Parlamentarios CC de Fuerteventura plantean alternativas para equipar a todos los colegios de zonas de sombra en los espacios abiertos
17 de agosto de 2015 (09:33 h.)
El grupo Nacionalista Canario
(CC-PNC) del Parlamento de Canarias, a través de los diputados majoreros
Nereida Calero, Lola García y Mario Cabrera, ha presentado una iniciativa a
debate en el Parlamento de Canarias, para elaborar un plan de trabajo que
permita acabar con carencias históricas relacionadas con el equipamiento de
zonas de sombra en espacios abiertos en muchos colegios de las Islas, aunque
con una relevancia especial en las orientales y en la zona sur de cada isla.
Señalan los diputados
nacionalistas que el Gobierno de Canarias, a través de la Consejería de
Educación, y en coordinación con los respectivos ayuntamientos, cabildos y
comunidades educativas, viene desarrollando un importante trabajo de mejora de
las infraestructuras de los centros educativos de las islas atendiendo a diversas
necesidades relacionadas con la accesibilidad, aplicación de nuevas
tecnologías, equipamiento, habitabilidad, etc.
A modo de antecedente, también
cabe recordar que muchas de las actuales edificaciones de centros educativos
responden a modelos constructivos de otras épocas, en los que se primaban
determinadas soluciones constructivas, que no prestaban la suficiente atención
al propio entorno del edificio.
La información proporcionada por
la Agencia Española de Meteorología, a través, entre otros, del Atlas de
Radiación Solar en España, indica que en las Islas las denominadas ‘curvas de
irradiancia’ que recogen la media mensual y anual de irradiación para toda la
Comunidad Autónoma, presentan valores claramente por encima de la media de la
Península Ibérica.
Mientras que la distribución de
estas variables en el ámbito de la Comunidad Autónoma de Canarias, atendiendo a
la información recopilada en distintos trabajos de investigación de la ULL y la
ULPGC, indican que, por ejemplo, la duración media anual de insolación en los
municipios de Fuerteventura está en torno a 3.000 horas, con localidades de
otras islas que incluso llegan a las 3.200 horas, como es el caso de Maspalomas o Mogán, con 3.225 horas
anuales (Fuente: ITC-CIEA / Proyecto
Mabican /2001).
Si ponderamos estos valores sobre
insolación con la incidencia añadida que la aridez del entorno y la propia
sequedad del clima, especialmente importante en general en la zona sur de cada
isla y, sobre todo, en las islas orientales, podremos hacernos idea de la
repercusión que puede tener sobre el desarrollo de la actividad docente en los
centros educativos.
Actividades al aire libre,
educación física, horario de recreo, competiciones deportivas, programas de
acogida previa al comienzo de las clases y posterior a la finalización de las
mismas, etc., quedan claramente limitados, cuando no imposibilitados, en
aquellos casos en los que los centros educativos carecen de las suficientes
áreas de sombra.
La formación en torno a los
hábitos de vida saludable que desde el ámbito escolar y familiar se trata de
difundir entre los alumnos, con una especial atención a la actividad física al
aire libre, pero con precaución ante los efectos que la excesiva exposición al
sol puede tener sobre las enfermedades de la piel, queda también muy
cuestionada en aquellos centros que carecen de estas instalaciones de sombra
suficientemente amplias.
Se hace necesario, por lo tanto,
disponer de un plan de trabajo que permita contrastar información actualizada
sobre la situación actual y posibles carencias en zona de sombras en los
centros educativos de la Comunidad Autónoma. Así como del establecimiento de
una serie de prioridades en la materia para ir siendo atendidas de acuerdo con
las disponibilidades presupuestarias.
Así mismo, es necesario que este
mismo planteamiento sea atendido en los nuevos proyectos de infraestructuras
educativas que el Gobierno de Canarias vaya a ejecutar a partir de ahora.
Por lo expuesto, plantean los
diputados de CC por Fuerteventura que es necesario continuar con el proceso de
mejoras de las infraestructuras educativas, pero prestando una atención
especial a la dotación de suficientes espacios de sombra que permita el
desarrollo de actividades al aire libre.
También es necesario evaluar la
disponibilidad de estos espacios de sombra en los centros educativos ya
existentes y las posibles necesidades al respecto. Al tiempo que establecer un
orden de prioridades para atender las inversiones necesarias en esta materia,
de acuerdo con la disponibilidad presupuestaria en las próximas anualidades.
En cualquier caso, fijar como criterio básico en el diseño y construcción de
nuevos centros educativos la disponibilidad de suficientes áreas de sombra para
el normal desarrollo de la actividad docente y complementaria.