El Grupo Nacionalista Canario ha
presentado una iniciativa en el Parlamento de Canarias destinada a la extensión
de las Zonas Francas portuarias también a las islas no capitalinas, ya que
actualmente están establecidas únicamente a Gran Canaria y Tenerife.
La iniciativa ha sido elaborada por
los diputados majoreros Nereida Calero, Lola García y Mario Cabrera, y responde
a las demandas planteadas durante las reuniones de coordinación que se vienen
manteniendo con instituciones y colectivos sociales y empresariales.
La Proposición No de Ley plantea
que el Gobierno de Canarias realice las consultas necesarias con las
instituciones locales de las islas no capitalinas y los respectivos agentes
sociales y económicos, para plantear la oportunidad de extender a El Hierro, Lanzarote, La Gomera, La Palma,
y Fuerteventura, las Zonas Francas que ya vienen funcionando en las dos islas
capitalinas, con el objetivo de que contribuyan al desarrollo socioeconómico.
En la propuesta de los diputados
del Grupo Nacionalista Canario se recuerda que el Pleno del Parlamento de
Canarias del pasado 25 de noviembre ya aprobó una PNL presentada por el Grupo
Popular y enmendada luego por otros grupos de la Cámara, dirigida a que tanto
el Gobierno de Canarias como el Gobierno de España desarrollen acciones y
gestiones para promocionar las ventajas derivadas de la Zonas Francas de Gran
Canaria y Tenerife. Así como la consolidación jurídica de dichas entidades, su estabilidad financiera y
hasta su promoción a través de RTVC.
Se subrayó en ese momento la
oportunidad de coordinar el funcionamiento de estas Zonas Francas con el de la
Zona Especial Canaria, ya que complementan una serie de incentivos fiscales,
tributarios y arancelarios que pueden resultar muy útiles para promover el
dinamismo económico y la atracción de inversiones.
El planteamiento de los diputados
majoreros es que los posibles beneficios de las Zonas Francas no se limiten a
las dos islas capitalinas, sino que, si hay interés local, también se puedan
extender a todas las islas.
La puesta en marcha de la Zona
Franca de Gran Canaria en 1998 y de la Zona Franca de Tenerife en 2006, se
inspira en la figura de los antiguos Puertos Francos Canarios, creados para
todas las islas a partir del Real Decreto de 1852, dotados ya con rango de Ley
desde 1870 y ampliado su contenido con un nuevo Real Decreto en 1900.
Los diputados majoreros recuerdan
que a lo largo del siglo XX los Puertos Francos Canarios fueron objeto de
sucesivas actualizaciones, hasta que el proceso de adhesión de España a las
Comunidades Europeas acabó conduciendo a la desaparición de los Puertos
Francos. La posterior creación por tanto de las Zonas Francas de Gran Canaria y
Tenerife vino en cierta forma a recuperar esta herramienta con tres siglos de
historia en las Islas.
Su diseño está relacionado con el
objetivo de potenciar actividades de comercio exterior, para lo que se ofrecen
determinadas ventajas, entre ellas, que las empresas instaladas en las Zonas
Francas Canarias puedan acogerse también a los beneficios que el REF ofrece,
así como a la mayor flexibilidad para la entrada de mercancías de países
terceros.
La Comisión Europea también ha
otorgado a las Zonas Francas Canarias una serie de particularidades que no
tienen la mayoría de estas áreas ubicadas en la UE.
En el caso de Fuerteventura, cabe
destacar la próxima entrada en funcionamiento de la línea marítima entre
Fuerteventura y Tarfaya, que supondrá un importante impulso del tráfico de
mercancías entre Canarias y África. La Zona Franca se puede plantear también
como un instrumento al servicio de la logística de las empresas con el fin de
aumentar su rentabilidad y la eficacia de sus operaciones.