En la última década, la Unidad de Medio Ambiente del Cabildo de
Fuerteventura ha conseguido implementar grandes avances en la Estación
Biológica de La Oliva, albergando un Centro de Recuperación de Flora Salvaje,
un aula didáctica para recibir escolares, una sala de necropsias y otras
instalaciones, entre las que se encuentra el Centro de Recuperación de Fauna
Silvestre. "Se pone en valor la riqueza de la fauna terrestres y marina de
la isla y la importancia de su cuidado en un territorio Reserva de la
Biosfera", recuerda el presidente del Cabildo, Marcial Morales.
Una parcela de más de 30.000 metros cuadrados está orientada a la
gestión de flora y fauna protegida. El Centro recibe animales silvestres
heridos, enfermos o huérfanos para su cuidado y posterior liberación. En algunos casos, los animales son trasladados al Centro de
Recuperación de Fauna Silvestre de Tafira, del Cabildo de Gran Canaria, para
recibir tratamiento clínico.
Los datos recogidos
por el personal del centro reflejan que la mayoría de ingresos corresponden a
aves, tortugas y, en menor medida, cetáceos. “Nuestro principal objetivo es proporcionar comida, alojamiento y
cuidado médico a estos animales para rehabilitarlos y devolverlos a su medio
natural una vez recuperados”, explica la consejera de Medio Ambiente del
Cabildo, Natalia Évora.
Los ejemplares
liberados son marcados con un seguidor GPS, que permite hacer un seguimiento
permanente. "El seguimiento por GPS es muy útil, no sólo
porque nos permite localizar cada ejemplar, sino porque define las rutas
habituales y los espacios en que desarrolla su vida, de manera que nos orienta
a la hora de planificar actuaciones para no incidir sobre sus hábitats",
destaca Évora.
Pero no todos
los ejemplares son puestos en libertad. Excepcionalmente, continúan en el
centro algunos animales que, por distintos motivos, no pueden liberarse. Estos
animales, que residen permanentemente en la Estación Biológica de La
Oliva, permiten preservar la genética de
especies sirviendo de apoyo en programas de investigación como, por ejemplo, el
de cría en cautividad.
Desde hace más
de 16 años habitan dentro del centro cinco hubaras irrecuperables, pero con
facultades suficientes para vivir sin dificultad. "Estos ejemplares nos ha
ayudado en la puesta en marcha de proyectos de investigación. Dentro de este
grupo hay, por ejemplo, una pareja que ocasionalmente ha puesto huevo",
señala Évora.
En el centro
conviven además una pareja de guirres que llegó hace diez años, y una aguililla
que lleva más de 12 años en dichas instalaciones, que cuentan con una serie de salas abiertas en su parte
superior y cubiertas con malla. "Con las salas de aislamiento el animal
puede estar al aire libre, pero evitando cualquier fuga, para poder ser tratado
por especialistas", añade.
Los datos
registrados por técnicos y operarios de Medio
Ambiente revelan que las causas de ingreso mayoritarias son los accidentes de
tráfico o colisiones en carretera, la colisión en tendidos eléctricos,
disparos, e intoxicaciones por vertidos y cebos envenenados. Una problemática
que Medio Ambiente ha conseguido frenar. Según la consejera, en los últimos años se
han detectado menos casos de envenenamiento, y las medidas de señalización de
tendidos eléctricos también están dando buen resultado.
Otras de las causas de entrada en el centro de recuperación son los
relacionados con la desnutrición y el debilitamiento, provocados en muchas
ocasiones por la desorientación de estas especies. Entre los motivos más
recurrentes figura también el
desconocimiento de los ciudadanos, que recogen del suelo ejemplares de aves
recién nacidas en época de cría. "No se deben recoger crías cuando no estén
heridas, aunque no lo parezca, sus padres
están en la zona y saben cómo ocuparse", explica Évora.
Senda de los cetáceos
La Estación Biológica dispone además de un área exterior de sombra
cerrada perimetralmente destinada a la recuperación, limpieza y montaje de la
osamenta de cetáceos varados en la Isla con fines científicos y educativos.
Actualmente, el esqueleto de rorcual común que se expone en los alrededores del
Museo de la Sal de Salinas del Carmen está siendo restaurado en dichas
instalaciones.
De esta manera, se contribuye a
la consolidación de la denominada 'Senda de los cetáceos' del Cabildo de
Fuerteventura, cuyo objeto es exponer las estructuras óseas de ejemplares que
han varado en diferentes épocas y localidades de la Isla, dado su gran valor
educativo y científico.
Una
labor educativa que la Estación Biológica de La Oliva tiene muy presente. Medio Ambiente participa además en programas de sensibilización ambiental
y suelta de fauna recuperada. "La suelta de animales suele aprovecharse
para sensibilizar a la población y realizar actividades formativas, que
funcionan muy bien entre los ciudadanos y especialmente los escolares", asegura
Évora.
Unas
actividades de sensibilización que completan la labor de protección del medio
ambiente que se realiza desde la Estación Biológica de La Oliva, que ha
experimentado importantes avances en todos los campos, con viveros más grandes
desde los que se realizan proyectos de reforestación, salas de necropsia, sala
de cuarentena y la instalación de jaulones que permiten albergar a todos aquellos
animales que necesiten cuidados antes de su puesta en libertad.