Canarias, destino turístico sostenible y seguro por Rosa B. Cabrera

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El planeta parecía que giraría eternamente impulsado más por el turismo que por la propia gravedad del sol. Hasta que llegó el Covid-19 y dejó de girar. Las playas de Fuerteventura desiertas, El Teide sin turistas, las dunas de Maspalomas sin paseantes, cielos sin aviones, fronteras cerradas y más de un tercio de la población mundial mirando el mundo a través de la ventana o de la pantalla.

Sin duda, el momento actual es histórico en el sentido doloroso de la palabra. Canarias ha vivido siempre bajo la cultura de invertir y esforzarse en el turismo, en la filosofía de la hospitalidad y la recepción de viajeros. Estamos acostumbrados a agradar, y de la noche a la mañana, tenemos que dar el cierre a una tradición centenaria que forma parte de nuestro carácter e identidad.

La recuperación turística promete ser lenta, pero Canarias juega sus propias bazas. El Archipiélago ha sido, es y será, un valor seguro y consolidado que genera confianza. Sin embargo, convendremos que se avecina un nuevo modelo de gestión que impondrá un enfoque más innovador a la promoción y el márketing, basado en atractivos complementarios a los que venimos destacando hasta el momento y, sin ningún género de dudas, habrá que redefinir todos nuestros valores, porque lo que da a entender la actual realidad es que el negocio turístico en el futuro no será lo que fue en el pasado.

Canarias goza de varios factores diferenciadores. Además de contar con un prestigio como destino turístico con un sistema sanitario reconocido, es un destino maduro en el buen sentido profesional, a lo que se le añade la seguridad y solidez de ser parte de Europa. 

Cuenta con un clima envidiable, una naturaleza espléndida por belleza y diversidad, y una cultura tradicional que ha sobrevivido con relativa salud hasta ahora. Sin embargo, siempre que llega una crisis se debate sobre el agotamiento del modelo y la necesidad de innovar y, posiblemente, ésta es la oportunidad para ser valientes e iniciar esa necesaria transformación dirigida a decidir qué tipo de modelo queremos para las islas, encaminarnos hacia el turismo sostenible y próximo, a la excelencia turística , la formación y el aumento de la productividad . 

Se vuelve vital sentar las bases hacia las que queremos girar y pasar de las palabras a los hechos de una vez por todas.

Una de las lecciones aprendidas de esta crisis (seguramente habrá muchas más cuando todo esto acabe) es que el sistema económico occidental no puede seguir permitiéndose recortes en derechos sociales y sanidad. De haber estado mejor armados en 

infraestructuras y dotaciones humanas, en protección e investigación médica, la resolución de esta situación habría sido otra. Y lo que tenemos claro es que, desgraciadamente, habrá otras pandemias y tendremos que prepararlas de la mejor forma posible . La protección de la salud deberá convertirse en un elemento innegociable en un destino turístico como el nuestro. 

Quizás la emergencia sanitaria del Covid-19 y sus arrolladoras consecuencias económicas nos brinden una oportunidad para repensar nuestro proyecto de futuro, nuestro modelo turístico y nuestros planes para disfrutar todos de una buena vida en las Islas. 

Canarias cuenta con conocimiento, talento y experiencia suficiente para darle la vuelta a esta situación en intentar volverla positiva cuanto antes. Necesitamos aprender de lo que estamos viviendo, realizar cambios, apostar por proyectos de transformación, buscar nichos, oportunidades y modelos de éxito. Tenemos que apostar por ideas y políticas de las que tenemos garantías que son capaces de crear y distribuir riqueza .Se lo debemos a Canarias. 

*Rosa Bella Cabrera
Portavoz de turismo del Grupo Parlamentario Socialista