En Fuerteventura Las Hijas de Lilith emiten manifiesto por el día Interniacional para la Eliminación de la Violencia Contra las mujeres.
26 de noviembre de 2010 (17:29 h.)
Otro año más nos reunimos en torno a un 25 de noviembre, nos reunimos recordando a las más de 60 mujeres asesinadas este año en España, a las cientos de mujeres asesinadas años atrás, a las miles de mujeres asesinadas en el mundo en todos los tiempos, recordando y denunciando los millones de pequeños y grandes actos violentos que siguen intimidándonos y dificultando que la mitad de la población mundial tenga el mismo acceso a su desarrollo integral como persona.
Oímos en cada rincón que las leyes ya determinan la igualdad, que las mujeres nos llevamos la mejor parte, que estamos “demasiado” protegidas.
Pero en el día a día se siguen dando casos concretos de violencia cotidianas y sutiles y sabemos de mujeres que son amedrentadas, agredidas, asesinadas o que tienen que huir porque hay quien no respeta su libertad de elegir, y aprovecha su fuerza física para imponer su opinión.
Denunciamos también esas otras violencias más sutiles, las de quienes aprovechan la confianza que se pueden ganar para manipular la verdad, la de quienes sabedores del poder que da un uniforme o una toga deciden utilizarlo para cambiar los hechos o adaptar las leyes a su antojo y su propia forma de interpretar realidades objetivas.
Las violencias que nos hacen temer desarrollarnos como mujeres en libertad, mantener esta independencia que tanto ha constado a las que nos antecedieron; porque el conocimiento de hechos que han sido dañinos para otras nos rescatan temores ancestrales y nos hacen retroceder en los logros que también nosotras hemos luchado por conseguir.
Nos sentimos solidarias con todas las mujeres del mundo y recordamos hoy de modo especial a nuestras hermanas saharauis, mujeres que en un mundo que adapta y manipula su religión para desarrollar su misoginia han sido capaces de luchar para hacer oír su voz y reclamar más protagonismo en su sociedad, y que hoy están siendo, con su pueblo silenciadas y masacradas.
Hoy queremos decir que igual que otro mundo es posible, otra manera de relacionarnos es posible, que igual que miles de ciudadanas y ciudadanos luchamos por conseguir un mundo más justo, lo hacemos luchando por conseguir unas relaciones más humanitarias.
Y que ese mundo lo estamos construyendo entre todas y todos las y los que queremos que cada persona se pueda desarrollar en libertad, porque sólo así desde esa igualdad va desarrollar todo su potencial y a aportar a esta nueva sociedad lo mejor de si y porque es así como vamos a construir, como estamos construyendo, este otro mundo mejor posible.
Oímos en cada rincón que las leyes ya determinan la igualdad, que las mujeres nos llevamos la mejor parte, que estamos “demasiado” protegidas.
Pero en el día a día se siguen dando casos concretos de violencia cotidianas y sutiles y sabemos de mujeres que son amedrentadas, agredidas, asesinadas o que tienen que huir porque hay quien no respeta su libertad de elegir, y aprovecha su fuerza física para imponer su opinión.
Denunciamos también esas otras violencias más sutiles, las de quienes aprovechan la confianza que se pueden ganar para manipular la verdad, la de quienes sabedores del poder que da un uniforme o una toga deciden utilizarlo para cambiar los hechos o adaptar las leyes a su antojo y su propia forma de interpretar realidades objetivas.
Las violencias que nos hacen temer desarrollarnos como mujeres en libertad, mantener esta independencia que tanto ha constado a las que nos antecedieron; porque el conocimiento de hechos que han sido dañinos para otras nos rescatan temores ancestrales y nos hacen retroceder en los logros que también nosotras hemos luchado por conseguir.
Nos sentimos solidarias con todas las mujeres del mundo y recordamos hoy de modo especial a nuestras hermanas saharauis, mujeres que en un mundo que adapta y manipula su religión para desarrollar su misoginia han sido capaces de luchar para hacer oír su voz y reclamar más protagonismo en su sociedad, y que hoy están siendo, con su pueblo silenciadas y masacradas.
Hoy queremos decir que igual que otro mundo es posible, otra manera de relacionarnos es posible, que igual que miles de ciudadanas y ciudadanos luchamos por conseguir un mundo más justo, lo hacemos luchando por conseguir unas relaciones más humanitarias.
Y que ese mundo lo estamos construyendo entre todas y todos las y los que queremos que cada persona se pueda desarrollar en libertad, porque sólo así desde esa igualdad va desarrollar todo su potencial y a aportar a esta nueva sociedad lo mejor de si y porque es así como vamos a construir, como estamos construyendo, este otro mundo mejor posible.
25 de noviembre de 2010
Hijas de Lilith. Fuerteventura.