El Cabildo presenta las publicaciones 'El Agua' y 'La Mar' en Fuerteventura

img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjANuPr_QrZ4ia5b-lWo-fEr2SdvTBlfnm3amUJyqDoiHPsZDNHOf1IGSCncoWVLjn9bpjhxboPu4P_MNg21X4YzRw2pfOpelKbqOhFTIA9uey6b7M-wO5tVgfftl_bmteeyrdIshn7-va/s400/marcialmorales_2Cjavier_sanchez_2Cjaviermelian_2Celoyvera_2Ccarlosdesaa_2Cmariocabrera.jpg




El periodista Eloy Vera y los fotógrafos Javier Melián y Carlos de Saa son los principales artífices de estas dos publicaciones sobre la idiosincrasia majorera




Las primeras ediciones de 'Fuerteventura. El mar, la mar' y 'Fuerteventura. El agua', editadas por el Servicio de Publicaciones del Cabildo, vieron ayer la luz con su presentación al público, que tuvo lugar ayer en el Centro Bibliotecario Insular (Puerto del Rosario) ante más de un centenar de personas.

El presidente del Cabildo, Mario Cabrera, y el alcalde de Puerto del Rosario, Marcial Morales, acompañaron en este acto al periodista majorero Eloy Vera Sosa, encargado de la elaboración de los textos y del trabajo documental que ha dado lugar a estos dos libros. También ha sido importante para sacar adelante estas dos publicaciones el trabajo de los fotógrafos Carlos de Saa, responsable de las imágenes que ilustran el libro sobre La mar, y Javier Melián, autor de las fotografías de El agua.

La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo es la entidad promotora de dos publicaciones que, según describió Eloy Vera, "tienen como punto de partida el agua y el mar en la historia y en la vida majorera", y que "tratan de llegar al lector a través de textos ligeros y la fuerza de sus imágenes".

Mario Cabrera valoró la aparición de estas dos publicaciones como "una apuesta por ofrecer desde una perspectiva divulgativa una nueva visión sobre dos elementos que es necesario dar a conocer porque hablan de nuestra identidad y nuestra cultura y que hasta el momento no contaban con demasiada bibliografía específica, pero que sin embargo han representado un papel crucial en el desarrollo de la sociedad majorera".

"El agua ha estado presente siempre en la vida de las gentes del campo, que viviendo en una isla árida miraban al cielo esperando la lluvia, y cuando llegaba tenían la sabiduría de saber economizarla. Esto al fin y al cabo supone un interesante símil con los momentos actuales, en que buena parte de los esfuerzos de las instituciones en este ámbito se dirigen a completar el ciclo del agua entre la desalación apoyada en energías renovables y la reutilización de las aguas depuradas. En cuanto al mar, guarda relación con la tristeza en el recuerdo de las familias que vieron a los suyos abandonar la Isla en los malos momentos, y con el futuro que se dibuja en torno al turismo que tanto nos ha dado y el necesario equilibrio que se propone desde la declaración de Fuerteventura como Reserva de la Biosfera", dijo Cabrera.

Marcial Morales destacó el trabajo del Servicio de Publicaciones del Cabildo que "durante tantos años ha trabajado para ampliar la bibliografía que existe sobre Fuerteventura" y felicitó a Eloy Vera, quien tras el esfuerzo realizado "se une a una larga lista de intelectuales que han indagado sobre el pasado, la cultura o la identidad de Fuerteventura".

Eloy Vera describió el proceso creativo para la realización de estos dos libros cuyo trabajo comenzó en el verano de 2010, y que desde entonces ha "llevado un importante trabajo documental repasando todo lo escrito hasta ahora sobre Fuerteventura en los últimos siglos, y más recientemente en publicaciones como la revista Tebeto o las Jornadas de Estudio sobre Fuerteventura y Lanzarote".

Sin embargo, agregó el autor, todo esto no hubiera sido posible sin la colaboración "de todas las personas que se prestaron para hacer las entrevistas, protagonistas al fin y a cabo de los libros como son los pescadores o los agricultores majoreros".


El mar, La mar. Fuerteventura

Eloy Vera Sosa explicó sobre esta publicación que su primera conclusión es "la desmitificación de Fuerteventura como una isla que vive de espaldas al mar. Tanto las referencias más antiguas, como son el registro fósil o las crónicas de Le Canarien, desprenden que los antiguos pobladores de la Isla incorporaban en su dieta alimentos procedentes del mar. Más adelante, queda constancia cómo la llegada de pobladores normandos, andaluces o portugueses introducen vocablos ligados a la pesca, o incluso nuevos oficios como el de carpintero de ribera".

También habló sobre cómo "en épocas de escasez la dieta marina era un recurso salvador para mucha gente, de lo que queda constancia en antiguas actas del Cabildo". Asimismo, dijo, "este libro puede servir de homenaje al oficio de pescador, que nos ha dejado costumbres como los trueques con el agricultor, el sistema de marcas costeras, las tradiciones y procesiones marianas, etc.".

'Fuerteventura. El agua'

Eloy Vera agradeció en primer lugar la colaboración del historiador majorero Javier Sánchez por su aportación en el trabajo documental de este libro. En cuanto a la evolución de la relación entre la población majorera y el agua, dice Vera que en un primer lugar "nos queda la duda de saber qué dependencia real tenían los aborígenes del agua, pues no esta clara la existencia de una agricultura preeuropea, aunque es sabido que sus asentamientos se ubicaban en los entornos de los barrancos, o que escarbaban en las montañas en su busca".

Con la colonización, "llega la dependencia de la población a los ciclos del clima" así como su relación con las manifestaciones religiosas, cuando la gente se encomendaba a las deidades católicas para pedir la llegada de las lluvias, como recogen por ejemplo actas del Cabildo "en las que se registró la singular procesión que realizó la Virgen de La Peña por varias localidades de la Isla en un periodo importante de sequía".

Esta dependencia dio lugar también a los que posiblemente fueron los periodos más dramáticos de la historia de Fuerteventura, cuando la escasez de lluvias provocó sucesos como emigraciones masivas, la movilización de los dirigentes insulares para pedir ayuda en el exterior o incluso la muerte de muchos majoreros por falta de alimentos.

También habló Vera Sosa de los recursos de extracción de agua del suelo en la historia de la Isla, desde los primeros pozos, el ingenio para la creación de aljibes, la figura de los zahoríes que buscaban agua en el suelo convertidos en varistas, o la evolución de los sistemas de extracción desde los sistemas de poleas, las norias, la llegada de los molinos australianos o incluso los motores diesel.

Ya en el siglo XX, el autor habló de sucesos como las intervenciones del Almirante Lallermand solicitando el envío de agua hacia Fuerteventura, o la llegada de la modernidad con la instalación de la primera desaladora en Fuerteventura en el año 1969, destacando en este último punto la labor del ingeniero César Castañeyra en la implantación de esta tecnología que finalmente llevó el abastecimiento del agua a toda Fuerteventura.