que tomara cuerpo la conciencia y cuyo protagonista máximo no fuera otro que la luz que va iluminando la materia y que, al hacerlo, la libera de todo lo que la historia ha ido poniendo encima de las cosas y que se interpone entre ellas y nosotros como una oscuridad.

 Louise Glück practica, pues, una especie de desvelamiento que nos obliga a hundirnos «en la oscuridad y la luz al mismo tiempo» y que genera una vivencia de la indeterminación muy próxima a uno de los principios de la física moderna, pero también a ese neokantianismo estético que inspiró tanto la pintura cubista como la poesía pura, aunque hay que decir que ésta no lo es.

 A lo que sí se aproxima, y mucho, es a las formulaciones de la ascética. Una de las claves implícitas de su poética es que «en nuestro mundo/ hay siempre algo escondido» que el poema ayuda a desvelar. Su punto de ignición es la sorpresa, pero ésta no surge del lenguaje sino de la observación de la realidad. 

Por eso se sitúa en «el instante en que nada es pasado todavía», aunque el punto inmóvil que esta escritura busca no es el eliotiano[4] sino otro que algunas veces se puede identificar con el vacío, aunque el vacío aquí tiene siempre algo detrás. Por su libro «Ararat» desfila un sinfín de íntimos fantasmas: padres, hermanos, tíos, hijos, sobrinos, casas, pueblos y sitios con los que el yo establece un diálogo, más objetivo que cordial. 

Libro más aristotélico que platónico, su tema no es otro que el amor o -mejor- las formas del amor con su inagotable catálogo de múltiples variantes. Eso y el misterio que acompaña a toda relación y a las heridas que inevitablemente el trato siempre causa: «argumento significa historia de amor».

 Uno de sus poemas-clave es «Viudas», en el que puede verse un modo poco usual de feminismo y un tratamiento en profundidad de este estado civil de la mujer. Pero ya he dicho que este libro participa del espíritu griego y, por eso, no duda en introducir en él a las Furias, que son aquí no tanto un trasfondo como un componente. 

La figura de la madre o de la hermana muerta, el imán del afecto perdido o las limitaciones y angustias del hablante conforman un magma que hace que una herida en el corazón lo sea también en la mente, y que, en su lectura, sintamos piedad de nosotros mismos.

 No hay aquí catarsis sino la sensación de un constante e inútil sufrimiento que el poema transmita. Poesía de dureza moral, no oculta las cosas, sino que las deja reducidas a la más cruda desnudez de su verdad, que es lo que constituye su materia poética. 

Podría, pues, hablarse de cierto realismo, en el que la objetividad de la visión deja fuera el lenguaje de las emociones y en el que la persona poemática se comporta con la frialdad de un sociólogo. Incluso podría decirse que ciertas zonas de su escritura son menos poéticas que sociológicas, porque lo que algunos de sus poemas critican e interpretan son las disfunciones de su cultura y de su sociedad.

 Esta es la parte más trágica(mente) griega de su obra, pero también la más genuinamente americana. Estamos, pues, ante una poesía realmente moderna por su lenguaje hablado y, más que por sus tonos, por lo que podríamos llamar «su entonación», que es lo que permite identificar la compleja sencillez de su técnica, consistente en focalizaciones instantáneas. 

El conocimiento que transmite es saber que la muerte no tiene contrapunto ni armonía ni intérpretes; que «amar la forma es amar los finales»; y que «una lengua muere porque -o cuando- no necesita ser hablada». Lo que en esta escritura nos subyuga es la calidad de un lenguaje poético que parece no serlo y el haber sabido encontrar en su habla de mujer los rasgos opcionales de su eficiente lenguaje poético.

 En «Averno», el texto que da título al libro, supone una mirada sobre todo aquello de lo que uno se despide y que quiere de alguna forma conservar porque el tiempo sin memoria carece de sentido. Para Louise Glück la poesía es un modo de conocimiento más que un sistema de expresión. La dialéctica que lo rige es la de un tiempo rescatado que funciona «como un pulso/ entre el cambio y la inmovilidad», al que no escapa su vida amorosa, convertida aquí en objeto de meditación. Las siete edades (poemario) recorre la vida de su autora. Concebido como vida en hipótesis, este libro indaga en lo que ella misma llama un «lenguaje de la fe» que le permite regresar no a un tiempo dado sino a un deseo sentido“ (pero tal vez no vivido).

            Escrito que complementamos con las sobrias palabras que escribe, complementa e ilustra Juan Carlos Delgado en su La poeta Louise Glück gana el Nobel de Literatura 2020: La autora estadounidense, que no estaba en las quinielas de este año, ha sido galardonada «por su inconfundible voz poética que con austera belleza hace universal la existencia individual»-Tres poemas para conocer a Louise Glück, premio Nobel de Literatura 2020“[5], texto en el que Carlos Delgado confiesa: «La poeta estadounidense Louise Glück ha ganado el premio Nobel de Literatura 2020, según acaba de dar a conocer el secretario de la Academia Sueca, Mats Malm, desde la sede de la institución en Estocolmo.

 Glück, que no estaba en las quinielas de este año, ha sido galardonada “por su inconfundible voz poética que con austera belleza hace universal la existencia individual”, según el fallo de la institución. 

Nacida en Nueva York el 22 de abril de 1943, Glück se graduó en 1961 en la Hewlett High School neoyorquina, y luego asistió al Sarah Lawrence College y a la Universidad de Columbia. 

El Nobel de Literatura viene a coronar una larga y reconocida trayectoria, que comenzó a finales de la década de los sesenta con la publicación, en 1968, de su primer libro, “First born“ que fue reconocido con el Academy of American Poets Prize. Desde entonces, ha publicado doce colecciones de poesía, todas ellas caracterizadas por la búsqueda de claridad. 

La infancia y la vida familiar, la estrecha relación entre padres e hijos, y entre hermanos, son los temas centrales de su obra. 

La autora estadounidense es una de las figuras más relevantes de la poesía contemporánea norteamericana, con títulos tan importantes como “Ararat“, “Averno“, “El iris salvaje“, “Las siete edades“, “Praderas“, “Una vida de pueblo“ o “Vita nova“, todos ellos publicados en España por la editorial Pre-Textos.

 En sus poemas, el yo escucha lo que queda de sus sueños e ilusiones, y nadie es más duro que ella la hora de confrontar las ilusiones del yo. Pero, aunque Glück nunca negaría la importancia del trasfondo autobiográfico en su obra, no debe ser considerada una poeta confesional. 

Como bien destaca la Academia Sueca en su fallo (elección), es una autora que busca lo universal, y para ello se inspira en los mitos y motivos clásicos, presentes en la mayoría de sus libros. 

“En la obra de Glück, las voces de Dido, Perséfone y Eurídice -los abandonados, los castigados, los traicionados- son máscaras de un yo en transformación, tan personal como universalmente válido“, destaca Anders Olsson, jefe del Comité Nobel. En ese sentido, la crítica coincide en señalar a “Averno“ (2006) como una de sus obras más significativas. 

Se trata de una antología poética “magistral“, en la que Glück plasma una interpretación visionaria del mito del descenso a los infiernos de Perséfone, cautiva del dios Hades.

 Con “El triunfo de Aquiles“ (1985), por el que logró el National Book Critics Circle Award, y “Ararat“ (1990), Glück empezó a tener un grupo cada vez más fiel y numeroso de lectores, tanto en Estados Unidos como fuera de su país de origen. 

En “Ararat“ se unen tres características que, posteriormente, se repetirán en su escritura: el tema de la vida familiar, la inteligencia austera y un refinado sentido de la composición que marca el libro como un todo. 

En sus ensayos, Glück cita el tono urgente de T. S. Eliot, el arte de la escucha interior de John Keats o el silencio voluntario de George Oppen, lo cual revela mucho de su propia poesía. Pero, sin duda, Emily Dickinson es la poeta con la que más nexos presenta, por su severidad y falta de voluntad para aceptar simples principios de fe. 

Para mí es tan obvio que escribir poesía es lo más milagroso que se puede hacer que tengo que recordarme a mí misma que no todo el mundo en el mundo quiere ser poeta. Mucha gente no está ni remotamente interesada en la poesía, pero para mí está tan claro que, por supuesto, es lo que quiero hacer...“ (veamos que el actual presidente de Estados Unidos -Donald Trump (*1946)- ni siquiera la ha felicitado; sí su predecesor: Barack Obama/*1961[6]):

 




Así concibe Glück la poesía, según explicó en un vídeo a Poets.org. Louise Glück (Video: Louise Gluck on Being a Poet). 

Como autora, no sólo está comprometida con los errores y las condiciones cambiantes de la vida, sino que también es una poeta del cambio radical y el renacimiento, donde el salto adelante se da desde un profundo sentimiento de pérdida. 

En una de sus colecciones más elogiadas, “El iris salvaje“ (1992), por la que recibió el premio Pulitzer, describe el milagroso regreso de la vida después del invierno, lo que realiza en breve y sencillo poema con chispas de soneto (14 versos) «Campanillas de invierno» (versión castellana de Adrián Viéitez):

 

                                    ¿Sabes lo que yo era entonces, cómo vivía? Conoces

                                    la desesperación; de este modo

                                    el invierno debería significar algo para ti.

                                   

                                    No esperaba sobrevivir

                                    a la opresión de la tierra. No esperaba

                                    despertar otra vez, sentir

                                    mi cuerpo sobre tierra húmeda,

                                    capaz de responder de nuevo, recordando,

                                    tras tanto tiempo, cómo volver a abrirme

                                    en la fría luz

                                    de la más temprana primavera—

                                   

                                    asustada, sí, mas (á) de vuelta contigo

                                    llorando sí riesgo felicidad

 

                                    en mitad del crudo viento del nuevo mundo».

 

Leamos -en esta línea carnal («sentir/ mi cuerpo sobre tierra húmeda,...», versos 6-7)- otro bello poema erótico-sexual, sensual, añorador y romántico (en un solo bloque poemático: abrazo intenso de dos cuerpos) de la poeta madrileña (incluso presente biográficamente en su línea 17: cursivas), Almudena Guzmán, que se titula: «Desnudo en sombra»[7]:

 

                        Volverse a enamorar.

                        Besar una piel que sabe distinto,

                        no encontrar puntos de referencia

                        que indiquen el momento justo,

                        la caricia perfecta,

                        la mano compañera.

                        Retornar a un cuerpo nuevo

                        sin los huecos del anterior,

                        no poder palpar una nuca excitada,

                        una espalda con escalofríos conocidos.

                        Qué pobre se queda el intento de amar igual a la primera vez.

                        Cómo pesa una boca tan sabida,

                        tan llena de humo compartido

                        ante la desconocida tan poco explorada, tan miedosa.

                        Cuánto cuesta abandonarte, lavarme de tu olor,

                        quitarme las huellas de tu peso,

                        desdoblarme en otra Almudena

                        y comenzar a hacer mía una figura

                        de la calle, que me asusta y que ¿quiero?

                        poseer, pero... tú, ahí estás tú,

                        traspasando con tu desnudo mi sombra,

                        consolándome pesaroso de mi dolor al terminar,

                        tu sonrisa y tu cigarrillo,

                        ese abrazo moreno rodeando mi cintura

                        y llevándome a un lecho desordenado...

                        y tus manos de violinista

                        volando y enredándose en mis senos.

 

Veamos esa “tu sonrisa” (verso 23) ligado a «LA SONRISA VERTICAL»[8] de Ana Belén, cuya «Poesía seudo-erótica intelectual» tratamos, analizamos y descubrimos (desnudamos) en este escrito y cuyas palabras introductoras (Nobel 2020, etc.) son una buena invitación de Louise Glück[9] y cuatro (4) versos de sus “Campanillas de invierno“:

 

                                    «recordando,

                                    tras tanto tiempo, cómo volver a abrirme

                                    en la fría luz

                                    de la más temprana primavera—».

 

BIBLIOGRAFÍA

 

DELGADO, Juan Carlos: La poeta Louise Glück gana el Nobel de Literatura 2020: La autora estadounidense, que no estaba en las quinielas de este año, ha sido galardonada «por su inconfundible voz poética que con austera belleza hace universal la existencia individual»-Tres poemas para conocer a Louise Glück, premio Nobel de Literatura 2020“, en: ABC. Cultura, (MADRID, Actualizado: 08/10/2020: 18:52h).

 

GARCÍA OBER, José Ramón: «La poeta Ana Belén Rodríguez de La Robla. “El poema hace lo que quiere, tiene vida propia”», en: Ecos de España y Latinoamérica, N°  07/02, (Múnich, julio de 2002), págs. 58-59.

 

GUZMÁN, Almudena: «Desnudo en sombra», en: Ellas tienen la palabra. Dos décadas de poesía española, (Madrid, 1997), pág. 519. Editores Noni Benegas & Jesús Munárriz. Ediciones Hiperión.

 

HORSTEN, Christina: «Die Musik der Gedanken», en: Abendzeitung. Kultur, (Múnich, viernes 8 de octubre de 2020), pág. 27.

 

SILES, Jaime: Louise Glück, el lenguaje de la fe: «Una de las claves implícitas de su poética es que “en nuestro mundo/ hay siempre algo escondido“ que el poema ayuda a desvelar-La poeta Louise Glück gana el Nobel de Literatura 2020»“, en: ABC. Cultura, (Madrid, 08/10/2020: 19:24h).

 

 



[1]                     La fotografía que figura en el título de este escrito (esto razona los trazos de líneas escritas e impresas) proviene de la página 58 del artículo-entrevista que va ilustrado con ésta de José Ramón García Ober: «La poeta Ana Belén Rodríguez de La Robla. “El poema hace lo que quiere, tiene vida propia”», en: Ecos de España y Latinoamérica, N°  07/02, (Múnich, julio de 2002), págs. 58-59.

[2]                     Jaime Siles: Louise Glück, el lenguaje de la fe: «Una de las claves implícitas de su poética es que “en nuestro mundo/ hay siempre algo escondido“ que el poema ayuda a desvelar-La poeta Louise Glück gana el Nobel de Literatura 2020»“, en: ABC. Cultura, (Madrid, 08/10/2020: 19:24h).

[3]                     Veamos una de esas azuladas flores («sombras azules»), cuya definición dice: Georgia O’Keeffe es conocida por sus paisajes y pinturas de flores del desierto. Sus cuadros de flores se interpretan a menudo como yónicos (ioni significa ‘útero’, ‘vagina’, ‘vulva’ o ‘vientre’) y toma el sentido de ‘fuente de vida’. Por ello sus flores son símbolos de fertilidad y vida. 

Recordemos que Georgia Totto OKeeffe (Sun Prairie, 15 de noviembre de 1887-Santa Fe, 6 de marzo de 1986) fue una artista estadounidense, conocida en especial por sus pinturas de flores, rascacielos de Nueva York y paisajes de Nuevo México y ha sido reconocida como la Madre del modernismo estadounidense“. Creó muchas formas de arte abstracto, incluyendo primeros planos de flores, como las pinturas de Red Canna, que muchos creían que representaban los genitales de las mujeres, aunque ella negó esa intención. La reputación de la representación de la sexualidad de las mujeres también fue alimentada por fotografías explícitas y sensuales que Alfred Stieglitz (1864-1946) había tomado y le había mostrado.

[4]                     Aclaración nuestra en italiano (no hemos dado con otra aclaración más clara en español): «Il correlativo oggettivo è un concetto poetico elaborato nel 1919 da Thomas Stearns Eliot (Saint Louis, 26 settembre 1888–Londra, 4 gennaio 1965), che lo definì come: «una serie di oggetti, una situazione, una catena di eventi pronta a trasformarsi nella formula di un'emozione particolare».

[5]                     Juan Carlos Delgado (Ciudad de México, *1989): La poeta Louise Glück gana el Nobel de Literatura 2020: La autora estadounidense, que no estaba en las quinielas de este año, ha sido galardonada «por su inconfundible voz poética que con austera belleza hace universal la existencia individual»-Tres poemas para conocer a Louise Glück, premio Nobel de Literatura 2020“, en: ABC. Cultura, (MADRID, Actualizado: 08/10/2020: 18:52h).

[6]                     Véase y léase el artículo en alemán de Christina Horsten: «Die Musik der Gedanken», en: Abendzeitung. Kultur, (Múnich, viernes 8 de octubre de 2020), pág. 27. Escrito cuyas primeras frases dicen: «Die Gedichte von Louise Glück haben immer etwas Privates und Intimes. Die US-Lyrikerin steht nicht gern in der Öffentlichkeit und wird doch mit Preisen  überhäuft – jetzt mit dem Literaturnobelpresis».

[7]      [7] Almudena Guzmán: «Desnudo en sombra», en: Ellas tienen la palabra. Dos décadas de poesía española, (Madrid, 1997), pág. 519. Editores Noni Benegas & Jesús Munárriz. Ediciones Hiperión. Conviene señalar que Almudena Guzmán (Navacerrada, Madrid, *1964) es una poeta y periodista española, cuya temática es fundamentalmente amorosa, sensual y sexual, haciéndose suyas, dentro de las posibilidades expresivas de la poesía española contemporánea, el verso libre y el lenguaje coloquial con frecuentes imágenes surrealistas. Está licenciada en Filología Hispánica y obtuvo su Doctorado con una tesis sobre Francisco de Quevedo y Villegas (Madrid, 14 de septiembre de 1580-Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 8 de septiembre de 1645). Señalamos a continuación siete (7) de sus poemarios: 1) Poemas de Lida Sal (1981), 2) La playa del olvido (1984), 3) Usted (1986: Finalista del I Premio Hiperión de Poesía), 4) El libro de Tamar (1989: Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla- 2.ª ed., 1991), 5) Poemas (1999), Calendario (2001), 6) El príncipe rojo (2005: Premio Internacional de Poesía Claudio Rodríguez) y 7) Zonas comunes (2011: XXIV Premio Tiflos de Poesía), etc.

[8]                     [8] Recordemos que “La Sonrisa Vertical” es una colección literaria de Tusquets Editores cuyas publicaciones se encuentran enmarcadas dentro de la literatura erótica. Los precursores de esta colección son el cineasta Luis García Berlanga (Valencia, 12 de junio de 1921-Madrid, 13 de noviembre de 2010) y la editora Beatriz de Moura (Río de Janeiro, Brasil, *1939), que en los años 1970 comenzaron a desarrollar un proyecto que terminaría viendo la luz del día en 1977. En la fecha del mes de octubre de 2008, componían ya la colección más de 130 obras de autores de todo el mundo. En esta colección se publicaban las obras ganadoras del Premio La Sonrisa Vertical. El nombre de la colección es una expresión que figura al sexo femenino, originada en la Francia del Siglo XVIII.

[9]                     Sus traducciones al castellano hasta el momento son las siete (7) siguientes: 1) El iris salvaje (2006), 2) La diferencia entre Pepsi y Coca-Cola: antología de poesía norteamericana contemporánea (2007), su traductor es Julio Mas Alcaraz, 3) Ararat (2008), 4) Poesía selecta (2008), su traductor es Beverly Pérez Rego, 5) Las siete edades (2011), 6) Averno (2011) y 7) Praderas (2017).