Paul Gauguin y Manuel Vázquez Montalbán por Ángel Díaz Arenas
20 de abril de 2022 (11:47 h.)
«D’où venons-nous? Qué
sommes-nous? Où allons-nous?»
(Día del libro: sábado,
23.04.2022)
Ángel Díaz Arenas
Sobre la obra poética de Manuel Vázquez Montalbán
escribe Florence Estrade (Marie-Claire Zimmermann) en «L’oeuvre poétique de
Manuel Vazquez Montalban (1939-2003)»1: “Manuel Vázquez Montalbán a
écrit neuf recueils de poèmes, entre 1962 et 2003. Souvent méconnue du grand
public et ignorée des anthologies poétiques récentes, cette facette est,
pourtant, essentielle pour comprendre l’univers symbolique de l’auteur
barcelonais ainsi que sa conception éthique et esthétique du monde qui
l’entoure. Le senior des «novísimos», selon José María Castellet, se distingue
du reste des poètes de sa génération en assumant un héritage culturel, à la
fois, populaire et littéraire. Jamais en rupture, mais toujours en marge des
courants artistiques dominants, le poète crée un monde propre où mémoire intime
et mémoire collective s’entremêlent et où le désir est synonyme d’utopie. La
mise en forme des mots dans l’espace de la page et entre eux, à l’intérieur du
vers et, à une échelle plus globale, du poème, conduit le poète à définir une
forme, c’est-à-dire un système d’écriture propre et autonome, traduisant sa
quête d’un nouveau langage. L’auteur barcelonais «dessine» ainsi son
autoportrait poétique en répondant aux trois questions, formulées par Paul
Gauguin2, sur la destinée de l’homme:
1. “«D’où
venons-nous? Qué sommes-nous? Où allons-nous?»”
, frases y obra del pintor
fauvista parisino, Paul Gauguin3, en la obra de Manuel Vázquez Montalbán que no se limita únicamente a un
poema a él dedicado, «Gauguin»4,
desterrado a
las Marquesas,
conoció la
cárcel por sospechoso
de no infundir
sospechas
en París
se le tenía por
un snob empedernido
sólo algunas
nativas conocían su impotencia
pasajera
y que l’or de ses corps
era un pretexto
para olvidar
las negras sillerías de las lonjas
el cucú de un
comedor de Copenhague
un viaje a Lima
con una madre triste
las pedantes
charlas del café Voltaire
y sobre todo
los
incomprensibles versos de Stéphane Mallarmé5
, sino que se amplía a uno de sus
cuadros (tal vez el más transcendental), como viene referenciado en la página
44 de Los mares del Sur [(Barcelona, 71989). Editorial
Planeta]: «La habitación privada [del señor Stuart Pedrell] no tenía más
detalle significativo que una excelente reproducción pintada del ¿Qué somos?
¿Adónde vamos? ¿De dónde venimos? de Gauguin». Su título original francés
dice: «D’où venons-nous? Qué sommes-nous? Où allons-nous?»6 (1897), siendo éste un lienzo al óleo
y sus medidas dicen, 139 x 373 cm., pudiéndose contemplar en el Museum of Fine
Arts de Boston; veamos un fragmento central:
Pintor sobre el que escribió
Manuel Vázquez Montalbán en 1998 una biografía que se titula Paul Gauguin:
la lunga fuga7, lo que aclara la dedicación de este escritor a la
personalidad y obra de dicho artista, lunga fuga8, que sin correr largo y ancho nos lleva a mirar y ojear dos libros de y
sobre la obra Manuel Vázquez Montalbán, siendo así que presentamos la presencia
de este pintor y obra, según figuran en nuestro Manuel
Vázquez Montalbán: Recuento de una vida
y una obra (1939-2003: 15 años después) 9,
poema titulado «Gauguin»
(págs. 477-480), perteneciente a su poemario Memoria y deseo10, representando ser uno de los más característicos y sintomáticos de la
producción de Vázquez Montalbán. De este texto se ofrece, primero, un resumen (autotexto
sinóptico) en las páginas 30-31 de Los mares del Sur: «En los
cajones, recortes de artículos y entre ellos un poema recortado de una revista
poética: Gauguin. Cuenta mediante verso libre la trayectoria de Gauguin
desde que abandona su vida de burgués empleado de banca hasta que muere en las
Marquesas rodeado del mundo sensorial que reprodujo en sus cuadros...» Y el
narrador concluye diciendo: «Así terminaba el poema de un autor cuyo nombre no
le dijo nada a Carvalho»:
y sobre todo
los incomprensibles versos de Stéphane Mallarmé.
Sin embargo, ese nombre -que «no
le dijo nada a Carvalho»- es el de su propio creador literario: Manuel Vázquez
Montalbán. Algo que tal vez no se diga muy a menudo es que a la base del libro
de Manuel Vázquez Montalbán titulado Paul Gauguin: la lunga fuga11 (aunque de 1991), tal vez se hallaba el libro profundamente autobiográfico
y crudo de
1.1. Paul Gauguin: Antes y
después
en base al que Manuel Vázquez
Montalbán redacta su “Gauguin. La larga huida”12, libro sobre el que escribe Mario Sánchez Arsenal en su “Paul Gauguin:
«Antes y Después12 (seguido de Gauguin. La larga huida, de Manuel
Vázquez Montalbán)»”13, y comenta: «Para hablar de un hombre tan tremendo
como Paul Gauguin sería necesario, cuando menos, tener cierta precaución y
abordar con actitud comedida la amplitud de su pensamiento. Claro que no
tratamos sólo del hombre como individuo, sino también como artista, cuestión
indisoluble de su personalidad y que no nos facilita de ningún modo cualquier
exégesis sobre su vida u obra. Por eso ahora la editorial Nortesur nos obsequia
con la traducción de una obra tardía autobiográfica con el título de Antes y
Después, un texto reivindicativo del propio artista al que añadir o puntuar
algo se antojaría casi un acto de impertinente vanidad. En este sentido, y en
esta precisa ocasión, la edición viene seguida de un iluminador ensayo de
Manuel Vázquez Montalbán sobre el pintor, Gauguin. La larga huida.14 Entre las muchas consideraciones que se tratan en este libro, una de
ellas, la más importante y la que sirve de eje vertebrador de prácticamente
toda su vida, es el rol contracultural que Gauguin asumió desde sus propios
inicios, armado con una mente lúcida y unas ideas extraordinariamente firmes.
De esa manera el pintor pudo encarnar la regresión a un humanismo sesgado que
le valdría la otredad de sus contemporáneos convirtiéndose en un personaje
ajeno a toda generalidad. Desfilan por entre sus páginas el Gauguin pintor, el
Gauguin persona, el Gauguin paternal que tantas controversias generaría, el
Gauguin pensador y el Gauguin escritor. Una figura polimorfa y poliédrica que
vería su consumación, primero en pintura como adalid de la vanguardia de su
tiempo y más tarde como vigoroso paradigma de la rebeldía y la incontinencia.
Un ser terrible en todas sus acepciones, siendo así que
1.2. Paul Gauguin
vivió 51 años, edad nada
desdeñable para la esperanza de vida de su tiempo, aunque a nosotros pueda
resultarnos prematura. Como padre de familia fue considerado un desagradecido y
un traidor por su marcha repentina a la Polinesia; sin embargo, se equivocan
los que piensan que separó de su vida a su esposa y a sus cinco hijos sin
dolor. “Vivió pendiente de ellos, a distancia, se preocupó por su bienestar,
pasando por encima del rechazo de la familia de Mette que veía en Gauguin a un
extravagante sureño con la cabeza de chorlito”, dice Vázquez Montalbán.
Controversia abierta. Lo cierto es que de su etapa de burgués estable
arrastraría una tendencia depresiva cada vez que sus finanzas flaqueaban.
Más tarde las prematuras muertes
de dos de sus hijos, Aline y Clovis, acabarían por hundirle moral y
físicamente, lo que le llevó continuamente al autoengaño sobre la posibilidad
de reemprender una vida estable junto a su familia. Uno de los aspectos más
interesantes de este testimonio escrito es la latente oposición de Gauguin a
todo sistema establecido, lo que le valió a la postre, entre lo mejor avenido,
los adjetivos de rebelde, pendenciero, ególatra o instrumentalizador. Frecuentó
los más célebres cafés parisinos como la Brasserie Andler, el Voltaire, el
Varenne o el Nouvel Athènes; allí se nutrió de tertulias literarias que
versaban sobre la producción postbaudeleriana conducidas por los críticos del
arte de vanguardia, que allí eran fácilmente accesibles. Así vemos cómo algunos
le aplicaron la etiqueta política de “anarquista de derechas” o le situaron,
como lo hizo Hauser, en una bohemia decadente hija de Baudelaire, fugitiva a través
del viaje por el viaje, signo inequívoco de inadaptabilidad social. Por tanto,
¿quiere decir que hallamos en este artista de genio un revulsivo baudeleriano?
Porque el mismo pintor no lo declara en este escrito de manera directa, pero
pudo ser que Vázquez Montalbán quisiera insinuar algo parecido. Por ello, es
inevitable no volver a la primera consideración de la personalidad de este
Gauguin terrible, terriblemente inconformista, prófugo de la inmovilidad y el
estatismo, ángel caído de los cielos de la pintura.
El uso de la libertad en
Gauguin se materializó en tres conceptos: abstracción, simbolismo e
impresionismo. Ese impresionismo fue entendido por él mismo no como venía
siendo habitual, sino como una complicidad con el espectador, algo novedoso y
revolucionario. Algo casi de locos. Pero como escribiera el psicoanalista Jung
tiempo después, y parece que a la medida de Gauguin: “Al crecer el conocimiento
científico, nuestro mundo se ha ido deshumanizando”. Jung no pudo definir
mejor, sin ser consciente, la sensación paralela del pintor ante el hecho
artístico. Y en este sentido, tal y como escribiera el polémico escritor Ernest
Renan: “Quién sabe si la verdad no es triste”. En aras de dilucidar estas y
otras cuestiones, nos enfrentamos a un texto realmente sincero y mágico, tan
crudo como noble y, sobre todo, testimonio vivo de las consecuencias terribles
que puede ocasionar llevar los ideales hasta su última expresión. Y ya para
terminar y certificar ese carácter incorregible –a decir verdad, no era necesario
corregirlo, eso lo entendió rápido– basten sus mismas palabras escritas desde
las Marquesas en 1903, tres meses antes de morir: “Ya es hora de que cese toda
palabrería […] Además del arte puro, hay de todas formas, dada la riqueza de la
inteligencia humana y de todas sus facultades, muchas cosas que decir, y hay
que decirlas. La crítica no podrá impedir que lo escriba, aun siendo infame”».
Pero la presencia del pintor fauvista parisino, Paul Gauguin, en su obra no se
limita a un poema a él dedicado, sino que se amplía a uno de sus cuadros (tal
vez el más transcendental), como viene referenciado en la página 44 de Los
mares del Sur (repetimos): «La habitación privada [del señor Stuart Pedrell] no tenía más detalle significativo que
una excelente reproducción pintada del “¿Qué somos?
¿Adónde vamos? ¿De dónde venimos?” de Gauguin», un Carlos Stuart
Pedrell sobre el que cuenta su viuda en la página 19 de Los mares del Sur:
-Mi marido se fue en plena
crisis. No era un hombre en sus cabales. Cuando estaba sereno, lo cual era un
milagro, se colgaba de cualquiera para contarle la historia de Gauguin. También
él quería ser Gauguin. Dejarlo todo y marcharse a los mares del Sur.
He aquí, entonces, transformada y
revivida la historia de Paul Gauguin15, incluso con un emulador muerto,
Carlos Stuart Pedrell, lo que nos permite despedirnos con un
1.3. Adiós Manolo, Carlos y Paul
, pintor y obra que parece ser
que preocupó y ocupó bastante la escritura del escritor barcelonés como expresa
Florence Estrade (Marie-Claire Zimmermann), quien en su «L’oeuvre poétique de
Manuel Vazquez Montalban (1939-2003)»16 hace una exposición temática muy
clara del tema; veamos: “«D’où venons-nous? Qué sommes-nous? Où allons-nous?»
que correspond au titre du tableau de Paul Gauguin17
représentant
son testament d’artiste. Le choix de ce tableau pour introduire le thème de
notre recherche, ne relève pas du hasard. Manuel Vázquez Montalbán a écrit
plusieurs textes au sujet de l’œuvre et de la vie du peintre voyageur: un poème,
intitulé «Gauguin», inclus dans le deuxième recueil de poèmes de Vázquez
Montalbán, Liquidación de restos de serie18 (1971), et un essai, intitulé La
longue fuite20
(1991), dont un long
extrait sera repris, plus de dix ans après, dans le premier chapitre d’une
étude consacrée à la peinture contemporaine, intitulée Geometría y compasión20 (2003). De plus, outre la fascination
qu’exerce le peintre sur le poète, il est possible d’établir un parallélisme
entre ce tableau et l’ensemble de l’œuvre du poète barcelonais, permettant
d’avoir une vision globale de celle-ci ainsi que de notre étude. En effet, il
semblerait que, tout au long de son œuvre, Manuel Vázquez Montalbán apporte des
réponses aux trois questions, plus philosophiques que picturales, posées par
Gauguin sur la destinée de l’Homme»”, es decir: «D’où venons-nous? Qué
sommes-nous? Où allons-nous?». Éste es el destino
de todo y cada ser humano o no: nacer → crecer → cesar que nos conduce a otro
poema suyo mortuorio y de MUERTE en su poema titulado «Oh ciudad del terror»
(Blogpoemas) que en su brevedad de 14 líneas
versales, dimensión de soneto (4 _ 4_ 3 _ 3) dice:
Oh ciudad del terror
entre las avenidas lívidos
árboles del otoño
los invasores
fusilaban archivos
borrachos de memoria bárbaros
hartos de carne humillada
y ofendida
el miedo era una presencia
el silencio su mortaja
las palabras escondidas en las cosas
las ideas en los ojos
contemplaban
la división entre el que muere y el que mata.
Anunciándonos y presagiando la guerra sinsentido e inútil
de Ucrania y su causante, ese Putin con una “P” inicial formante de muchos
adjetivos calificativos...
Notas
1 Florence Estrade (sous la direction de Marie-Claire
Zimmermann): «L’oeuvre poétique de Manuel Vazquez Montalban (1939-2003)», en: Université
Paris-Sorbonnne. Lettres et civilisations, (Paris, samedi 16 décembre
2006). Université Paris-Sorbonnne. Esta persona ignora siempre los acentos del
nombre del estudiado.
2 Eugène Henri Paul Gauguin (París, 7 de junio de
1848-Atuona, Islas Marquesas, 8 de mayo de 1903), conocido como Paul Gauguin,
fue un pintor posimpresionista reconocido después de su fallecimiento.
3 Veamos sobre este artista y obra los libros de Ingo F.
Walther y Rainer Metzger: «Genie und Irrtum: Gauguin in Arles Oktober bis
Dezember 1888», en: Vincent van Gogh. Sämtliche Gemälde, Band II:
Arles, Februar-Anvers-sur-Oise, Juli 1890, (Köln, 1989), págs. 441-463.
Benedikt Taschen Verlag e Ingo F. Walther: Paul Gauguin 1848-1903. Bilder
eines Aussteigers, (Köln, 1999). Benedikt Taschen Verlag.
4 Manuel Vázquez Montalbán: «Gauguin», en: Memoria y deseo. Obra poética (1963-1983), (Barcelona,
1986), págs. 90-93. Editorial Seix Barral.
5 A este (París, 18 de marzo de 1842–Valvins, 9 de septiembre
de 1898) poeta francés puede considerársele como uno de los iniciadores del
simbolismo, siendo sus obras principales: L’Après-midi d’un Faune
(1876), Poésies Complètes (1887), Un coup de dés jamais n’abolira le
hasard (1897), etc. Consúltese, por ejemplo, a André Lagarde & Laurent
Michard: «Mallarmé», en: XIXme Siècle, (Paris, 1961),
págs. 529-538. Éditions Bordas.
6 I. F. Walther: «>D’où venons-nous? Qué
sommes-nous? Où allons-nous?<», en: Paul Gauguin (1848-1903). Bilder eines Austeigers, op.cit., págs. 76-77.
7 Manuel Vázquez Montalbán: «Gauguin», en: Memoria y
deseo. Obra poética (1963-1983) op.cit., págs. 90-93 y traducciones: Paul
Gauguin: la lunga fuga, (Firenze, 1998). Versión castellana de Hado Lyria.
Passigli Edition.
8 Leamos al respecto a Rachel Slough: «Las sendas del
desencanto: Los mares del sur de Manuel Vazquez Montalban», en: ‘07,
Illinois Wesleyan University, (Illinois Wesleyan, April 2007). Honors
Projects.
9 Ángel Díaz
Arenas (Santander, *1937): Manuel Vázquez Montalbán: Recuento
de una vida y una obra (1939-2003: 15 años después),
(Madrid, 2019). Editorial Verbum.
10 M. Vázquez Montalbán: «Gauguin», en: Memoria y
deseo. Obra poética (1963-1983), op.cit., págs. 90-93.
11 Manuel Vázquez Montalbán: Gauguin, (Paris, 1991).
Flohic Editions.
12 Paul Gauguin: Antes y después y Manuel Vázquez
Montalbán: “Gauguin. La larga huida”, (Madrid, 1 de marzo 2012).
Editorial Nortesur.
13 Paul Gauguin: Vorher und Nachher, (Köln, 1998). DuMont
Buchverlag.
14 Mario Sánchez Arsenal: “Paul Gauguin: «Antes y
Después (seguido de Gauguin. La larga huida, de Manuel Vázquez Montalbán)»”,
(Barcelona), Nortesur, 254 p., 18 euros. ISBN 9788493784171“, en: c:
culturamas. la revista de información cultural en internet, (19 de mayo de
2012). Editorial Nortesur.
15 No olvidemos señalar que él (como sabemos) también
tiene su libro-biografía sobre dicho pintor cuya versión italiana dice
(repetimos): Paul Gauguin: la lunga fuga, (Firenze, 1998), Versión
castellana de Hado Lyria (Sumbulovich). Passigli Edition.
16 Marie-Claire Zimmermann: «L’oeuvre poétique de Manuel Vazquez Montalban
(1939-2003)», en: Université Paris-Sorbonnne. Lettres et civilisations,
op.cit.
17 Sobre el tema Paul Gauguin en la obra de Manuel
Vázquez Montalbán puede consultarse a Georges Tyras: «Entre memoria y deseo: la
poética de la huida en la obra de Vázquez Montalbán», en: Manuel Vázquez
Montalbán: el compromiso con la memoria, (Nueva York, 2007), págs. 105-116.
José F. Colmeiro (coord.), Boydell & Brewer.
18 Veamos a Manuel Vázquez Montalbán en su «“Arte
poética”: Liquidación de restos de serie», en: Nueve novísimos poetas
españoles, (Barcelona, 1970). Antología de José M.ª Castellet. Editorial
Seix Barral. Recordemos: José María Castellet (Barcelona, 15 de diciembre de
1926-9 de enero de 2014): «Manuel Vázquez Montalbán, 1939», en: Nueve
novísimos poetas españoles, (Barcelona, 1970), págs. 55-86. Editorial Seix
Barral.
19 Léase a Manuel Vázquez
Montalbán y su La longue fuite [(Lyon, 05/10/2000). Flohic Editions],
libro cuya presentación indica: «Les êtres, les animaux autant que les hommes,
ne se réalisent pleinement que dans la fuite, et notre aspiration dernière est
d‘atteindre le lieu d‘où nous ne voudrions jamais repartir. “C‘est du moins ce que croyait Montalban en 1965. Il a
découvert l‘inutilité du voyage comme fuite lorsqu‘il lui est apparu évident
qu’” on ne voyage qu‘avec soi-même, c‘est-à-dire en compagnie de l‘être que
l‘on prétend fuir. “Manuel Vazquez Montalban revit cette quête lente et pleine
de désillusions que fut la vie de Gauguin”».
20 Manuel Vázquez Montalbán: Geometría y compasión,
(Barcelona, 24 de enero de 2003). Editorial Mondador.