« “Las agonías insulares de Miguel de Unamuno”»
Por Ángel Díaz Arenas
Un Museo
dedicado a Don Miguel de Unamuno y Jugo (Bilbao, 29 de septiembre de
1864-Salamanca, 31 de diciembre de 1936) se encuentra situado en la capital de
Fuerteventura, Puerto del Rosario, en el antiguo Hotel Fuerteventura, donde se
alojó durante el confinamiento decretado por el General Primo de Rivera en
febrero de 1924.
La casa fue adquirida por el Cabildo Insular de Fuerteventura
en el año 1983 y en mayo de 1995 se inaugura y se abre al público. C/ Virgen
del Rosario, 11. 35600 Puerto del Rosario. Fuerteventura. Las Palmas. Tel.: 928
862 376. Fax: 928 532 299. E-mail: [email protected].
Recordemos que en
agradecimiento a la compañía y dedicación que Ramón Castañeyra (1896-1973) le
mostró durante su estancia en la isla, le dedica el libro De Fuerteventura a
París: diario íntimo de confinamiento y destierro vertido en sonetos
(1924-1925).
Gracias a la Asociación de Casas-Museo y Fundaciones de Escritores
(ACAMFE) RESIDENCIA DE ESTUDIANTES. C/ Pinar nº 23, C.P. 28006 MADRID.
Presidente Antonio González Padrón, mail: [email protected].
Recordemos algunas palabras de este libro (pág. 183): “…No me traje conmigo a este confinamiento de
Fuerteventura más que tres libros que caben en un mediano bolsillo: un ejemplar
de ”El Nuevo Testamento”, en su original griego… y dos ediciones
microscópicas, vademécum, de “La Divina Comedia” de Dante y de las “Poesías“
de Leopardi.
Se aconseja consultar y mirar el blog de Bruno Pérez Alemán: «Notas sacadas de “Las agonías
insulares de Miguel de Unamuno”», en: En mi pequeños Mundo: Blog fotográfico y
literario de un aprendiz, (domingo, 9
de septiembre de 2012).
Oh fuerteventurosa isla africana
sufrida y descarnada cual camello,
en tu mar compasiva vi el destello
del sino de mi patria. Mar que sana
con su sonrisa grave y casi humana
y cambia en suave gracia el atropello
con que un déspota vil ha puesto el sello
de su barbarie moribunda y vana;
Roca sedienta al sol, Fuertevenventura,
tesoro de salud y de nobleza,
que te libre el Señor de toda hartura,
pues del santo caudal de tu pobreza
para la España de mafiana, pura,
he de sacar espiritual rique.