Parlamentarios CC de Fuerteventura plantean alternativas para equipar a todos los colegios de zonas de sombra en los espacios abiertos




El grupo Nacionalista Canario (CC-PNC) del Parlamento de Canarias, a través de los diputados majoreros Nereida Calero, Lola García y Mario Cabrera, ha presentado una iniciativa a debate en el Parlamento de Canarias, para elaborar un plan de trabajo que permita acabar con carencias históricas relacionadas con el equipamiento de zonas de sombra en espacios abiertos en muchos colegios de las Islas, aunque con una relevancia especial en las orientales y en la zona sur de cada isla.

Señalan los diputados nacionalistas que el Gobierno de Canarias, a través de la Consejería de Educación, y en coordinación con los respectivos ayuntamientos, cabildos y comunidades educativas, viene desarrollando un importante trabajo de mejora de las infraestructuras de los centros educativos de las islas atendiendo a diversas necesidades relacionadas con la accesibilidad, aplicación de nuevas tecnologías, equipamiento, habitabilidad, etc.

A modo de antecedente, también cabe recordar que muchas de las actuales edificaciones de centros educativos responden a modelos constructivos de otras épocas, en los que se primaban determinadas soluciones constructivas, que no prestaban la suficiente atención al propio entorno del edificio.

La información proporcionada por la Agencia Española de Meteorología, a través, entre otros, del Atlas de Radiación Solar en España, indica que en las Islas las denominadas ‘curvas de irradiancia’ que recogen la media mensual y anual de irradiación para toda la Comunidad Autónoma, presentan valores claramente por encima de la media de la Península Ibérica.

Mientras que la distribución de estas variables en el ámbito de la Comunidad Autónoma de Canarias, atendiendo a la información recopilada en distintos trabajos de investigación de la ULL y la ULPGC, indican que, por ejemplo, la duración media anual de insolación en los municipios de Fuerteventura está en torno a 3.000 horas, con localidades de otras islas que incluso llegan a las 3.200 horas, como es el  caso de Maspalomas o Mogán, con 3.225 horas anuales (Fuente:  ITC-CIEA / Proyecto Mabican /2001).

Si ponderamos estos valores sobre insolación con la incidencia añadida que la aridez del entorno y la propia sequedad del clima, especialmente importante en general en la zona sur de cada isla y, sobre todo, en las islas orientales, podremos hacernos idea de la repercusión que puede tener sobre el desarrollo de la actividad docente en los centros educativos.

Actividades al aire libre, educación física, horario de recreo, competiciones deportivas, programas de acogida previa al comienzo de las clases y posterior a la finalización de las mismas, etc., quedan claramente limitados, cuando no imposibilitados, en aquellos casos en los que los centros educativos carecen de las suficientes áreas de sombra.

La formación en torno a los hábitos de vida saludable que desde el ámbito escolar y familiar se trata de difundir entre los alumnos, con una especial atención a la actividad física al aire libre, pero con precaución ante los efectos que la excesiva exposición al sol puede tener sobre las enfermedades de la piel, queda también muy cuestionada en aquellos centros que carecen de estas instalaciones de sombra suficientemente amplias.

Se hace necesario, por lo tanto, disponer de un plan de trabajo que permita contrastar información actualizada sobre la situación actual y posibles carencias en zona de sombras en los centros educativos de la Comunidad Autónoma. Así como del establecimiento de una serie de prioridades en la materia para ir siendo atendidas de acuerdo con las disponibilidades presupuestarias.

Así mismo, es necesario que este mismo planteamiento sea atendido en los nuevos proyectos de infraestructuras educativas que el Gobierno de Canarias vaya a ejecutar a partir de ahora.

Por lo expuesto, plantean los diputados de CC por Fuerteventura que es necesario continuar con el proceso de mejoras de las infraestructuras educativas, pero prestando una atención especial a la dotación de suficientes espacios de sombra que permita el desarrollo de actividades al aire libre.

También es necesario evaluar la disponibilidad de estos espacios de sombra en los centros educativos ya existentes y las posibles necesidades al respecto. Al tiempo que establecer un orden de prioridades para atender las inversiones necesarias en esta materia, de acuerdo con la disponibilidad presupuestaria en las próximas anualidades.

En cualquier caso, fijar como criterio básico en el diseño y construcción de nuevos centros educativos la disponibilidad de suficientes áreas de sombra para el normal desarrollo de la actividad docente y complementaria.