Las Cuevas de Altamira en Múnich ( Alemania )
23 de junio de 2019 (13:51 h.)
Pasado
y presente: Recuerdo y una visita)
Ángel
Díaz Arenas
Es interesante y relevante observar el nombre que estas «Cuevas»1 poseen, llevan y por las que se las conoce,
«Altamira», es decir, mirar para arriba: ver lo que el visitante tiene encima
de su cabeza y que la única posibilidad que posee para verlo es inclinar la
cabeza para atrás y mirar hacia lo alto. Aquí ocurre exactamente lo mismo que
con el techo de la «Capilla Sixtina» de Roma.
La única manera que hay para
contemplar ese «Juicio final» (1541) de Michelangelo Buonarroti (1475-1564) es
mirando hacia lo alto. Sólo que las «Cuevas de Altamira» preceden al fresco
dicho en algunos miles de años. Sin embargo, conviene señalar, añadir y aclarar
que «Altamira» es el nombre con el que se denomina el promontorio debajo del
que éstas se hallan y que significa exactamente lo contrario: mirar desde la
altura hacia los alrededores. Pero la casualidad no es solamente grande, sino
acertada: «Ella (como se dice) hace bien las cosas».
Las metas que perseguimos con este breve escrito es hacer un poco de
historia situando el lugar donde éstas se hallan, presentar éstas, su/s
descubridor/es y recordar la réplica que de éstas existe en Múnich y que el que
escribe estas líneas volvió a visitar el viernes 21 de agosto de 2009.
1. Santillana del Mar
Santillana del Mar es el pueblo más histórico y tradicional de la región
cántabra que se halla a unos 31 kilómetros de Santander. De éste escribe la Guía
secreta de Santander2 en su página 161:
El pueblo más bonito de España, en boca de un personaje
de Sartre en «La náusea».
El personaje que pronuncia estas palabras es Antoine Roquentin quien le dice
al autodidacta exactamente: «-Là, dis-je, penché par-dessus ses épaules
étroites et mettant le doigt sur une photo, là, c’est Santillane, le plus joli
village d’Espagne.»3 Este
«village» permanece sin cambios sensibles urbanísticamente (al menos de una
forma ostensible) desde hace 300 años. Su población es muy reducida, unos 4.000
habitantes, y sus reliquias del pasado son también pocas, pero famosas y
universales. Éstas son su Colegiata Románica del siglo XII, llamada «Santa
Juliana», y a unos 2 Kilómetros sus pinturas ecuestres en las «Cuevas de
Altamira» (consideradas como la «Capilla Sixtina» del arte cuaternario). Sobre
éstas añadimos palabras escritas en la página 158 de la ya dicha Guía
secreta:
1.1. Su descubrimiento
Parece ser que el verdadero y real causante del descubrimiento de éstas
fue un perro y no una persona precisa. El caso es que en el año 1868 un
cazador, llamado «Modesto Cubillas»4, buscando a su animal que había penetrado
(persiguiendo a una pieza) por entre las grietas de unas rocas, vio la entrada
de la cueva.
Éste se lo dijo a Don Marcelino Sanz de Sautuola (1831-1888) no
solamente porque sabía que éste era un erudito en paleontología, sino además
porque él mismo era aparcero de una de sus fincas. Así que años más tarde (en
1875 o 1876) recorrió Don Marcelino Sanz de Sautuola la cueva en su totalidad y
reconoció algunos signos abstractos, como rayas negras repetidas, etc. a los
que no dio ninguna o gran importancia, por no considerarlos obra humana.
Cuatro
años más tarde, durante el verano de 1879, volvió por segunda vez a Altamira con
la intención de excavar la entrada de la cueva y ver si había algunos restos de
hueso y sílex. Esta vez iba acompañado de su hija María, quien tenía la edad de
ocho o nueve años. El hecho del descubrimiento se produjo de forma fortuita y
fue obra de la curiosidad de la niña, pues mientras su padre permanecía en la
entrada de la cueva, ella se adentró hasta una sala lateral, descubriendo los
famosos bisontes y pinturas. María5 se lo dijo a su padre, quien quedó sorprendido al
contemplar el grandioso conjunto.
Conviene indicar que la sala donde entró María,
sigue teniendo (como antaño) 18 metros de largo por 9 de ancho; lo que ha
cambiado es su altura originaria, entre 190 y 110 centímetros, ya que ésta se
ha aumentado (al rebajarse el suelo) para facilitar la cómoda contemplación de
las pinturas. Siendo esta altura primigenia reducida la que facilitó la visión
de la niña y que probablemente una persona adulta y desarrollada no habría
logrado por tener que avanzar agachada, mirando hacia el suelo.
1.2. Su fama y sus copias
La fama de estas «Cuevas de Altamira»8 es hoy tal que la entrada de visitantes a las
mismas ha debido reducirse y limitarse a una cantidad precisa de solicitantes
que lo hacen por escrito con antelación. La cantidad de público que acudía a
visitarlas fue tan numerosa que las autoridades santanderinas y cántabras
decidieron hacer una réplica de las mismas. Ésta se encuentra a pocos metros de
la original y se inauguró el martes 17 de julio de 2001. Incluso en Múnich
(Alemania) se hizo en el año 1995 una reproducción exacta de las mismas; ésta
se encuentra en el «Deutsches Museum» (segunda planta, «Sección 39») de la
capital que sirvió de modelo y base para la réplica más tardía de la de
«Santillana del Mar».
Es evidente que en esta réplica falta todo el contexto de las originales
«Cuevas», ya que ésta sólo reproduce las pinturas del techo y evidentemente no
el ambiente y marco en que éstas se hallaban y hallan. Sobretodo que éstas
están en una sala de gran modernidad en cuyo centro existe una mesa llena de
mandos electrónicos con los que el visitante puede fijar, resaltar e
intensificar la luz en las figuras que desea ver.
Pero es evidente que el hecho
de que éstas recen en este «Museo Alemán» es muy digno. Es de esperar que el
visitante de «Altamira» en España reciba informaciones de éstas y que las
instituciones españolas sitas en Alemania hagan lo propio.
Pero demos un salto al pasado y hagamos algo de historia, lo que hacemos
leyendo el escrito de Eva París que se titula «La réplica de la cueva de Altamira
en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid»9 y cuyo texto, en su integridad, dice lo siguiente:
«Las condiciones de conservación de la cueva de Altamira han hecho que su
visita sea extremadamente restringida, pero podemos aproximarnos a la
significación de este gran descubrimiento, hito en la historia de la humanidad,
en otros lugares.
Aparte de la “Neocueva“, como se conoce a la réplica
minuciosa que existe en el Museo de Altamira, en Cantabria, muy cerca de la cueva
original, existen otros “pedacitos“ de la Cueva de Altamira en otros lugares.
Hoy os hablamos de la réplica de la Cueva de Altamira del Museo Arqueológico
Nacional, en Madrid. El MAN cuenta desde 1964 con una réplica de
Altamira tal y como era hace entre 35.000 y 13.000 años, cuando la habitaron
distintos grupos de cazadores-recolectores.
Se completa así el recorrido por
este gran museo que atesora obras de arte de prácticamente todas las culturas
que han habitado en nuestro territorio, una de las mayores recopilaciones
arqueológicas en el mundo. Por supuesto, no está la cueva al completo, cuyas
galerías alcanzan 270 metros de longitud y concentra en sus paredes y techos
alrededor de 300 representaciones de animales, antropomórficas y simbólicas.
Pero sí se reproduce una parte significativa. Historia de la réplica de
Altamira en Madrid: Es curiosa la historia de esta réplica, ya que fue un
regalo del Gobierno de la República Federal Alemana a Madrid con motivo del
cuarto Centenario de su capitalidad. Pero no un regalo a cambio de nada. El
origen de esta réplica, así como de la que existe en el Deutsches Museum (Obras
de arte de Ciencia y Tecnología), en Múnich, Alemania, está en la pasión del
Dr. Pietsch y su esposa, la Dra. Gisela Pietsch10, alemanes expertos en cuevas. Pietsch, en
representación del Deutsches Museum, pidió permiso al Estado Español en 1958
para realizar los trabajos de copia y aceptó las condiciones impuestas por las
autoridades: no tocar el techo en absoluto para no interferir en las
condiciones de humedad y su estado de conservación y ejecutar la copia por
partida doble para que quedara una en España.
Gracias a un minucioso trabajo
técnico, elaborado por un equipo multidisciplinar alemán que utilizó proyecciones
fotográficas y pigmentos naturales, el proyecto se hizo realidad. En 1962 se
inició el proyecto de la sala que albergaría esta réplica en el Museo
Arqueológico de Madrid, un recinto subterráneo en el jardín del museo que
trasladara al visitante al clima de misterio, penumbra y magia de la cueva. Se
inauguró el 14 de octubre 1964. Aquí sigue este pedazo de Altamira, al que
accedemos a través de una escalinata hacia la sala subterránea a través de un
pasadizo que recuerda a las construcciones antiguas. A la entrada, un vídeo
explica el emplazamiento de la cueva, su descubrimiento, características
principales y su situación actual.
Ya en la sala, con la mínima iluminación,
como si el fuego prehistórico la iluminara, vemos la reproducción de una parte
de Sala de los Policromos y una mesa con espejo nos permite contemplar el techo
con todos sus detalles cómodamente. Aunque no podemos evitar mirar arriba. Unas
pantallas integradas en la mesa explican más detalles de las pinturas. La
pintura de la copia se ejecutó según el procedimiento pictórico del Arte
Paleolítico, utilizando colores minerales en bruto y comprobando su similitud
con el original de Altamira, respetando los relieves de la roca para plasmar
los animales...
Estamos ante un pedacito de esta joya del arte rupestre
paleolítico, una obra maestra de los primeros pintores geniales. A la espera
de, algún día, poder ver la cueva original descubierta por Marcelino Sanz de
Sautuola y su hija María Justina en 1879, de momento puedo decir que he contemplado
esta réplica de la Cueva de Altamira en el Museo Nacional de Madrid. Que no se
te pase en tu visita.
Por cierto, existe otra reproducción de Altamira de
similares características un poco más lejos, en el parque temático Shime Spain
Village de Ise-Shima, en Japón, inaugurado en 1994. Pero aquí volveremos en
otra ocasión. Ahora os dejamos con estas imágenes de la reproducción de la
cueva de Altamira en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid».
Ahora
bien, el autor de estas líneas se recuerda haber visitado éstas en el año 1956
completamente solo. En aquellos tiempos eran tan poco conocidas que para entrar en ellas
había que buscar en «Santillana del Mar» al anciano sacristán de la
«Colegiata»; éste te acompañaba a pie y con una ruda llave habría la todavía
más primitiva puerta de madera que permitía el acceso a las mismas, llegando a
éstas descendiendo una frágil escalera de la misma materia que la puerta. Este
sacristán contaba, entre otras anécdotas, la curiosidad del nombre de dicha
villa, ya que «Santa Juliana» (Santillana) no había sido una santa y el lugar
(«del Mar») está lejos del mar; las playas más vecinas, llamadas de «Santa
Justa» y de «Tagle», están a unos 10 kilómetros. Así era de sencillo en
aquellos tiempos. No había taquilla para las entradas (se daba una propina voluntaria) y,
naturalmente, tampoco había cafetería ni ningún tipo de instalación turística. ¡Y de una réplica de las
mismas ni se soñaba! Se ignoraban y como consecuencia no se visitaban.
1.3. El descubridor
No deseamos clausurar esta visita sin añadir un par de palabras sobre el
descubridor oficial de las mismas, Don Marcelino Sanz de Sautuola. Éste
proviene de una familia hidalga de Cantabria de buena posición económica y de
ilustre raigambre. Cursó sus estudios de segunda enseñanza, entre 1845 y 1848,
en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Santander. Después hizo
Estudios de Derecho en la Universidad de Valladolid y, a su regreso, se ocupó
de la administración de sus bienes.
Fijó su residencia en la Calle Pedrueca, Nº
3, y en su finca de Puente San Miguel, lugar donde reunió su archivo y
biblioteca. Entre sus múltiples labores e investigaciones cabe destacar que
introdujo en el año 1863 el eucalipto en la provincia, pero no hay duda de que
el descubrimiento de las cuevas representa su máximo galardón intelectual,
cultural y patrio.11 Él fue
también miembro correspondiente de la Academia de la Historia.
Este personaje posee su calle en Santander, «Marcelino Sanz de
Sautuola»; ésta tiene (a sus inicios a partir del Paseo de Pereda) a ambas
partes los dos edificios de que consta hoy el «Banco de Santander», que están
unidos por encima de ella por un puente o arco, y ésta hace asimismo esquina
con la Calle Pedrueca (su domicilio de antaño), donde se encuentra la sede de
la «Fundación Marcelino Botín.»12 Ésta está ubicada en la casa familiar de la calle
Pedrueca (Nº 1, 39003 Santander. España) y es un edificio de finales del siglo
XVIII (ampliado y acondicionado en 1992).13
1.4. Palabras finales
Como anunciado al inicio de este breve escrito su meta era únicamente
resaltar la presencia de estas «Cuevas de Altamira» en su reproducción en
Alemania y al hacer esto recordar que éstas tienen una historia y un historial,
aunque de sus realizadores ignoremos todo o casi todo. Pero lo importante es
saber que éstas existen y que no hace falta desplazarse hasta Santander,
Comillas, Santillana del Mar, etc. para visitarlas. Esto también puede hacer en
Múnich (Alemania) y sin ir tan lejos en Madrid.14
Ahora bien, curiosamente no hemos vuelto a las «Cuevas de Altamira» por
capricho o casualidad, sino porque leyendo el Abendzeitung de Múnich el
miércoles 17 de abril de 201915 aprendimos que las de «Lascaux» vienen a Munich
tal y como nos cuenta Hervé Chassain en su «Préhistoire: Lascaux 3 part à
Munich»16, lo que
hace en francés de la siguiente manera: «Après l’Amérique, l’Asie et l’Afrique,
l’exposition itinérante revient en Europe. Elle s’installera au printemps dans
le stade olympique de la capitale de la Bavière. Déjà plus de 2 millions de
visiteurs ont vu l’exposition internationale Lascaux 3 à travers le monde. Elle
vit actuellement ses dernières semaines à Johannesburg, en Afrique du Sud,
avant un retour en Europe, en Allemagne plus précisément. “Ce sera à Munich“,
vient d’annoncer Germinal Peiro, le président du Conseil départemental de la
Dordogne. Olivier Retout, le directeur de la société publique locale qui gère
Lascaux 3, était à Berlin pour signer avec un organisateur de grands
événements.
Lascaux 3 sera installée sur le site du stade olympique de Munich à
partir de la mi-avril et jusqu’en septembre 2019. Pour la suite, des contacts
sont en cours à travers l’Europe: Italie, Slovénie… Olivier Retout remarque que
ces destinations plus proches seront susceptibles d’attirer davantage de
touristes en Dordogne et donc à Lascaux 4. Car c’est un des buts de cette
exposition itinérante: offrir une vitrine du Périgord préhistorique à travers
le monde. À chaque étape, elle est complétée par des éléments de la préhistoire
locale ce qui renforce son attractivité».
Esto es todo: recuperar una obra
prehistórica vista y vivida en el pasado a través del recuerdo de la del país
vecino: Lascaux (Périgord-Dordogne) Francia.
NOTAS
1 Sobre éstas véase a Ángel
Díaz Arenas (Santander, *1937): «Las Cuevas de Altamira en Múnich. Una visita», en:
Hispanorama, Nº 128, (Nürnberg, mayo de 2010), págs. 35-37 y asimismo
“Las «Cuevas de Altamira» en Múnich (Una visita)”, en: Ecos de España y
Latinoamérica, N° 9/10, (Múnich, 07.09.2010). Véase sobre el tema a Irving
Lavin: «La(s) litografía(s) de “El toro“ de Picasso y la historia del arte al
revés», en: Las ideas del arte: De Altamira a Picasso, (Santander,
2009), págs. 15-78. Francisco Jarauta (editor). Gráficas Calima. Las “Lecturas
editadas en este Cuaderno” tuvieron lugar en las sede de la Fundación Marcelino
Botín del 21 al 25 de julio de 2008 en Santander. Mírese la fotografía adjunta
de la fachada del edificio al final de este escrito.
2 José Ramón Saiz Viadero
(*1941) y Pedro Vallés Gómez (1940-1975): Guía secreta de Santander,
(Madrid, 21975). Editorial Al-Borak. Este escrito y recuerdo te lo
brindo a tí Pedro, que entre tantos idos -Coco Piris, Benito Madariaga, Manolo
Arce, etc.- tu amistad permanecerá para siempre en mi memoria. Buen viaje.
3 Jean-Paul Sartre
(1905-1989): La nausée, (Paris, 1979), pág. 58. Éditions Gallimard.
4 Modesto Cubillas, de
nombre completo Modesto Cubillas Pérez, (Celorio, Asturias, 15 de junio de
1820-después de 1881), fue un tejero de origen asturiano, radicado en
Cantabria, que descubrió la cueva de Altamira hacia 1868.
5 María Sanz de Sautuola y
Escalante (Santander, 1871-25 de enero de 1946) fue la hija del naturalista y
prehistoriador español, Marcelino Sanz de Sautuola, quien fuera el descubridor
científico de las Cueva de Altamira. Al final de este escrito ofrecemos
fotografías de ambos.
6 «Altamira, Cueva de», en: Gran
Enciclopedia de Cantabria, Tomo VIII, (Santander, 1985), pág. 45. Editorial
Cantabria.
7 Los datos de esta
publicación dicen: Don Marcelino S. de Sautuola (C. de la Real Academia de la
Historia): Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la
provincia de Santander, (Santander, 1880), págs. 3-24. Imp. y lit. de
Telesforo Martínez.
8 Sobre éstas se aconseja
consultar el muy bien documentado artículo, «Altamira, Cueva de», en: Enciclopedia
Universal Multimedia Micronet, S.A. 1997, que posee incluso una
bibliografía muy selecta y detallada.
9 Eva París: «La réplica de
la cueva de Altamira en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid», en: Diario
del viajero, (Madrid, 20 de septiembre de 2018).
10
Christian Züchner (Akademischer Direktor/Institut für Ur- und Frühgeschichte):
«Altamira. Die Geschichte eines jungpaläolithischen Heiligtums in Nordspanien»,
en: Quartär, 31/32, (Erlangen-Nürnberg, 1981), págs. 107-120.
Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg.
11 Sobre dicha personalidad
montañesa puede consultarse el artículo titulado «Sanz de Sautuola, Marcelino»,
en: Gran Enciclopedia de Cantabria, Tomo VIII (Santander, 1985), págs.
45-46, Editorial Cantabria.
12 Esta «Fundación» mixta
(benéfico-docente) fue creada el 18.04.1964 y lleva el nombre de su fundador,
Marcelino Botín-Sanz de Sautuola y López (Santander, 1871-25 de enero de 1946)
y su esposa, María del Carmen Yllera Camino (Santander, 1912-26 de febrero de
1984); éste cedió mil millones de pesetas de capital, para su creación y
mantenimiento iniciales, y en herencia, para después de su muerte, cedió un
capital de quinientos millones de pesetas. Esta «Fundación» es de carácter
particular y privado fue aprobada por el Ministerio de la Gobernación por O.M.
de 25 de agosto de 1965 (B.O.E. Nº 211, 3.09.1965) y desde el 19 de
febrero de 1996 está inscrita en el Registro del Ministerio de Cultura con el
número 400. Su
inscripción fue aceptada, después de la adaptación de los estatutos a la Ley
30/1994 del 24 de noviembre de Fundaciones y de incentivos fiscales, a la participación
privada en actividades de interés general. Esta «Fundación» dispone de
otro espacio, la finca «Villa Iris» (Paseo Pérez Galdós, 47 Santander),
edificio de principios del siglo XX que se halla en el Sardinero y que viene
utilizado para exposiciones y formación no reglada relacionada con la
creatividad. Hoy mantiene su foco en Cantabria y actúa en toda España y América
Latina, contribuyendo al desarrollo integral de la sociedad explorando nuevas
formas de detectar talento creativo, apostando por él para generar riqueza. La
Fundación desarrolla programas en los ámbitos del arte y la cultura, la
educación, la ciencia y el desarrollo rural, apoya a instituciones sociales y
cuenta con un Observatorio de Tendencias para profundizar en el conocimiento de
la sociedad. Su sede principal está en Santander, y desde 2012 cuenta con una
sede en Madrid. El proyecto más importante de la Fundación es el Centro Botín.
Inaugurado en junio de 2017 en Santander, es un centro de arte que tiene por
objeto generar desarrollo social y riqueza aprovechando el potencial que tienen
las artes para despertar la capacidad creativa.
13 Más información sobre ésta
puede obtenerse en «Fundación Marcelino Botín», en: Gran Enciclopedia de Cantabria,
Tomo IV, (Santander, 1985), pág. 80. Editorial Cantabria. Esta «Fundación» es
una institución con finalidades asistenciales, médicas, educativas, culturales
y científicas, una de cuyas metas principales es la Conservación del Patrimonio
Histórico de Cantabria. Su patrono fue Emilio Botín García de los Ríos
(Santander, 1 de octubre de 1934-Madrid, 10 de septiembre de 2014) Presidente
del Banco de Santander. Sobre éste y algo de su labor véase el artículo de Cuca Ysart: «Hotel Real. D.
Emilio Botín evoca la historia del edificio (El Hotel Real se construyó hace 71
años, como consecuencia de los veraneos reales)», en: El Diario Montañés,
(Santander, miércoles 11 de mayo de 1988), págs. 28-34.
14 Añadimos una nota administrativa
de cierta actualidad como anuncia Agencias en su «Pilar Fatás será la nueva
directora del Museo de Altamira. La antropóloga ha sido subdirectora de la
institución durante los últimos 16 años» [en: El País. Cultura,
(Santillana del Mar, 15 de julio de 2016: 21:03)]: «La antropóloga Pilar Fatás
será la nueva directora del Museo Nacional y Centro de Investigación de
Altamira, ha adelantado hoy el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla.
El nombramiento de la que ha sido subdirectora los últimos 16 años en el equipo
encabezado por José Antonio Lasheras —fallecido hace cinco meses en accidente
de tráfico—, ha sido propuesto por unanimidad por la Comisión de Expertos, que
ha valorado las cinco candidaturas que optaban al cargo, ha informado el director
general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Archivos y Bibliotecas del
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Miguel Ángel Recio».
15 Christa
Sigg: «Die Moderne aus der Eiszeit», en: Abendzeitung. Kultur, (Múnich, miércoles 17 de
abril de 2019), pág. 28.
16 Hervé Chassain:
«Préhistoire: Lascaux 3 part à Munich», en: Sud Ouest. À La Une Préhistoire,
(Munich, 30/11/2018: 16h27)..
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
Agencias:
«Pilar Fatás será la nueva directora del Museo de Altamira. La antropóloga ha
sido subdirectora de la institución durante los últimos 16 años», en: El
País. Cultura, (Santillana del Mar, 15 de julio de 2016: 21:03).
«Altamira, Cueva de», en: Gran
Enciclopedia de Cantabria, Tomo VIII, (Santander, 1985), pág. 45. Editorial
Cantabria.
«Altamira, Cueva de», en: Enciclopedia Universal Multimedia Micronet,
S.A. 1997.
CHASSAIN,
Hervé: «Préhistoire: Lascaux 3 part à Munich», en: Sud Ouest. À La Une
Préhistoire, (Munich, 30/11/2018: 16h27).
DÍAZ
ARENAS, Ángel: «Las Cuevas de Altamira en Múnich. Una visita», en: Hispanorama,
Nº 128, (Nürnberg, mayo de 2010), págs. 35-37.
-: “Las «Cuevas de Altamira» en Múnich (Una visita)”, en: Ecos de
España y Latinoamérica, N° 9/10, (Múnich, 07.09.2010).
http://www.ecos-online.de/solo-online/ampliaciones/las-cuevas-de-altamira-en-munich-una-visita.
«Fundación Marcelino Botín», en: Gran Enciclopedia de Cantabria,
Tomo IV, (Santander, 1985), pág. 80. Editorial Cantabria.
LAVIN, Irving: «La(s) litografía(s) de “El toro“ de Picasso y la
historia del arte al revés», en: Las ideas del arte: De Altamira a Picasso,
(Santander, 2009), págs. 15-78. Francisco Jarauta (editor). Gráficas Calima.
https://publications.ias.edu/sites/defau-lt/files/Lavin_PicassoBulls_2009_ES.pdf.
SAIZ VIADERO, José Ramón y VALLÉS GÓMEZ, Pedro: Guía secreta de
Santander, (Madrid, 21975). Editorial Al-Borak.
«Sanz de Sautuola, Marcelino», en: Gran Enciclopedia de Cantabria,
Tomo VIII, (Santander, 1985), págs. 45-46. Editorial Cantabria.
SARTRE, Jean-Paul: La nausée, (Paris, 1979). Éditions Gallimard.
SAUTUOLA, Don Marcelino S. de (C. de la Real Academia de la Historia): Breves
apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander,
(Santander, 1880), págs. 3-24. Imp. y lit. de Telesforo Martínez.
SIGG,
Christa: «Die Moderne aus der Eiszeit», en: Abendzeitung. Kultur, (Múnich, miércoles 17 de
abril de 2019), pág. 28.
YSART, Cuca: «Hotel Real. D. Emilio Botín evoca la historia del edificio
(El Hotel Real se construyó hace 71 años, como consecuencia de los veraneos
reales)», en: El Diario Montañés (Santander, miércoles 11 de mayo de
1988), págs. 28-34.
ZÜCHNER,
Christian (Akademischer Direktor/Institut für Ur- und Frühgeschichte):
«Altamira. Die Geschichte eines jungpaläolithischen Heiligtums in Nordspanien»,
en: Quartär, 31/32, (Erlangen-Nürnberg, 1981), págs. 107-120.
Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg.