Durante el 2014 se produjeron más de 100.000 divorcios en España, un 5,6
% más si lo comparamos con los divorcios de 2013, de acuerdo con los últimos
datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es habitual que las parejas contraten
préstamos personales juntos. La estabilidad financiera que aportan dos titulares nos permitirá
acceder con mayor facilidad a la financiación, pero ¿qué ocurre con los préstamos
personales conjuntos si nos divorciamos?, ¿las deudas se comparten? El comparador financiero HelpMyCash.com
nos explica qué pasaría con estos préstamos en el caso de una separación.
¿Cómo se
comparten las deudas?
Las separaciones nunca son fáciles y si además las mezclamos con deudas,
el tema puede resultar más que peliagudo. Es importante tener en cuenta que, aunque estemos divorciados, ante el banco sigue habiendo dos titulares,
es decir, dos responsables de los pagos de las cuotas. Para poder separar las
deudas existen diferentes alternativas.
Ante esta situación lo más fácil
es cancelar los préstamos pendientes para que no quede ninguna deuda entre la
pareja. Si se trata de un bien material, como un coche, podemos venderlo y
reembolsar la totalidad del préstamo. Sin embargo, esta opción no siempre es
posible si se trata de préstamos por reformas, viajes u otros bienes no
materiales.
Una solución en estos casos es dejar
una cuenta corriente conjunta sólo para pagar las cuotas mensuales del crédito
y así cada una de las partes ingresará la mitad de la cuota cada mes. El gran
problema con esta alternativa es la confianza mutua que se debe tener ya que
puede pasar que alguno de los dos titulares decida no pagar, dejando a la ex
pareja pagando el crédito en su totalidad, o que contrate otros productos
bancarios, como una tarjeta de crédito, en esa cuenta y deje al otro titular
con más deudas.
Otra opción es solicitar una
novación para cambiar la titularidad del préstamo para que uno de los dos se
quede con la deuda. Esta solución es algo más complicada ya que conlleva
sentarnos a negociar con nuestra entidad, el cobro de comisiones adicionales y
que el banco realice un análisis de solvencia al titular que se quede con el
préstamo para evaluar si es lo suficientemente solvente para quedarse con la
totalidad del crédito (algo que no siempre es posible).
A veces, el acuerdo de divorcio
puede establecer que uno de los dos titulares responsables pague el crédito,
esto suele pasar cuando el titular en cuestión se queda con el bien financiado,
pero aunque el acuerdo establezca a un solo titular como responsable del
reembolso, a los ojos del banco seguirá
habiendo dos titulares y en caso de
impago serán los dos conyugues los
responsables. En este caso no pagar es la peor de las soluciones, la mejor alternativa
será que el otro titular pague las cuotas y acudir a la vía judicial para
reclamar a nuestra ex pareja las mensualidades abonadas.
De todas maneras cada divorcio es un mundo, la situación personal y
económica de cada pareja debe ser evaluada individualmente para poder tomar la
decisión más ajustada con respecto a las finanzas compartidas.