21 de marzo de 2015
Cinco siglos
después de su construcción original, la Villa de Betancuria recuperó ayer tarde
una antigua edificación relacionada con el origen de la capital histórica de
Canarias, para convertirla en ‘Espacio Cultural y Patrimonial de Betancuria’.
La antigua construcción ha sido rehabilitada y acondicionada, gracias a la
colaboración del Ayuntamiento de Betancuria y del Cabildo de Fuerteventura, y
ya puede ser visitada de martes a sábado, de 11.00 a 15.00 horas.
El alcalde de
Betancuria, Marcelino Cerdeña,
explicó que el municipio “gana un espacio de valor histórico, pero también un
complejo que servirá para dar a conocer mejor los valores naturales y
patrimoniales, además de poder atender mejor a nuestros turistas y desarrollar
actividades culturales para todos los vecinos”.
Mientras que el
consejero de Cultura y Patrimonio Histórico,
Juan Jiménez, señaló durante la inauguración que “este mismo verano quedará
finalizado también el edificio del Museo Arqueológico Insular, contribuyendo
entre ambas edificaciones a realzar y difundir Betancuria y toda Fuerteventura”.
La inauguración del
‘Espacio Cultural y Patrimonial de Betancuria’ contó con la participación del
fotógrafo José Luis Alday, que
presentó una selección de trabajos suyos relacionados con arquitectura,
historia, etnografía y naturaleza de Betancuria: “son parte de una labor de más
de tres años, que me ha permitido recorrer y fotografiar rincones de todo el
municipio. En total son unas 120 fotografías que integran una publicación
específica sobre Betancuria. Lo que se puede ver en este espacio es sólo una
tarjeta de presentación de esa publicación que próximamente verá la luz”.
Por su parte, el
presidente del Cabildo, Mario Cabrera,
recordó que “desde hace años y de la mano del Ayuntamiento hemos puesto en
marcha un plan de trabajo destinado a potenciar Betancuria y sus elementos patrimoniales.
Eso nos ha permitido trabajar en Morro Velosa, reformado hace unos meses,
ampliar y mejorar todo el entorno de la Vega de Río Palmas y su ermita,
rehabilitar también en Valle de Santa Inés y elementos patrimoniales del propio
casco de la Villa. El de hoy es un paso más, que se complementa con el Museo
Arqueológico, ubicado muy cerca”.
Historia
El nuevo espacio
cultural y patrimonial está ubicado en una antigua vivienda cuya construcción
está fechada en el siglo XVI e integrada en el conjunto histórico de
Betancuria. El Cabildo de Fuerteventura y el Ayuntamiento de Betancuria rehabilitaron
este antiguo inmueble para acondicionar en su interior el nuevo espacio
cultural, patrimonial y de información turística.
La singularidad de
esta vivienda radica en su antigüedad y también en su tipología arquitectónica
tradicional majorera, destacando de manera especial una entrada principal caracterizada
por un pórtico de cantería de arenisca blanca con una serie de motivos únicos
entre las viviendas históricas de la Isla.
Esta singularidad se
ha visto reconocida con la integración del inmueble en el Plan Especial de
Protección del Conjunto Histórico de Betancuria, y con su catalogación como
Bien de Interés Histórico. En el circuito de visita turística de Betancuria, el
ayuntamiento tiene señalada esta vivienda como la 'Casa del Zapatero', haciendo
referencia al oficio de un antiguo morador.
La rehabilitación de
la casa, ubicada en la Calle Roberto Roldán, obedece a la necesidad de dotar a
Betancuria de un nuevo centro de información y actividades culturales. La
Capital Histórica de Canarias recibe diariamente miles de visitantes
interesados en conocer las particularidades de la historia, la cultura y el
patrimonio de Fuerteventura, información que se encontrará integrada y
detallada en el nuevo centro.
Rehabilitación -
Reconstrucción
El interés histórico y
patrimonial de esta antigua vivienda, así como su avanzado estado de deterioro,
justificaron la realización de este proyecto. La tipología de la vivienda
destaca por su cubierta a dos aguas, de madera de tea y acabada en teja árabe,
y especialmente por su entrada principal, franqueada por jambas de arenisca
blanca (roca de origen organógeno) y el remate de su pórtico en un dintel
ornamentado con motivos semicirculares, similares a los de la portada de la
Iglesia de Betancuria, pero únicos dentro de la arquitectura civil majorera.
La casa cuenta con una
sola planta, y se le presuponen distintas ampliaciones hasta alcanzar su última
configuración, en que contaba con hasta tres estancias y dos almacenes en torno
a un patio interior en forma de "L".
La
rehabilitación-restauración del inmueble se llevó a cabo de manera minuciosa,
desmontando los antiguos materiales y utilizando estos mismos, especialmente la
piedra, para volverlos a levantar siguiendo su configuración original, de
manera que, en cierto modo, el proyecto lleva aparejado un componente importante
de reconstrucción.
La estructura mantiene
las tres estancias principales de la casa, pero reordenadas como salas
expositivas. Además, se habilitaron tres aseos, un vestíbulo, un patio, una
terraza y un corredor, para una superficie total de 248 metros cuadrados.