TEA Tenerife lleva hasta Fuerteventura el universo creativo del artista bosnio Stipo Pranyko
14 de octubre de 2015 (12:01 h.)
TEA
Tenerife Espacio de las Artes, centro dependiente del Cabildo, lleva a
Fuerteventura una exposición de Stipo Pranyko (Jajce, Bosnia, 1930), un
creador que desde la década de
los cincuenta ha desarrollado una intensa actividad al servicio de una
obra desnuda, solitaria y esencialista, formalmente vinculada al
denominado Arte pobre.
En esta exposición, comisariada por
el conservador de la Colección de TEA, Isidro Hernández, el espectador podrá asomarse al universo creativo de Pranyko.
Dibujos, esculturas en madera,
instalaciones, numerosas piezas de carácter textil y creaciones con
elementos usados de la vida cotidiana y reincorporados a la obra
artística conforman esta muestra que llega a Fuerteventura.
Stipo Pranyko contribuye
a la difusión de un legado artístico que constituye un capítulo de
excepción indiscutible para la creación artística experimental y
contemporánea. Cabe recordar que una parte
de su obra ya fue exhibida en la Fundación César Manrique (Lanzarote,
1998), en el IVAM (Valencia, 2004) y en TEA Tenerife Espacio de las
Artes (Tenerife, 2012).
Stipo Pranyko
recurre al uso de materiales cotidianos y precarios, al alcance de la
mano o de uso corriente, para construir un arte rehumanizado,
próximo al devenir de la vida íntima. El blanco ajado de sus gasas y
paños, la herrumbre de los objetos encontrados e incorporados a sus
propias obras, la carcomida textura de los granos de arroz que pigmentan
muchas de sus telas o el acabado tosco y frágil
de su manufactura artesana, son algunos de los signos que constituyen
la base de su actividad plástica. Esta exposición ofrece un conjunto
significativo de su obra, creaciones en la que se puede percibir una
apuesta rigurosa por la escasez de elementos, la
contención y la sencillez expresiva.
El
autor bosnio pertenece a la nómina de la cultura yugoslava desplazada
tras la Segunda Guerra Mundial. Esta circunstancia marca su trayectoria,
esencialmente errante
y apátrida, al igual que su obra, construida sobre un imaginario muy
personal, desasida, al margen de los circuitos comerciales del arte
contemporáneo. En Italia, Alemania y Francia fijó Pranyko sus
residencias hasta que en 1989 se instaló en Lanzarote, desarrollando
una intensa aunque solitaria actividad artística al servicio de una
obra desnuda y esencialista. Su obra plantea el retorno a los valores y
las necesidades prioritarias: a la renuncia del color, al blanco
aséptico y a la luz. Su obra remite a un proceso de
despojamiento continuo, de búsqueda de la desnudez expresiva. Esa
escasez y precariedad de medios, unida a la austeridad que ha
caracterizado su propia vida, plantea un discurso crítico sobre la
sociedad actual de consumo.