El bienestar integral de las y los menores incluye gozar de
una buena salud física, mental y emocional. Para aprender a ejercer una
parentalidad positiva, que excluya la violencia física, verbal y psicológica como
herramienta de educación y crianza, el Cabildo de Fuerteventura ha organizado
un curso de 50 horas lectivas sobre dicha materia, dirigido a profesionales que
trabajan con menores en los distintos municipios majoreros. El presidente de la
Corporación insular, Marcial Morales, el director del Área de Salud de
Fuerteventura del Servicio Canario de Salud (SCS), Tomás Pérez, y la consejera
de Bienestar Social, Rosa Delia Rodríguez, inauguraron ayer,
jueves 25 de octubre, esta acción formativa que se prolongará a lo largo de
octubre y noviembre hasta concluir las 50 horas previstas.
El curso, que se realiza mediante el Servicio de Prevención
e Información de Toxicomanías (SPIT), en colaboración con la Dirección General
de Salud Pública del Gobierno de Canarias, se propone dotar de herramientas a quienes
trabajan a diario en asuntos relativos a la atención a infancia y adolescencia.
Asimismo, pretende ofrecer tanto a los profesionales como a las familias una
Guía de Buenas Prácticas en Parentalidad Positiva, que les sirva en su tarea
diaria de asesoramiento, en el caso de los primeros, y de crianza, en el caso
de las segundas. El presente curso marca el inicio de acciones formativas sobre
este enfoque educativo como medio de prevención y promoción de la salud, de
manera transversal.
El presidente del Cabildo insistió a los profesionales
inscritos en la oportunidad de seguir formándose a fin de transmitir a padres y
madres las claves para ejercer una crianza respetuosa con los derechos de los
menores pero también firme con sus deberes. “Aprender cómo ejercer una
parentalidad positiva es un tema vital para dotar a las familias de las
herramientas que precisan para resolver bien los conflictos que se les plantean
en el día a día, tanto en el ámbito doméstico como en el de la educación de sus
hijos”, señaló.
“Trabajar desde la política para que en la sociedad haya
personas felices y con buena salud, física y mental, supone reducir los índices
de conflictividad. Y eso, en definitiva, contribuye a que haya menos problemas
sociales, tanto en el área de la salud como en la de la educación”, señaló
Tomás Pérez, director del Área de Salud de Fuerteventura
del Servicio Canario de Salud (SCS).
Para la consejera insular de Bienestar Social, Rosa Delia
Rodríguez, “en la prevención de conductas disruptivas relacionadas con consumo
de sustancias tiene mucho que ver marcar los límites. Y ese decir ‘no’, con
cariño pero con la firmeza necesaria, es parte de lo que se aprende en este
tipo de cursos”.
La familia, en todas sus variedades y formas, continúa
siendo la institución social fundamental de la convivencia democrática en
nuestra sociedad. En su vertiente pública, es un espacio donde se deben
garantizar los derechos de las personas que la componen, con especial énfasis
en la protección de los derechos de los menores. En este contexto, es
responsabilidad de las administraciones promover valores de igualdad entre
sexos, de respeto, reciprocidad y tolerancia entre sus miembros, puesto que es un
bien público que requiere del apoyo de toda la sociedad.
El ámbito familiar es el espacio de aprendizaje vital donde
la/os menores construyen su personalidad y crecen según los modelos de comportamiento
de progenitores o personas de referencia. Los valores, el afecto, las normas, los
límites y las actitudes son aspectos que las personas adultas transmiten y que repercuten
considerablemente en su autoestima, su forma de afrontar los problemas y su
determinación a la hora de hacer frente a situaciones concretas, por ejemplo,
su relación con las drogas o los casos de acoso.
En un momento en que el uso y abuso de la tecnología influye
poderosamente en las relaciones humanas, también en las familiares, los progenitores
necesitan formación, aprendizaje y apoyos que les ayuden a desarrollar correctamente
su labor educativa y de crianza. Buscar y procurarse esos apoyos con una
finalidad preventiva y de promoción del desarrollo de sus hijos forma parte de
las responsabilidades parentales.