Hoy el Ser Humano
22 de septiembre de 2017 (11:02 h.)
por
Verónica Meo Laos
De acuerdo con el
relato curatorial, la exposición analiza los aspectos clave de la obra de Noé a
partir de los cuales desarrolló su estética del caos, donde el pasado hace eco
en el presente y se proyecta hacia el futuro. Por eso lo de prospectivo apunta
a romper el orden cronológico tradicional, es decir, retrospectivo para
plantear tres pautas de interpretación que, según su curadora Cecilia
Ivanchevich, pueden rastrearse en la estética del caos noeiana a lo largo de
toda su producción artística (1957- 2017): la conciencia histórica, la visión
fragmentada y la línea vital. Tres constantes que se condensan en la
instalación Entreveros (2017) que invitan a paseante a penetrar en la obra y
vivenciar el vértigo del caos.
La consigna
planteaba elegir una obra, preguntarse qué podría pasar allí y que no podría
suceder desde una perspectiva que pusiera foco en la transformación. Quien esto
escribe eligió “Hoy el ser humano” donde la silueta de un cristo crucificado
hecho de un espejo hecho trizas, inscripto en el centro de un soporte que
estalla en colores rojos, anaranjados y
amarillos que se amalgaman en un continuum de imágenes de violencia extrema y horror
humanos. “Hoy el ser humano” no es una imagen feliz sino, más bien abrumadora.
Entre los
numerosos fragmentos que rodean a la crucifixión, esta cronista se detuvo en
dos de ellas: primero, en las siluetas verdugos negros que congelan el instante
de un degüello colectivo y, segundo, en el cuadro de Goya, “El 3 de mayo en
Madrid” que plasma la lucha del pueblo español contra la dominación francesa al
inicio de la Guerra de la Independencia española. Esa imagen minúscula que se
pierde entre los numeros fragmentos atroces es una muestra cabal de lo que
Susan Sontag sostiene sobre el pintor aragonés, aquéllo de que las imágenes
llevan al espectador cerca del horror porque con él entra en el arte un nuevo
criterio de respuesta ante el sufrimiento. Es que en Goya la relación de las
crueldades bélicas está forjada como un asalto a la sensibilidad de los
espectadores.
De qué manera
cada uno de los bailarines tradujo en movimientos la sensación abrumadora que
provoca en el público la muestra de Yuyo Noé fue el desafío que interpretaron
al aire libre, frente al Museo Nacional de Bellas Artes, María Laura Canciani,
Nicolás Ruarte, Emma López, Victoria Cozzarín, Melanie Bloeck y quien esto
escribe, bajo la dirección de Nuria Vadell.
La trasposición
de lenguajes artísticos permitió a los intérpretes reflejar la atmósfera de belleza agobiante
que rodea la obra de Noé, y en sus propias palabras, enfocarse en hacer pie en
medio de un paisaje urbano donde el vértigo de los vehículos que circulaban por
Av. Libertador de Buenos Aires contrastaban con el verde del parque frente al
Museo Nacional de Bellas Artes y el sonido de las aves.
Una jornada donde
el arte se nutrió de arte.