Fuerteventura.- Ana Toral y Delfín Rodríguez , ganadores de la Trotadunas 2017





Quizás la carrera pedestre del club Trotadunas, prueba que abrió el calendario primaveral de Fuerteventura “en piche”, “fuera sólo una excusa para reunirse y disfrutar de la calurosa mañana de domingo”, ¿tal vez? Lo que sí es seguro es que los dos centenares de aficionados y aficionadas a las carrera populares, que se citaron en la Avenida Marítima de la capital majorera el pasado domingo, 4 de abril, lo hicieron para correr, participar y divertirse callejeando por Puerto del Rosario.

Por tercer año consecutivo, el equipo del Trotadunas con la colaboración del ayuntamiento capitalino y el Cabildo Insular, así como de varias empresas, organizó su carrera, que tuvo en Ana Toral y en Delfín Rodríguez a dos ganadores inéditos, que dieron espectáculo y divirtieron a al numeroso público presente por las diferentes calles de Puerto Cabra.

Con algunos minutos sobre el horario previsto, contratiempos de última hora, se dio la salida a la popular Trotadunas “a ritmo de Luis Fonsi: des-pa-ci-to”, conocedores los participantes de los kilómetros de subida que  les esperaban por las calles de Puerto del Rosario. 

En las primeras cuestas Rafa Trinidad juega sus bazas  y comienza a marcar un fuerte ritmo que va descolgando contrincantes (Pedrosa, Óscar, Álvaro,…), menos a Delfín, que aguanta sus tirones, robándole la cartera en la bajada y haciéndose con el triunfo con un tiempo de 36:41 por 37:02 del incombustible Rafa  Trinidad, mientras que el veterano Álvaro Ayala fue tercero con 37:13, cuarto Óscar y quinto Pedrosa.

En mujeres la prueba tuvo sólo a una protagonista, Ana Toral, que con un ritmo cómodo, apretando los dientes al final, ganó con 44:31, vigésimo séptima de la general; segunda, después de algunos meses ausente de las pruebas majoreras, Patricia Herrera con un crono de 45:25, y el tercer escalón se lo adjudicó María Vianney González con 45:44.

Pero en una carrera tan dura, un auténtico rompepierna, todos son héroes y heroínas por el simple hecho de terminar.