El proyecto de La Senda de los Cetáceos
incorporó hace unas semanas una nueva escultura a su exposición permanente en
las costas majoreras. El Cotillo, en el municipio de La Oliva, es el último
hogar del esqueleto de uno de los zifios couvier (Ziphius
cavirostris) que apareció varado en Majanicho hace más de 11 años, y cuya
muerte estuvo asociada a las maniobras navales militares que ocasionaron un
varamiento masivo en las costas de Lanzarote y Fuerteventura.
El Cabido de Fuerteventura, a través de la
Consejería de Medio Ambiente, que dirige Natalia Évora, y en colaboración de la
Fundación Canarias Conservación, que dirige el biólogo marino Manuel Carrillo,
se ha ocupado de recuperar para su exposición las osamentas de hasta seis
cetáceos que aparecieron muertos en las costas de la Isla en diferentes
circunstancias y en distintos momentos de los últimos quince años.
Cabe reseñar que la recuperación y exposición
del esqueleto de este último cetáceo, al igual que el anterior de la misma
especie que luce desde marzo de este año en la Avenida Marítima de Gran
Tarajal, han sido dos acciones que han contado con financiación del Gobierno de
Canarias a través de las partidas dedicadas a los Planes Estratégicos Zonales
de los Grupos de Acción Costera, que a su vez están cofinanciados por la Unión
Europea a través del Fondo Europeo de la Pesca.
Además, el Cabildo de Fuerteventura ha sido la
institución responsable de la instalación de las otras cuatro esculturas que se
erigen en diferentes puntos de la Isla.
Concretamente, el inicio de La Senda de los
Cetáceos se remonta al 18 de abril del año 2000, con el varamiento en la costa
de Majanicho (La Oliva) de una hembra de rorcual común (Balaenoptera physalus) de 19,5 metros de longitud. El esqueleto de
este gigante fue recuperado y recompuesto a modo de escultura en Las Salinas
del Carmen, donde permanece expuesto desde el año 2003.
Otras dos esculturas, un cachalote (Physeter macrocephalus) de 15 metros
instalado en el Saladar de Jandía desde 2006, y un rorcual tropical (Balaenoptera edeni) de 10 metros que
desde 2013 que se expone en el espigón de la Playa de Los Pozos, en Puerto del
Rosario, correspondiente a una hembra de esta especie que apareció flotando a
la deriva en agosto de 2006 en Costa Calma (Pájara), son las esculturas
anteriores.
Asimismo, algunos de estos y otros esqueletos de
cetáceos se han restaurado y expuesto de manera itinerante, por ejemplo, en el
Centro de Interpretación del Parque Natural de Jandía, en el Centro de
Interpretación del Parque Natural de Lobos, en el Centro de Arte Juan Ismael, o
en la exposición Fuerteventura Biosfera,
que se instaló en 2011 en el Real Jardín Botánico de Botánico de Madrid,
siempre con el objetivo de concienciar a la sociedad de la necesidad de
proteger los valores de los océanos desde el conocimiento de estos grandes
mamíferos marinos que habitan en aguas de Canarias.
En Fuerteventura, la colaboración entre
científicos y profesionales de los más diversos oficios con el apoyo de las
administraciones han hecho posible que un suceso como el varamiento de una
ballena sea además de una fuente básica de información científica, un recurso
expositivo y de sensibilización ambiental
Todos los años y por diferentes motivos llegan
muertas a las costas de las islas algunas ballenas y delfines. Entre los
programas que realiza el Cabildo para conocer el estado de conservación de los recursos
naturales de la Isla se encuentra el seguimiento y estudio de los casos de
varamiento de cetáceos, colaborando en el registro de los datos biológicos que
estos sucesos proporcionan y en las necesarias necropsias para tratar de
determinar las posibles causas de la muerte de los especímenes.
Zifios de Couvier en El Cotillo y Gran Tarajal
El esqueleto que se instaló en El Cotillo proviene
de un caso de varamiento masivo atípico de zifios coincidiendo en el tiempo y
en el espacio con la realización de maniobras militares navales (Majestic Eagle
2004) con las que se asoció la muerte de los ejemplares. En esta ocasión
vararon, entre el 23 y 24 de julio de 2004, de forma simultánea tres ejemplares
de zifio de Cuvier, dos en Fuerteventura y uno en Lanzarote. Este ejemplar en
concreto apareció el 24 de julio de 2004 en Majanicho (La Oliva) tiene 5,75
metros de longitud y pertenece a una hembra adulta.
Con respecto a la escultura ubicada en Gran
Tarajal, el esqueleto natural pertenece a un zifio común o de Cuvier (Ziphius cavirostris) cuyo cadáver varó
en abril de 2005 en Roque Negro (Tuineje), una zona próxima al Faro de La
Entallada. Se trata de una hembra adulta que mide 5,5 metros. Esta especie ha
sido protagonista de importantes varamientos masivos coincidentes con el
desarrollo de maniobras militares en las Islas.
Los zifios, cetáceos de entre 4 y 10 metros de
longitud, se distribuyen por todos los océanos aunque la verdadera distribución
de muchas especies es realmente desconocida. Los hábitos oceánicos, junto a un
comportamiento evasivo, hacen que las observaciones de animales vivos sean muy
escasas. Los zifios son algunas de las
criaturas más desconocidas del Planeta y en algún caso nunca han sido vistas en
el mar.
Es posible determinar la especie, el sexo y la
edad de un zifio por la forma y situación del único par de dientes que tienen
en la mandíbula. Se han especializado en una dieta a base de calamares y
crustáceos, que capturan a más de 1000 m de profundidad, pudiendo permanecer hasta 2 horas sin salir a
respirar
.
La Senda de los Cetáceos
La Senda de los Cetáceos es una iniciativa del
Cabildo de Fuerteventura que pretende mostrar en lugares públicos del litoral
de la isla elementos singulares de la Naturaleza. Estas auténticas esculturas
de la naturaleza se recuperan para generar espacios de sensibilización
ambiental ante la conservación del mar y sus habitantes.
En Fuerteventura, la
colaboración entre biólogos y profesionales de los más diversos oficios con el
apoyo de las administraciones han hecho
posible que un suceso como el varamiento de una ballena sea además de una
fuente básica de información científica,
un recurso expositivo y de sensibilización ambiental. A los científicos
el proyecto les ofrece la oportunidad de poder estudiar la estructura ósea de
estos grandes mamíferos marinos y a los artistas el reto de integrar
naturaleza, arte y paisaje.
fotografía del esqueleto que se instaló a principios de mes en El
Cotillo durante la visita que realizó la consejera de Medio Ambiente, Natalia
Évora.