El presidente de la Asociación Ambiente Europeo alerta sobre el problema
de los microplásticos
Una botella de agua tiene 450 años de vida, los mismos que un pañal
Puerto
del Rosario, 25 de mayo.- El presidente de la Asociación Ambiente
Europeo, Daniel Rolleri, ofreció la última ponencia en el festival Conscientis
Fuerteventura, que denominada ‘No hay verde sin azul. Basuras marinas’,
trasladó a los asistentes el enorme peligro que suponen las basuras marinas,
“una marea global fuera de control” que amenaza seriamente nuestros mares y
océanos y que crece día a día. “Se tiran al mar 9 millones de toneladas de
basura cada año, y cada día son arrojados al mar 8 millones de objetos producto
del consumismo de la sociedad, de los que un 60% son de un solo uso, unas
cifras que chocan directamente con el cuidado del medio ambiente”.
El problema más grave es el nivel de
contaminación marina, apuntó Daniel Rolleri,
“el 70% de la basura marina está compuesta por plásticos, y a pesar de
que nos brinda múltiples servicios, la cuestión es qué hacemos con él después
de usarlo. Una botella de agua tiene 450 años de vida, los mismos que un pañal,
y un vasito de café 50 años”. A estas basuras hay que añadir los desechos
químicos de la agricultura e industria, basuras y residuos sólidos que van a
parar al mar.
Pero, ¿cómo llega la basura hasta el mar? Daniel
Rolleri explicó con humor la ‘larga vida’ que tienen los envases plásticos, una
basura que se acumula en barrancos y rincones de todo el mundo, y que en su
viaje se fragmenta con el paso del tiempo hasta que llega al mar, y en este
proceso reside uno de los principales problemas: los microplásticos de unas dimensiones
inferiores a 5 milímetros. “La materia prima plástico viaja por todo el mundo,
subrayó, en este momento hay 4.000 contenedores viajando que producirán un gran
impacto en los océanos, ya que la corriente del Golfo y su rama descendente, la
corriente de Canarias arrastra hacia el sur toda la basura marina que se vierte
en el norte de Estados Unidos y Europa”.
Daniel Rolleri hizo hincapié en que ahora
sabemos que la basura marina más numerosa es de un tamaño muy pequeño e incluso
microscópico. Las microfibras sintéticas que se desprenden de la ropa al hacer
la colada, las microesferas plásticas de algunos exfoliantes y cosméticos, o el
polvillo del desgaste de los neumáticos terminan en los mares, son basuras que
los peces ingieren y forman parte de la cadena trófica, “los microplásticos han
llegado hasta el agua del grifo”, enfatizó.
Problemas
y soluciones
Al presidente de la Asociación Ambiente Europeo
no le gusta llamar islas de basura a las grandes acumulaciones de basura y
plásticos en el océano Pacífico que ya son más grandes que Francia, España y
Alemania juntas, 1,6 millones de
kilómetros cuadrados. Rolleri prefiere hablar de ‘sopas de basura’ que
ya han aparecido hasta en el Mediterráneo.
“La contaminación marina ya afecta a 600
especies, 1 de cada 6 peces contiene microplásticos en su interior, que se
incorporaran a los seres humanos mediante la alimentación. Y sabemos que el
plástico absorbe tóxicos como el mercurio”.
Ante esta situación, Rolleri propone un cambio
radical en la forma de producir y consumir. “Reciclar está muy bien, confirma,
pero hay que ir más allá y reducir los envases y bolsas de plástico que usamos
en el día a día, rechazarlas en los comercios y acostumbrarnos a llevar nuestra
propia bolsa, es una responsabilidad de todos”.
Estamos en un momento de transición complicado e
interesante, reconoce Daniel Rolleri, en el que es preciso buscar soluciones,
que en ocasiones están “basadas en la biomímesis, es decir concebir tecnologías
que sean compatibles con la biodiversidad emulando a la sabiduría de la
naturaleza que tiene más de 3.800 millones de años de experiencia”.
Daniel Rolleri presentó al final de su
exposición un diseño de filtro portátil de agua que sirve para filtrar hasta
300 litros de agua, unas gafas de sol realizadas con redes de pesca y un
cepillo de dientes de bambú.
La Asociación Ambiente Europeo viene
desarrollando proyectos de concienciación, educación y comunicación con el fin
de disminuir el impacto humano cotidiano en el medio ambiente.