En Corralejo La maquinaria de molturación del molino de Domingo Estévez recupera su antiguo esplendor
03 de junio de 2015 (15:12 h.)
El taller de carpintería de Domingo Molina en La
Matilla ha completado los trabajos de restauración
3 de junio de 2015
La restauración del
molino de Domingo Estévez, en Corralejo, ha finalizado ya, tras completarse la recuperación
de toda su maquinaria en el taller que regenta el carpintero Domingo Molina en
La Matilla, unos trabajos que comenzaron el pasado mes de febrero.
La rehabilitación
del Molino de Domingo Estévez y la ejecución de la plaza pública en el solar
donde se ubica esta antigua estructura, en el centro de la localidad de
Corralejo, ha contado con una inversión de 171.000 euros por parte del Cabildo,
destinada a contratación de las obras. "Los resultados son satisfactorios pues
los vecinos y los turistas van a acercarse a conocer y disfrutar, en este espacio,
de un importantísimo elemento del patrimonio industrial majorero", valoró
Mario Cabrera.
El Ayuntamiento
de La Oliva ha realizado también una importante aportación, "al conseguir
adquirir la propiedad del inmueble y del solar, que se encontraban en manos de
una familia belga", explicó Claudina Morales. El consistorio norteño ha
asumido también la dirección de las obras.
Con respecto a
la restauración de la maquinaria del molino, llevada a cabo en su taller junto
a su colaborador Félix Miranda, Domingo Molina detalló que en este tipo de
encargos "la idea es recuperar todo lo que sea recuperable, la madera, por
supuesto, y los hierros también. De los molinos que hemos restaurado nosotros,
este es el más pequeñito, y lo distinto que tiene es que en las aspas no llevan
vela, no llevan lona, sino que se le van poniendo y quitando tablas según la
necesidad, para cambiar el tamaño y coger más o menos viento".
A pesar de su
avanzado estado de deterioro al inicio de la intervención, muchos de los elementos
de este molino de pequeño tamaño se han rescatado y reutilizado, entre ellos
una parte importante de las aspas, las dos piedras de moler, la rueda dentada,
el eje, el freno o el husillo. Sin embargo, elementos como el capacete y el
timón, entre otros, debieron ser reproducidos en el taller de carpintería.
Todos los
elementos de la maquinaria de molturación han sido restaurados por Domingo
Molina y su asistente Félix Miranda, quedando por trasladar, desde el taller hasta
el molino, la tolva y la balsa, que ya están finalizados.
Con respecto a
la plaza pública en que se sitúa el molino, entre las calles Pizarro, Isaac
Peral y Baja del Mejillón, se encuentra prácticamente finalizada, a falta de
instalar los equipamientos como las luminarias y los bancos. La plaza cuenta con
accesos a pie desde sus distintos flancos (con un paseo de piedra molinera y
baldosas, y escaleras en las zonas más bajas), así como también el propio molino, que queda encuadrado en lo
alto de una pequeña loma ajardinada. El arquitecto técnico que se ocupó de
redactar el proyecto fue Marcos Alonso Rodríguez.
Domingo Estévez, un carpintero de ribera que
hizo de molinero
La arquitecta
técnico Teresa Hierro, natural de Corralejo y descendiente de Manolo Hierro, quien
regentaba en el mismo pueblo la molina que hoy lleva su nombre, ha contactado
con la familia de Domingo Estévez y rescatado parte de su historia.
Según Teresa
Hierro, "Domingo Estévez Rodríguez es el propietario de este molino. Nació
en 1878 en Lanzarote y murió en 1963. Se casó con doña Felisa González de Armas
y tuvieron cuatro hijos. De profesión era carpintero de ribera (de barcos) y
además tenía barcos con los que realizaba comercio entre las islas de Lanzarote
y Fuerteventura. Este dato según la familia hace posible que la maquinaria
fuese trasladada desde Lanzarote. En los años 80 la familia la vendió y tras
varios dueños hasta el 2014 que su propietario era un extranjero. En la
actualidad es propiedad del Ayuntamiento de la Oliva".
Recuperados los tres edificios de molienda
de Corralejo
La colaboración
entre el Cabildo y el Ayuntamiento de La Oliva ha permitido recuperar los tres
edificios que se usaban antiguamente para la molienda de grano en Corralejo. Se
trata de la molina de Juan Morera, rehabilitada hace unos años, la Molina de
Manolo Hierro que fue restaurada y trasladada a la nueva plaza José Antonio
Umpiérrez en diciembre del año anterior, y ahora el Molino de Domingo Estévez,
que quedará finalizado antes de los meses de verano.
El molino y las
dos molinas se erigían décadas atrás en el tablero de jable, al norte del
caserío de Corralejo, para captar los vientos alisios imperantes. Con el paso
de las décadas y la llegada del desarrollo a la localidad, quedaron encuadrados
en el interior del casco urbano.
Otro dato
recabado por Teresa Hierro que es el Molino de Domingo Estévez es el más
antiguo de los tres, pues su construcción data de 1898. Las otras dos molinas fueron construidas a
partir de 1925.
Los molinos y
molinas de viento han pasado a formar parte del paisaje majorero, como testigos
mudos de un pasado en el que desempeñaron un importante papel económico. En
Fuerteventura se fueron construyendo a lo largo de la geografía insular,
especialmente en la zona centro-norte, desde finales del siglo XVIII y
principios del XIX, y en respuesta a las necesidades climáticas y
socioeconómicas de la Isla. La presencia constante de los vientos alisios, que
constituían su fuente de energía, y la tradicional economía cerealista de la
Isla, favorecieron la implantación de estas edificaciones.