Agricultura Canarias define fincas del ICIA en Fuerteventura que se destinarán al Plan forrajero, con una inversión de 600.000 euros

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La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca  y Aguas del Gobierno de Canarias destina 600.000 euros al Plan forrajero en Fuerteventura que, entre otras ubicaciones, incluye plantaciones en las fincas que el Instituto Canario de Investigaciones Agraria posee en La Oliva.

El diputado del Grupo Nacionalista Canario por Fuerteventura, Mario Cabrera, planteó ayer en Comisión al consejero de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas Narvay Quintero, la necesidad “de agilizar esta planificación para aprovechar además unos terrenos que incluso pueden hasta estar en el punto de vista de usurpadores de propiedades”.

El consejero indicó que ya está coordinando con el Cabildo de Fuerteventura para definir las fincas del ICIA que se destinarán al denominado Plan forrajero, de entre las nueve propiedades existentes que suman unas 500 hectáreas en La Oliva.

Precisó que se ha firmado el convenio para el desarrollo de este Plan, que cuenta con una asignación de unos 600.000 euros por parte del Gobierno de Canarias.

Además, se ha tratado el destino de alguna de estas fincas a la creación de un jardín de plantas de zonas áridas. Y parte de los terrenos en la zona de Villaverde para la plantación de una barrera vegetal que protegerá del viento al nuevo colegio que ahora mismo se está construyendo.


El Instituto Canario de Investigación Agraria (ICIA), cuenta con  9 grandes fincas que suman unas 489 Hectáreas,  ubicadas en el término municipal de La Oliva: Los Espigones (61'55 Ha); Montaña Lengua (63'00 Ha), Cerco del Viejo (64'50 Ha), Rosa Candelaria (16'18 Ha), Cien Hombres (127'36 Ha), Cercado del Boyuyo (126'00Ha), Rincón de Cubas (27'39 Ha), Cascajo de Escanfraga (2'88 Ha) y El Pajarito (18'00 Ha).

Se trata de grandes fincas rústicas procedentes en su mayoría de las transferencias que desde el antiguo Irida y el Icona se hicieron al Gobierno de Canarias. Algunas de ellas fueron objeto de proyectos agrícolas, como los intentos para introducir el cultivo de la fibra de pita en Fuerteventura, de mediados del siglo pasado.

En 2013 se destinó una pequeña parcela para la construcción de un centro educativo (en Cerco del Viejo) y en 2008 otros 10.000 m² para comederos de especies en peligro de extinción (en El Pajarito).

“Si bien es cierto que muchas de ellas poseen un alto valor ecológico y desempeñan una importante función en el ecosistema, también hay que valorar que el abandono de los cultivos durante las últimas décadas está provocando un importante deterioro de las infraestructuras agrícolas y el consiguiente avance de la erosión y desertización”, advirtió Mario Cabrera.