Nereida Calero ( CC ) logra el apoyo del Gobierno de Canarias para crear un banco de semillas en Fuerteventura
La
diputada por Fuerteventura del Grupo Nacionalista Canario, Nereida Calero, ha lamentado que hasta
ahora las instituciones públicas no se hayan preocupado lo suficiente por la
conservación de las semillas que durante siglo han estado seleccionado y
cultivando nuestros antepasados en Fuerteventura.
Así
lo puso de manifiesto ante la consejera de Agricultura en comisión
parlamentaria, denunciando que el Cabildo majorero “no haya manifestado ningún
interés por mantener y conservar estas semillas autóctonas”, y celebró que la titular
autonómica manifestara su intención de promover la creación de un banco insular
lo antes posible.
“Nuestras
semillas son las que mejor se adaptan al desafío de
la aridez, la alta insolación y el viento y por tanto, son las más productivas
bajo esas condiciones”, destacó Calero.
Se trata de un material genético, de valor incalculable, que nos
dejaron nuestros antepasados. En Canarias, solo los Cabildos de Tenerife y La
Palma han instalado sus respectivos bancos de semillas insulares con cargo a
fondos europeos.
Esta
inacción ha supuesto que “desgraciadamente, parte
de ese legado ya se ha perdido, y al final, son los ciudadanos, a título
personal, los que parece que más se preocupan por no perder ese tesoro”.
En este sentido, Calero destacó la labor del biólogo majorero
Juan Miguel Torres, que lleva recolectando semillas desde 1992 y las ha
entregado al banco de La Palma antes de que se estropeen y se pierdan para
siempre; o Sofía Menéndez, que organiza cada año un evento llamado “potaje
científico”, junto a la asociación Raíz del pueblo, en el que se pone en el territorio de la isla, sus condiciones, sus
costumbres, su producción y sus especies.
“Es una pena tengamos terreno y agua para cultivar garbanzos y haya
que comprar semilla de fuera cuando en Fuerteventura contábamos con nuestra
propia variedad”, lamentó.
Hay que prestar más atención al mantenimiento de nuestra propia
biodiversidad agrícola, “las semillas de
cada isla están adaptadas a las singularidades de la tierra y las exigencias de
nuestro clima”. En Fuerteventura eran muy valoradas las de chícharos, garbanzos, lentejas, trigo,
tomates o cebollas; “todas las que nos dejó el agricultor majorero como legado y
que corren el peligro de perderse”, concluyó.