Fuerteventura: El Museo Arqueológico Insular cierra al público para dar lugar a la fase final del nuevo edificio
28 de mayo de 2015 (13:48 h.)
El plazo de ejecución de la nueva
infraestructura, con una inversión de 1,5 millones de euros, finaliza en el mes
de septiembre. El material arqueológico se mantendrá bajo custodia en el
Archivo Insular
28 de mayo de 2015
El Cabildo de
Fuerteventura informa que el Museo
Arqueológico Insular, ubicado en Betancuria,
cierra sus puertas al público ante el avance de las obras para la construcción del
nuevo edificio, que cuenta con una
inversión de 1,5 millones de euros y un plazo de ejecución cuyo fin está
previsto para el próximo mes de septiembre.
Candelaria
Umpiérrez, consejera de la Red de Museos, explicó que "el centro se ha
mantenido abierto el público desde el inicio de las obras, procediendo
únicamente a su cierre cuando ha llegado el momento de retirar todo el material
arqueológico".
"El
actual y el nuevo museo se encuentran anexos el uno del otro, y por lo tanto la
medida era inevitable teniendo en cuenta que el proyecto contempla la demolición
de la parte trasera del actual edificio", añadió la consejera de Obras
Públicas y Carreteras, Edilia Pérez. Cabe resaltar, añadió Pérez, que el Cabildo
conservará las dependencias principales del edificio actual, "pues tienen
un interés histórico y en último término serán destinadas a acoger la parte
administrativa del nuevo museo".
Otro área
del Cabildo implicada en la operación es la Consejería de Cultura y Patrimonio
Histórico que dirige Juan Jiménez, quien informó que "todo el material
arqueológico, tanto el expositivo como el que se conserva en los fondos, ha
sido trasladado a las dependencias del Archivo Insular, y se mantendrá bajo custodia
hasta la apertura del nuevo museo, donde finalmente podrá exponerse en todo su
esplendor y divulgar el conocimiento de uno de los valores más apasionantes y menos
conocidos de la cultural majorera".
Avance de las obras. El
proyecto del Museo Arqueológico y Etnográfico de Fuerteventura entra en su
última fase, encontrándose en estos momentos finalizada toda la estructura del
nuevo edificio, y habiéndose iniciado también la ejecución de las instalaciones y los revestimientos exteriores. Hasta el
momento se cumplen los plazos previstos en la programación de la dirección de
obras, estando el plazo de finalización de la infraestructura establecido en el próximo
mes de septiembre.
Museo
Arqueológico y Etnográfico de Fuerteventura
El Museo Arqueológico de Fuerteventura
será la siguiente infraestructura de los ámbitos cultural y de la innovación en
entrar en servicio bajo el impulso del Cabildo, después de que lo hicieran otros
equipamientos como el Edificio de Formación y Congresos, el Parque Tecnológico,
el Archivo Histórico Insular o el Museo del Queso.
La apertura de
este edificio permitirá trasladar el fondo arqueológico y etnográfico que
guarda y expone el actual museo, emplazado también en Betancuria, a un nuevo
espacio mucho más amplio, moderno y versátil. Esta ubicación supone, además,
que los espacios expositivos ofrecen una espectacular visión del conjunto de la
villa, presida por la
Iglesia de Santa María.
Fuerteventura, la Isla más antigua
de Canarias, atesora valiosos valores etnográficos, los cuales son cada vez más
numerosos a medida que se producen nuevos descubrimientos, y que por lo tanto
hacen necesario un espacio para su divulgación y conocimiento. Este espacio es el nuevo Museo Arqueológico, Histórico y
Etnográfico Insular.
El proyecto
El proyecto
se materializa en un edificio levantado
a tres plantas, hecho que sin embargo no impide su integración en el entorno
histórico y rural de Betancuria, gracias a soluciones como el escalonado de la
estructura en una ladera, o a la utilización de elementos singulares como el
hormigón blanco o la piedra natural de la zona.
Ubicado
en un terreno propiedad del propio Cabildo, la nueva instalación museística ocupa un espacio total de 3.600 m2 en pleno centro administrativo y
turístico de la localidad, con su frente dando a la calle Roberto Roldán
(travesía de Betancuria), que corre paralela al Barranco, y su lateral en la
Calle Amador Rodríguez.
Entre las soluciones
técnicas que aporta el proyecto están concentrar la edificación en la ladera
trasera al actual Museo, liberando el resto de la parcela; la creación de un escalonado
que permita el a tres niveles diferentes directamente desde la calle Amador
Rodríguez, sin que en ningún momento haya más de una planta y media de altura
sobre la rasante original del terreno; y en definitiva creando un volumen
edificado que quedaría semienterrado y formando terrazas escalonadas en la pendiente.
Estas terrazas servirían
de acceso y conexión entre las plantas, pero también como espacio de espera y
estancia en los recorridos museográficos, teniendo como principal visión
protagonista desde ellas la Iglesia de Santa María de Betancuria.
La empresa SACYR Construcción SA
ejecuta este proyecto redactado por el equipo de arquitectos que componen Mario
Febles y David Mallo, y con dirección de obras a cargo de la Oficina Técnica
del Cabildo.
La parcela del Museo
Arqueológico queda diferenciada en tres sectores, según su función:
a) La edificación
tradicional y su entorno, con el patio trasero que se propone integrar como
espacio de relación entre ésta y la nueva edificación. Se mantendría el acceso
desde la calle Roberto Roldán, pero adecuándolo a la normativa de accesibilidad
y redirigiéndolo a la entrada y recepción del edificio nuevo. La entrada
principal al Museo Arqueológico, Histórico y Etnográfico se realizaría a través
de la calle Amador Rodríguez, entre las dos edificaciones. El patio tradicional
sería el espacio de recepción y espera, con la superficie de tiendas y
biblioteca en dos alas de la edificación tradicional.
b) El jardín lateral,
que se mantendría como espacio de ocio y exposición al aire libre.
c) La nueva edificación
escalonada, con el sistema de terrazas sobre la edificación existente y con
vistas sobre la Iglesia y Plaza de Santa María.
Contendría los espacios
expositivos y no expositivos del programa de usos propuesto, distribuidos en
los tres niveles, teniendo el inferior una superficie de 1103.90 m2, el
intermedio 686.oo m2 y el superior
281.51 m2.
Distribución por plantas:
PLANTA 0: Superficie 1.103
m2. Acceso y servicios, superficie expositiva permanente, y espacio de acceso
restringido (talleres y salas de fondos). El acceso y taquillas están situados
en la parte norte del edificio, con un cuerpo de servicios y zona de espera, y
una escalera y elevador al nivel superior. Se entraría a la zona expositiva a
través de dos accesos diferenciados, lo que permite subdividir el espacio
expositivo en distintas salas mediante sistemas de tabiquería ligera. Los
531.16 m2 de espacio expositivo albergaría la colección permanente. Como
comparativa la superficie expositiva del actual Museo no llega a los 100.oo m2.
Una segunda ala de esta planta estaría dedicada a sala de fondos y talleres de
la unidad de Patrimonio, y lugar de almacenaje de maquinaria e instalaciones,
con entrada independiente desde la calle Amador Rodríguez.
PLANTA 1: superficie
686.oo m2. Superficie expositiva permanente, y salón de actos. Se mantiene la
parte norte del edificio como espacio de vestíbulo y acceso, y salida a la
terraza exterior de este nivel. La superficie expositiva de esta planta es de
345.46 m2, y tiene dos aperturas visuales orientadas a Santa María de
Betancuria y al edificio Museo de Arte Sacro. En la parte sur, y dando a la
calle Amador Rodríguez, se encuentra un salón de actos con acceso independiente
desde la terraza, con una superficie de unos 127.95 m2.
PLANTA 2: superficie
281.51 m2: Sala de exposición temporal y cafetería – terraza. Acceso exterior
directo desde la calle Amador Rodríguez a la cafetería y la terraza que se
ubican en la parte sur, con facilidad de suministro. Sala de exposición
temporal de 117.oo m2, con funcionamiento independiente del resto de las salas
del Museo.
Los espacios expositivos
están repartidos en los tres niveles, y la distribución interior permite
reorganizaciones de los mismos y flexibilidad de adaptación según usos y
evolución en el tiempo del sistema expositivo, que de esta forma puede variar
en el tiempo. La independencia funcional de los niveles permite también la
apertura parcial del edificio, o incluso el montaje de las exposiciones sin
tener que cerrar completamente el Museo al público.