Dos Escritores Españoles Ee Marruecos y un Invitado Mexicano: Rafael Chirbes, Juan Goytisolo y Carlos Fuentes
10 de octubre de 2018 (18:15 h.)
(Madrid, 2018), 297 páginas. Editorial Verbum. ISBN: 978-84-9074-759-9.
Ángel Díaz Arenas
Ángel Díaz Arenas nació en Santander (España) en 1937 y es filólogo,
lingüista y crítico (semiólogo) literario. Está licenciado en Filología
Románica (Historia de la Lengua Española) por la Universidad de Murcia, es
Magister Artium en Románicas y Germánicas por la de Múnich, es Doctor en
Filología Románica y Filosofía por la de Salzburgo, donde se presentó al
concurso de Catedrático Universitario; asimismo tiene el Doctorado en Teoría de
la Crítica Literaria por la Universidad de Oviedo. Tiene publicados, en preparación o estudio editorial
(aparte de más de un centenar de artículos) treintaitres (33) libros de los que referenciamos los dos último editados: 30) Federico García Lorca vive en su obra: Tres visiones de una vida pretérita, pero de
una obra eterna (Vigo, 2018) y el presente, 31) Dos
escritores españoles en Marruecos y un invitado mexicano: Rafael Chirbes, Juan Goytisolo y Carlos Fuentes (Madrid, 2018). Al interesado le aconsejamos consultar el
“Prólogo” (págs. 13-16) de José Manuel López de Abiada presente en nuestro Gabriel García Márquez: Cien
años de eternidad (Humo, papel y ceniza),
(Madrid, 2016). Editorial Verbum.
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En este escrito presentamos a los
siguientes tres escritores (los tres ya difuntos), Rafael Chirbes, Juan Goytisolo y Carlos
Fuente, aprovechando
nuestro recuerdo personal y propio, pero sobre todo mostrando cómo estos rezan
en el recuerdo de los medios de
comunicación, la crítica y la sociedad lectora, tarea que iniciamos hablando de
Rafael Chirbes, del recuerdo personal que de él nos queda, algo de su obra y
sobre todo su destino final, sucesores y Fundación, etc.
Seguimos con otro
conocido, Juan Goytisolo, cuya obra siempre hemos leído y admirado, pero por
esa razón de escritos tan heterogénos, ambiguos, varios y extraños (veamos ese Makbara
con su mensaje de muerte y cementerio), que siempre nos han extrañado y de
algún modo frenado. Teníamos proyectado continuar con Jorge Semprún y su obra,
pero como ya le hemos tratado repetidas veces y generosamente (véanse nuestros
libros «Que nos quiten lo bailado» o bien Fin de ‘El largo viaje’ de Jorge Semprún) hemos decidido continuar
y cerrar este escrito con un conocido, amigo y admirador de él, Carlos Fuentes,
quien en su día opinó y escribió
agudamente sobre La escritura o la vida: «Como todo gran
libro -y La escritura o la vida es uno de los más grandes libros que yo
he leído-, éste de Jorge Semprún es un canto a sí mismo y una transgresión
revolucionaria de los géneros. Sólo que, en Semprún, los dos motivos se
entrecruzan constantemente.
Canto a su propia gestación como libro, La
escritura o la vida se gesta como poema, novela, ensayo, documento,
memoria. Cada uno de sus grandes temas -el mal y la muerte, la memoria y la
mirada- asume las diversas maneras genéricas para acercarse a la materia misma
que da el título al libro. ¿Escribir o vivir?». Sin olvidar el canto que él hace de
Semprún en sus Años con Laura Díaz; y también de otro de los tres
presentados, Juan Goytisolo, escritor mexicano al que le unió un gran amistad,
quien no sólo le invitó a visitarle en su domicilio marroquí, sino que incluso
le hospedó en su piso parisino como informan las «Rutas Cervantes:
Paris: Instituto Cervantes: Ruta Carlos Fuentes»: «La amistad que
hasta la fecha une a los dos escritores propició una estancia de Carlos Fuentes
en la rue Poissonnière en 1973, donde, en el departamento prestado por Juan
Goytisolo y Monique Lange, prosiguió la redacción de Terra Nostra.
Agradecido,
expresa su reconocimiento el novelista: a Monique Lange y Juan Goytisolo,
por el refugio de la rue Poissonnière, p. 5.» Esto es todo: presentar y hablar de
tres conocidos circunstanciados, quienes -señalamos- no fueron nunca nuestros amigos,
pero sí nuestros conocidos circunstanciados. Esto es todo: presentación de
tres escritos diversos y diferentes que tal vez interesen al curioso lector,
poseyendo su lectura la ventaja que pueden leerse y ojearse aisladamente e
incluso en el metro, autobús, tranvía y si llega el caso en un vuelo aéreo.
Gracias y buena lectura. Ya saben, «Tout est pour le mieux dans le meilleur
des mondes possibles», y esto sin Candide y mucho menos su poco
cándido Voltaire.