La temporada de verano comenzaba
el 20 de junio, y dos días después, el 22, era la fecha prevista por el
Gobierno de España para terminar con el proceso de desescalada tras el estado
de alarma.
El presidente Pedro Sánchez manifestaba entonces que se preveía la llegada de
turistas extranjeros durante los meses de julio y agosto, tras la apertura de
fronteras consensuada con la Unión Europea.
Desde el primer momento, el
Ejecutivo central y el canario han realizado un enorme esfuerzo para impulsar y
dar apoyo a la principal actividad económica de Canarias- el turismo-, con
medidas de gran alcance que han permitido amortiguar las consecuencias en el
ámbito laboral y social.
Destacan los ERTE por fuerza
mayor, que actualmente afectan a más de 82.000 trabajadores en el Archipiélago;
el plan de choque específico para las Islas, que se encuentra en elaboración;
las líneas de avales ICO; la moratoria para el pago del alquiler de pymes y
autónomos, o la negociación abierta con el ministerio de Trabajo para dar
continuidad a esos expedientes temporales de empleo por el tiempo que sea
necesario.
Tras la finalización del estado
de alarma, una esperanza se abría paso en el país y, en especial, en nuestra
tierra. Confiábamos en la recuperación paulatina del sector turístico en las
Islas.
Sin embargo, quién nos iba a
decir cuando abrimos las fronteras y la conectividad aérea que Canarias iba a
experimentar este aumento de contagios tan rápido y sin terminar aún la
temporada de verano. Unas cifras propiciadas, en la mayoría de los casos, por
la falta de conciencia y responsabilidad de algunos residentes, que están
poniendo en jaque no sólo a la salud y al sistema sanitario, sino también al
turismo y al sustento de muchas familias.
El turista quiere viajar a un destino
seguro y debemos transmitirle confianza. Y esto no solo se consigue con la
realización de test PCR, sino con el cumplimiento firme de las normas
sanitarias por parte de los residentes y visitantes en todas las Islas. Es
sorprendente la temeridad e inconsciencia con la que muchos están actuando, jóvenes
y no tan jóvenes, saltándose las normas y poniendo en serio riesgo a nuestro
turismo y a nuestra imagen exterior.
Debemos parar el aumento de los
contagios siendo estrictos en el cumplimiento de las normas. Los canarios
siempre hemos sido ciudadanos cívicos, comprometidos con nuestra tierra, y
ahora estamos ante un momento crítico donde debemos serlo más que nunca.
Se está poniendo en jaque mate al
turismo de cara a la temporada de invierno, altamente dañada ya, y con muchos
países incluyendo a algunas Islas como zonas de riesgo.
No podemos permitirnos continuar con
esta crisis sanitaria y seguir agravando la situación económica del país. Por
muchas medidas que desarrollen los gobiernos, sin la responsabilidad colectiva
y el sentido común, no saldremos adelante.
Asumamos ya nuestra
responsabilidad individual, por el presente y futuro de nuestra tierra. Juntos lo
conseguiremos.
Paloma Hernández, senadora por la isla de Fuerteventura, portavoz
socialista en la Comisión de Turismo del Senado y coordinadora del Grupo
Territorial Socialistas de Canarias.