Tirar las campanas al vuelo por Domingo Fuentes Curbelo

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Hace unos días se ha firmado el esperado acuerdo en la Comisión Mixta de Transferencias Administración General del Estado-Comunidad Autónoma de Canarias, relativo a las compensaciones derivadas del Impuesto General sobre el Tráfico de Empresas (IGTE). Con este acuerdo se suspende «parte» de la compensación que la Comunidad Autónoma de Canarias debía pagar anualmente al Estado por la desaparición de ese impuesto. Y digo «parte» porque hubo acuerdos anteriores de condonación, en especial el de la reducción de 100 M€ que se produjo en el año 2010, con un Gobierno socialista, que se viene cumpliendo puntualmente desde entonces. 

Pero, según leo, el acuerdo que se acaba de firmar tiene carácter provisional, hasta la  aprobación definitiva del nuevo Sistema de Financiación de las Comunidades Autónomas de régimen común. Subrayo lo de régimen común, porque, desde mi punto de vista, Canarias no tiene un régimen  común, sino tiene un régimen especial establecido en el Estatuto de Autonomía y en la Ley del REF que marca un hecho diferencial con las Comunidades Autónomas de régimen común.

Por otra parte, como es bien sabido, desde principios de año, se aprobaron los aspectos fiscales del REF con la convalidación del Real Decreto-Ley 15/2014, de 19 de diciembre, por parte del Congreso de los Diputados, cuyo desarrollo reglamentario se acaba de  aprobar, lo que ha venido a despejar dudas y expectativas, sobre todo en el sector empresarial. Queda por ver el impacto del «nuevo REF» sobre la creación de empleo, que ha sido el relato, el leitmotiv que ha justificado la reforma de sus aspectos fiscales. Sin embargo, el Gobierno no ha tenido tanta prisa, ni ha mostrado ningún interés en aprobar en esta Legislatura los aspectos económicos y sociales del REF (los que nos afectan a todos los canarios desde que nos levantamos hasta que nos acostamos). 

Estos aspectos, a pesar de estar recogidos en una Ley, se están incumpliendo sistemáticamente por parte del Gobierno central, como es el caso, por poner un par de ejemplos, de la obligatoriedad del Estado de invertir en Canarias la media de las otras Comunidades Autónomas (Art. 96 de la Ley del REF 20/1991); o la obligatoriedad de invertir anualmente como mínimo el 50% de la recaudación líquida del IGTE (Art. 12 de la Ley del REF 19/1994). A lo que hay que añadir las dudas generadas por el Gobierno del PP en torno a las ayudas al transporte de pasajeros y mercancías entre Canarias y la Península, así como en el tráfico de pasajeros y mercancías interinsular; las tasas aéreas; las ayudas a la producción de agua potable y la gestión de residuos; las ayudas complementarias al Programa Operativo por la Lejanía y la Insularidad de la UE para el sector primario, POSEI, etc. 


A mi juicio, a pesar de que tanto el acuerdo de la supresión del IGTE, como el desarrollo reglamentario de los aspectos fiscales del REF, son noticias positivas para Canarias, no podemos caer en la complacencia ante supuestas concesiones que no pueden ocultar el maltrato que ha recibido Canarias en esta Legislatura por parte del Gobierno. Recuerdo esto, porque algún alto cargo del Ministerio de Hacienda, el propio ministro Montoro, y el entonces subsecretario de Industria Energía y Turismo y hoy Delegado del Gobierno en Canarias, Enrique Hernández Bento, dejaron caer, durante la tramitación de la convalidación del Real Decreto-Ley de modificación de los aspectos fiscales del REF, su intención de que también los aspectos económicos y sociales de esta Ley se tratarían junto con la revisión del nuevo Sistema de Financiación de las Comunidades Autónomas de régimen común

Es decir, se les nota la intención de liquidar el hecho diferencial, o «fuero canario» —como les gusta decir a algunos—, cuando el objetivo de Canarias, votado reiteradamente en el Parlamento, es justo el contrario, es decir, blindar estos derechos en la Constitución —tal como ocurre en el Tratado de Lisboa, donde se nos reconoce el estatus de región ultraperiférica de la UE—, para que no estén a la arbitrariedad del Gobierno de turno. Si los aspectos económicos y sociales del REF se abordaran en la próxima Legislatura junto con la revisión del nuevo Sistema de Financiación de las Comunidades Autónomas de régimen común, el REF canario quedaría prácticamente liquidado y reducido a sus aspectos fiscales.

Quiero decir que este Gobierno difiere, tanto el acuerdo definitivo sobre la supresión del IGTE, como los aspectos económicos y sociales del REF a ese momento futuro de revisión del nuevo Sistema de Financiación de las Comunidades Autónomas de régimen común. Como si el acuerdo firmado no fuera más que un adelanto a cuenta. Y me temo que en ese momento es cuando, en el hipotético caso de que entonces tuviéramos un Gobierno conservador, nos pasarían la factura. Es decir: «Vosotros ya tenéis lo que os corresponde, más los recursos de la compensación al Estado por la supresión del IGTE, que os hemos perdonado recientemente». Y santas Pascuas.

De modo que, desde mi modesta opinión, Canarias no puede tirar las campanas al vuelo. No podemos olvidar lo que ha pasado en esta Legislatura que acaba de terminar. Los canarios tenemos que defender el hecho diferencial de las Islas a toda costa. No podemos resignarnos, ni renunciar a lo que podemos considerar la «deuda histórica» del Estado con Canarias, es decir, los incumplimientos generados en los Presupuestos Generales del Estado de 2012 a 2016, que se elevan hasta un montante similar al de un Presupuesto para todo un año de la Comunidad Autónoma de Canarias. 

Y tampoco podemos olvidar la firme voluntad del Parlamento de Canarias de recuperar la dinámica de convenios y acuerdos Canarias-Estado para paliar el déficit de los servicios esenciales, así como las infraestructuras básicas —carreteras, obras hidráulicas, transportes, costas, infraestructuras turísticas—, o el Plan Integral de Empleo. Y no podemos olvidarlo, porque tanto los recortes en las políticas sociales, como los incumplimientos del Estado en este cuatrienio con las Islas han empujado a decenas de miles de canarios al paro y al sufrimiento, y han tenido una incidencia directa y negativa en el empleo, el desarrollo, la cohesión social y el proceso de convergencia con el resto de Comunidades Autónomas.



Domingo F. Fuentes Curbelo


Soy canario, de la isla de Fuerteventura. Licenciado en Filología Inglesa. Profesor de IES San Diego de Alcalá de Puerto del Rosario. Socialista. He sido consejero y vicepresidente del Cabildo de Fuerteventura, diputado del Parlamento de Canarias y senador por la comunidad Autónoma de Canarias. Escribo en mis ratos libres y he publicado varios libros (novela y poesía).