El viceconsejero de Turismo del Gobierno de Canarias participa en
el Congreso Internacional Tecnología y Turismo FTV 4.0 y habla de la
sostenibilidad como un “elemento imprescindible y diferenciador” para el sector
en la isla
4
de diciembre de 2019
La clave para el desarrollo de un sector turístico estable y
sostenible en Fuerteventura pasa, necesariamente, por el cuidado de la costa y
sus playas, que son los elementos que diferencian a la isla de sus competidores
directos. Esta fue una de las principales conclusiones de la mesa “Estrategias
para un turismo sostenible en Fuerteventura”, celebrada este miércoles 4 de
diciembre durante la primera de las dos jornadas de la cuarta edición del
Congreso Internacional Tecnología y Turismo FTV4.O.
El Palacio de Formación y Congresos de Fuerteventura acoge este
encuentro, que cuenta con la participación de una treintena de expertos que
analizarán y debatirán sobre cuestiones relacionadas con los avances
tecnológicos y su aplicación al sector. De hecho, la edición de este año se
desarrolla bajo el slogan Creating Sustainability (Creando Sostenibilidad).
Este debate contó con la presencia del viceconsejero de Turismo
del Gobierno de Canarias, Sergio Moreno; la presidenta del Grupo Fedola, María
Victoria López Fuentes; del CEO Dingus y presidente de Turistec, Jaume
Montserrat, el presidente de Asofuer, Carlos Cebriá; la consellera ibicenca
Vivana de Sans y el presidente de Ashotel, Jorge Marichal.
Moreno aseguró que la sostenibilidad es un elemento transversal “e
imprescindible” para evitar que el majorero sea solo un destino seguro. “Lo
complejo de alcanzar esa sostenibilidad y de implicar en ello a toda la
población es lo que hace que sea difícilmente imitable”, apostilló el
representante del Gobierno de Canarias. “El papel que juega la sostenibilidad
en Fuerteventura debe estar ligada a su condición como destino de sol y playa”,
insistió.
Por su parte, el vicepresidente de Asofuer, la patronal turística
majorera, Carlos Cebriá, reconoció que “sin duda, sostenibilidad es una palabra
que está de moda y el turista la busca”. El reto, continuó el empresario, no es
sólo lograr que lleguen visitantes sino que estos repitan en el destino. “Está
demostrado que cuando conocen nuestra Isla, vuelven”, dijo.
Cebriá confía en los valores naturales de la Isla como atractivo
turistico y aseguró que “si no cuidamos el medio ambiente no podemos vendernos
como un destino de sol y playa”. Recordó que eso es posible con la ayuda “de
las nuevas tecnologías y la conciencia social de la población, algo con lo que
ya contamos”. “Necesitamos algo distinto y lo tenemos: la naturaleza nos lo ha
dado en esta isla”.
Jaume Monserrat aportó su visión como representante de Turistec,
un clúster de tecnologías de la información y la comunicación aplicadas al
turismo. El experto habló de los cambios que se producirán en el sector como
consecuencia de la irrupción de la inteligencia artificial. Esto, continuó,
“derivará en la modificación de actual sistema económico y de la fuerza de trabajo”.
La organización del Congreso invitó, además, a la consejera
ibicenca Vivana de Sans para que aportara la experiencia del otro gran destino
turístico nacional, las Islas Baleares. Ella dedicó su intervención a las
consecuencias negativas de las nuevas plataformas de comercialización online y
los problemas derivados de uso masivo del alquiler vacacional. “El constante
aumento de los precios de alquiler hizo que mucha gente se tuviera que ir, por
eso hemos legislado para proteger el uso residencial frente al turístico”,
rememoró.
La presidenta de Fedola, María Victoria López Fuentes, quiso
recordar que el primer objetivo de un destino turístico debe ser generar empleo
y que eso pasa forzosamente por generar empresas estables que primen la compra
de productos locales, que se preocupen por reducir los residuos y el consumo de
agua y que, en definitiva, cuiden “de todos nosotros”.
El presidente de Ashotel, Jorge Marichal, insistió en el hecho de
que la sostenibilidad “tiene tres patas sin las que no se puede dar e incluye
las vertientes económica y social”. Detalló algunos de los proyectos
medioambientales que la patronal hotelera tinerfeña ha implementado para
reducir las emisiones en la planta alojativa y limitar la huella ecológica que
sus propios empleados producen a la hora de trasladarse a sus puestos de
trabajo.
Marichal criticó la “maraña administrativa” a la que en muchas
ocasiones deben enfrentarse los empresarios y solicitó a los responsables
públicos que “confíen un poco más en el sector turístico maduro de Canarias” a
la hora de tomar decisiones.
El mar como espacio para el turismo
El difícil equilibrio entre el uso sostenible de los espacios
marítimos y el desarrollo económico en su entorno fue, en buena parte, el
objeto de debate de otra de las mesas del Congreso: “Economía Azul, líneas
Europeas Blue Grow”. Este encuentro estuvo moderado por el profesor de Derecho
Administrativo de la Universidad de La Laguna (ULL), Ángel Lobo. Contó, además,
con la presencia del CEO de la empresa majorera Oceomic, Iván Alonso; el
investigador del Proyecto Inturmar de la ULL, David Domínguez, y con un
representante de la Asociación de Puertos Deportivos de Canarias, Tomás
Azcárate.
El encuentro, que arrancó a las 10:00 horas, comenzó con un
acercamiento hacia el concepto Blue Economy (Economía Azul), que no es más que
el reconocimiento de los mares y océanos como “importantes motores económicos”,
explicó Lobo. Según los últimos datos, solo en la Unión Europea esa economía
generada en los mares supone más de 500 billones de euros, una suma producto de
actividades que implican a sectores más tradicionales como la pesca y a otros
ámbitos más complejos como el turismo. En este sentido, Lobo incidió en la
necesidad de afrontar “una ordenación de los usos marítimos” tal y como
determinan las actuales normas europeas.
Por su parte, el antropólogo e investigador David Domínguez dio
cuenta de algunos de los detalles del Proyecto Inturmar, cuyo objetivo es
precisamente “establecer propuestas para el desarrollo del producto integral
del turismo marítimo” desde el punto de vista de la sostenibilidad.
La meta de los agentes implicados en este sector en el
archipiélago, avanzó, debe ser “conseguir productos sugerentes con una forma de
gestión adecuada y sostenible”. El proyecto se centra en Tenerife,
Fuerteventura y El Hierro. Sobre la realidad majorera, apuntó que existen 117
empresas en la isla dedicadas al turismo marítimo que emplean, a su vez, a 575
personas. También alertó de lo que denominó la “burbuja del surf” en el norte
de la isla, donde proliferan multitud de empresas regulares e irregulares en un
territorio limitado.
Iván Alonso, director de Oceamic, alertó de la necesidad de
obtener más datos sobre un territorio, la costa, que en Canarias se extiende a
lo largo de más de 1.500 kilómetros. “Hay muy pocos sistemas de observación y
medición oceánica”, aseguró. Con una actividad basada en el desarrollo
tecnológico en este campo, insistió en que cada vez son más los turistas que
piden información sobre los fenómenos naturales que ocurren en Canarias, por
ejemplo.
Finalmente, y en nombre de la Asociación de Puertos Deportivos de
Canarias, Tomás Azcárate convino en la necesidad de que las empresas se adapten
a los requerimientos medioambientales. No obstante, continuó “el coste de
transición que nuestros negocios tienen que asumir no es fácil”. “La
sostenibilidad tiene tres dimensiones: ambiental, social y económica. Hay que
regular, estamos de acuerdo, pero con flexibilidad y contando con los
interlocutores de un ámbito que hasta ahora ha sufrido una completa dejación de
funciones por parte de las administraciones”, concluyó.