El juego, la diversión y el
entretenimiento es algo que ha acompañado al ser humano desde siempre. Es parte
de nuestra evolución como civilización y de la cultura que nos rodea. Pero hoy
queremos fijarnos especialmente en los juegos de azar, esos en los que la
suerte tiene algo (o mucho) que ver en el resultado final.
Podemos pensar que los juegos de
azar son algo muy moderno, como el bingo o jugar a
la ruleta en casino online de Betsson; pero nada más lejos de la
realidad. De hecho, se conocen detalles de hace miles de años, tanto en
apuestas deportivas
como en otros juegos en los que el elemento de la suerte aparece
constantemente. LOS PRIMEROS JUEGOS DE AZAR DE LA HISTORIA
Para encontrar las primeras señales de juegos de azar tenemos que remontarnos
al año 2.600 antes de Cristo, a los asentamientos de Asiria y Sumeria.
Estas
civilizaciones hacían uso de pequeños huesos de animales para sus apuestas.
El
más común era uno que se extraía del talón, llamado astrágalo, al que
terminaban de darle forma para que pudiese caer en cuatro posiciones distintas.
Como puedes imaginar, este es el
precursor del dado que conocemos, aunque si avanzamos un poco más en los libros
de Historia encontraremos otro más similar.
Estamos en el Antiguo Egipto, en el
año 2.000 a. C., y los hallazgos arqueológicos indican que ya utilizaban
pequeñas piedras talladas con seis caras. Era una forma de diversión bastante
común para los egipcios.
Pero cuando verdaderamente se
volvieron un elemento de juego y azar fue con la expansión de la cultura griega
y romana.
Muchos autores y filósofos de la época detallan algunos juegos en los
que intervenía el dado, algo que condenaban por la fuerte implicación de la
suerte en su resultado. También la civilización india tuvo una gran influencia
en los primeros juegos registrados con uno o varios dados.
Las primeras apuestas
Las apuestas, en sus diversas modalidades, también tuvieron un inicio similar
en el tiempo.
Sobre el 3.000 antes de Cristo, aparecen en China las primeras de
ellas, especialmente ligadas a los juegos de mesa que nacieron allí. Antes del
500 a. C. ya se habían extendido por todo el mundo conocido.
Había apuestas en competiciones
deportivas egipcias, en el famoso circo romano, y más adelante, en las justas y
competiciones de tiro con arco que se vivían en la Edad Media.
En general,
siempre que hubiese opción de encontrar un ganador y un perdedor, aparecía un apostante
para enfrentarse a otro.
En el norte de América, algunas
tribus de la Costa Este de Estados Unidos elegían unos días concretos en los
que podían realizar apuestas.
Estas podían ser tanto de juegos de mesa como en
competiciones con los caballos o entre ellos mismos.
Para terminar este repaso por la
historia de los juegos de azar, lo último que conocemos son los naipes o cartas.
Desde la Edad Media hasta ahora,
con su origen en Francia, se han ido extendiendo y multiplicando las opciones
de jugar; llegando a convertirse en uno de los entretenimientos más buscados en
un casino online o en un local físico.
Como puedes ver, aunque hablemos
de momentos históricos muy separados en el tiempo, las apuestas y los juegos de
azar son algo común a todas las civilizaciones.
La diversión y la posibilidad
de acertar o fallar una predicción es algo que mueve al ser humano, y por eso
ha llegado hasta nuestros días.