23
de marzo de 2015
Con la esperezan
de ver su regreso algún día a la misma playa que las vio nacer, la Consejería
de Medio Ambiente del Cabildo de Fuerteventura liberó este fin de semana en
Cofete tres ejemplares de tortuga boba (Caretta
caretta) cuya vida se había
desarrollado hasta este momento en cautividad, en el Centro de Recuperación y
Conservación de Tortugas Marinas de Morro Jable (municipio de Pájara), instalaciones
conocidas popularmente como Guardería de Tortugas.
Decenas
de turistas y vecinos de la zona asistieron a la liberación celebrada en uno de
los parajes emblemáticos del Parque Natural de Jandía. La playa de Cofete, con
13 kilómetros de arena virgen y libre de construcciones, ha sido desde hace una
década el punto clave para desarrollar el proyecto de reintroducción de la
tortuga Caretta caretta en
Fuerteventura. Este estudio contó durante varias campañas anuales con la
translocación a territorio majorero de miles de huevos de tortuga boba desde Cabo
Verde, recogidos en el mismo momento de su puesta en condiciones naturales.
Como en
anteriores ocasiones, relató la consejera de Medio Ambiente del Cabildo,
Natalia Évora, "la esperanza es que una vez sean adultas y tengan edad
para reproducirse estas tortugas regresarán a desovar en Fuerteventura, en la
misma playa en que nacieron. Esta es una de las increíbles particularidades de la
especie, y los resultados positivos de este estudio han sido probados en otros
lugares del mundo".
Con
respecto a los tres ejemplares liberados, la consejera explicó que contaban con
entre 4 y 7,5 kilogramos. "Se trata de las tortugas que en el momento de
su eclosión nacieron más débiles, debido a las condiciones de temperatura, y
que ahora ya cuentan con el peso y el tamaño suficientes para desenvolverse en
el medio natural con mayores posibilidades de supervivencia", trasladó
Évora.
La liberación
de las tortugas procedentes del estudio de reintroducción y de aquellas otras
que llegan al centro de recuperación tras aparecer accidentadas en distintas
circunstancias, "es siempre una oportunidad de concienciar a la población
y divulgar sobre la conservación del medio marino".
"Este
trabajo continuado durante años -añadió la consejera- ha permitido que la
población local se implique cada vez más en esta tarea, hasta el punto que, a
día de hoy, la colaboración ciudadana es imprescindible para rescatar y atender
a la fauna accidentada en la isla. Son este tipo de actividades las que dan sentido
a los esfuerzos del Cabildo por revalorizar nuestro territorio desde la sostenibilidad
y de acuerdo a los principios de la Reserva de la Biosfera".
La
tortuga Caretta Caretta o tortuga
boba es una especie cosmopolita que se distribuye por todos los océanos y mares
tropicales y subtropicales, en un área muy extensa. Se encuentra en aguas de
las plataformas continentales, bahías, lagunas y estuarios, y en ocasiones
hasta en el interior de puertos.
Esta
amplia distribución y adaptabilidad a todo tipo de ecosistemas marinos hacen de
esta especie un especial indicador del estado de los océanos, al relacionarse
su estado de conservación con la salud de los propios mares.
La Caretta caretta está considerada en
peligro de extinción según los criterios de la Unión Mundial para la
Naturaleza. Sus principales amenazas son la pesca y la contaminación marina,
puesto que es relativamente frecuente encontrar ejemplares enredados en mallas,
plásticos o residuos, que les impide alimentarse con normalidad y les puede
llevar a la muerte.
La
Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Fuerteventura cuida actualmente
ocho de estas tortugas, que durante los últimos meses han sido localizadas
enfermas o accidentadas en distintos
puntos de la geografía insular. Una vez recuperadas son progresivamente
devueltas al mar.
Tortugas residentes y tortugas nacidas en Fuerteventura
Aunque la
tortuga boba (Caretta caretta) es de
los quelonios marinos el más común en Canarias, en aguas de las Islas también
abundan otras especies como la tortuga verde (Chelonia mydas), la tortuga laúd (Demochelys coriacea) o la tortuga carey (Eretmochelys imbricata).
Por
diferentes circunstancias, estos animales marinos son localizados heridos o
muertos a causa de amenazas como los plásticos, las artes de pesca, la colisión
con embarcaciones o enfermedades naturales, entre otras. En los casos más
graves, son enviados a los centros de recuperación de fauna silvestre de Gran
Canaria, aunque últimamente el Centro de Recuperación de Tortugas Marinas,
gestionado por el Cabildo, ha ganado en importancia y operatividad.
Estas
instalaciones, situadas en el Muelle de Morro Jable, fueron habilitadas para
acoger la etapa inicial del desarrollo en cautividad de las tortugas nacidas en
Cofete durante el Proyecto de Reintroducción de la especie en Fuerteventura,
denominándose durante ese tiempo de manera común la Guardería de Tortugas. Este
proyecto permitió trasladar durante varias campañas anuales miles de huevos de
tortuga boba desde Cabo Verde hasta la Playa de Cofete, donde eclosionaban y
nacían.
El
proyecto se basa en el principio de que las hembras de la especie, una vez
alcanzan su madurez –a partir de los diez años-, regresan a desovar a la misma
playa en que nacieron, como ya ha sido comprobado en experiencias similares
desarrolladas en México y California.
Es por
ello que tanto las nacidas en el marco del proyecto de Cofete como las
provenientes de las colonias naturales en varios puntos del Atlántico conviven
durante sus largas migraciones en las aguas de Canarias por su riqueza en
fuentes de alimentación.
Los
expertos señalan que las tortugas marinas son reptiles evolucionados durante
millones de años y con fuertes instintos, un hecho que facilita su introducción
en el medio sin verse condicionadas por la interacción con el ser humano
durante su etapa en cautividad.
Las hipótesis
científicas prevén que las tortugas hembra nacidas en Fuerteventura que hayan
sobrevivido puedan regresar a Cofete cuando llegue el momento de poner sus
huevos, recuperando así un fenómeno natural que ya se producía en la Isla hace
más de un siglo (está documentado), y ofreciendo a esta especie amenazada la
posibilidad de recuperar un nuevo hábitat en el que reproducirse.
Recomendaciones sobre fauna marina accidentada
De manera
general, en caso de avistar una tortuga flotando en el mar se debe comprobar si
está descansando o tiene problemas (lo indican síntomas como sequedad en su
caparazón, algas incrustadas, heridas…).
La
colaboración ciudadana es un factor fundamental en el rescate y atención de las
tortugas marinas y otros animales que aparecen accidentados en las aguas y
costas de la Isla. Llegado el caso de manipular al ejemplar, no se le debe
coger por el caparazón y, para moverlo, hacerlo siempre hacia delante. Hay que
tener cuidado con su pico, uñas y aletas (en caso de mordedura, no tirar hasta
que abra la boca). Una vez atendida, se debe dejar a la tortuga en un lugar
fresco y preferentemente húmedo (con paños o toallas húmedas), y no darle de
comer ni de beber hasta que el personal técnico llegue y recoja al animal. Para
su transporte, se aconseja una caja de plástico acorde al tamaño del animal.
La
principal recomendación en caso de avistar un animal accidentado, marino o de
otro tipo, es siempre contactar con los servicios medioambientales del Cabildo,
si es en horario de oficina con la Consejería de Medio Ambiente (928 - 53 34 27
/ 928 – 86 11 15), a cualquier hora del día con la Centralita de la institución
(928 – 86 23 00 / 22) o, en cualquier caso, directamente con el teléfono de
guardia de los agentes de Medio Ambiente (626 982 371). En caso de no poder
contactar con alguno de estos teléfonos, existe la posibilidad de llamar al
112.