4 tortugas halladas en Fuerteventura y tratadas en el Centro de Recuperación y Conservación de Morro Jable regresan al mar

img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiv6P2qTCmYP2GZ9F1oOhMFiUDAz8pWRb6h-sZzZ2P17852pvDBOysLkX_926p8pOrrUeDc2rjmElynEBMx3Ov-ovqVfsTO9LcD9flsWLvtmG4HZRCmWrwy4fFHWQTqIPKlMpT9rGOw2ykl/s640/Fuerteventura-suelta_tortugas_corralejo_06_05_2020.jpg

El Cabildo de Fuerteventura ha liberado este miércoles cuatro ejemplares de tortuga boba (Caretta caretta) que han sido tratadas en el Centro de Recuperación y Conservación de Tortugas Marinas de Morro Jable y que ya se estaban en buen estado para regresar al mar. 

Se trata de cuatro tortugas encontradas en las costas y aguas majoreras con afecciones provocadas por enmalles en las aletas en tres de los casos y con graves heridas por anzuelo en una de ellas, que fueron liberadas en la zona de Corralejo.   

Los animales vuelven al mar en un contexto beneficioso para la naturaleza, con el tráfico marítimo y las actividades acuáticas en su punto más bajo debido a la reducción de la actividad humana, aunque continúan existiendo otro tipo de peligros como plásticos, redes y anzuelos que permanecerán mucho tiempo en el medio.

Precisamente ahora que no hay tantos ojos observando la costa “es cuando más atención hay que poner para que no quede ninguna tortuga herida por la actividad humana sin posibilidad de socorro”, explicó la consejera de Medio Ambiente, Lucha contra el Cambio Climático, Economía Circular e I_D_i del Cabildo, Marlene Figueroa, por lo que agradeció la colaboración de la población de Fuerteventura para socorrer a estos animales, sin cuya ayuda no podrían sobrevivir muchos de ellos. 

Como servicio esencial, la Consejería de Medio Ambiente “ha continuado prestando sus servicio para la conservación, protección y mejora de la flora y fauna” en la isla, explicó la consejera,  como lo ha hecho el Centro de Recuperación y Conservación de Tortugas Marinas, que no ha detenido su actividad. 

Las tortugas regresan al mar dado que es su hábitat natural, pues deben permanecer en el centro “sólo y exclusivamente mientras necesitan atención veterianaria”, explicó la consejera. 

Los residuos que más afectan a las tortugas marinas son los derivados de los plásticos, como las artes de pesca, bolsas, envases, los anillos de las latas o las pajitas. En ocasiones, estos envases atrapan a las tortugas haciendo que su cuerpo crezca con malformaciones e incluso provocando amputaciones en sus aletas. 

Se trata de productos que el ser humano utiliza comparativamente por muy poco tiempo y que luego desecha, mientras que en el mar perduran muchos años.  

Para ayudar a mantener el medio natural, el Cabildo recomienda reducir la utilización de productos de plástico, en especial los de un solo uso, así como deshacerse de ellos de forma responsable si el uso no puede ser evitado.