Madrid, 17 de junio
2018.-
Uno de los planes más atractivos que cabe imaginar para
descubrir Egipto -tierra de faraones, antiguas civilizaciones, leyendas
misteriosas y templos espectaculares- es navegar por las aguas del Nilo, el segundo
río más largo del mundo. Sólo el Amazonas supera sus 6.497 kilómetros de
longitud, rodeados de un hermoso paisaje natural y salpicados por monumentos
que jalonan su avance hasta la desembocadura en el mar Mediterráneo.
En torno a este
majestuoso río se despliega el Valle del Nilo, un próspero edén de color verde
en el que se mezcla lo antiguo con lo moderno. Las orillas del Nilo albergan
algunos de los monumentos más emblemáticos del Antiguo Egipto como los templos
de Kom Ombo o Edfu.
Navegando por el Nilo para descubrir la historia de
Egipto
Viajar a Egipto y
navegar por el Nilo en las barcazas que ofrecen cruceros es una experiencia
incomparable: contemplar la sucesión de templos a orillas de este gran río,
observar las estrellas durante la navegación nocturna, disfrutar de las maravillosas
puestas de sol… El crucero por el Nilo es la excursión perfecta, en especial
para un primer viaje a Egipto, porque permite al viajero comprender la íntima
vinculación entre el río y la milenaria civilización que se desarrolló en torno
a él.
Esta experiencia, apta
para todos los públicos, suele tener una duración de cuatro noches. Tradicionalmente
se zarpa de Luxor para concluir el viaje en Asuán o se realiza el itinerario a
la inversa. Todo depende de lo que resulte más conveniente para el programa
viaje y los días de que se disponga.
Si el recorrido
comienza en la majestuosa ciudad de Luxor, la antigua Tebas, los viajeros
cuentan con tiempo suficiente para visitar dos de los templos más
espectaculares de Egipto, el Templo de Karnak y el Templo de Luxor. Frente a
esta ciudad, hacia las altas montañas, se abre el Valle de los Reyes. En esta
necrópolis se encuentran las tumbas de muchos de los faraones del Imperio Nuevo
(Tuntankamón, Ramsés I, Amenhotep II, Siptah, etc). En esta orilla del río
también se emplazan el hermoso templo de la gran faraona Hatshepsut, esculpido
en la roca de piedra caliza, y los Colosos de Memnón, dos gigantescas estatuas
que representan al faraón Amenhotep III.
El crucero va
efectuando paradas para que sus pasajeros puedan bajar y conocer los lugares de
mayor interés. Uno de ellos es la ciudad de Edfu, donde se visita el Templo de
Horus, el segundo más grande de Egipto. Este magnífico monumento está dedicado
al Dios Halcón y en él se puede apreciar la mezcla entre el arte egipcio y la arquitectura
griega. En la ribera oriental, a 40 kilómetros al norte de Asuán, los turistas
tienen la posibilidad de visitar un templo construido en honor a los dioses
Sobek y Horus el Viejo, Kom Ombo, que es un homenaje a la relación mística que
ambos dioses compartían. En este monumento se conservan desde momias de cocodrilos
hasta féretros de arcilla, mereciendo la pena dedicar un tiempo a los
espectaculares relieves de sus paredes.
El recorrido por este
emblemático río finaliza en Asuán, la ciudad más meridional de Egipto, llamada
Swenet en la antigüedad. Para controlar los desbordamientos del Nilo -que
enriquecían con limo las tierras, haciéndolas fértiles, pero que en ocasiones
también arruinaban cosechas- se construyeron dos presas en Asuán, por ubicarse
ésta a la altura de la primera catarata del río: la Presa Alta y la Presa Baja.
Una curiosidad histórica
La historia de estas
obras de ingeniería está relacionada con el Templo de Debod y es la razón por
la cual esta bella construcción se encuentra hoy en día en Madrid. Cuando se
estaba construyendo la Presa Alta, cuyas obras se iniciaron en 1952, la
comunidad arqueológica advirtió de que numerosos monumentos quedarían bajo las
aguas una vez la presa estuviera finalizada. Para evitar esta catástrofe
artística, la UNESCO puso en marcha una operación de rescate de los monumentos
en riesgo, entre ellos el espectacular Templo de Abu Simbel, que fue trasladado
piedra a piedra a un emplazamiento seguro.
Los países que
colaboraron con Egipto en este salvamento de obras de arte recibieron como
agradecimiento la donación de algunos monumentos. A España se le entregó el
Templo de Debod, que desde 1967 se encuentra junto al madrileño Paseo del Pintor
Rosales, en la pequeña colina donde antes estuvo el Cuartel de la Montaña.
Por último, no
podemos concluir nuestro crucero sin visitar otro de los grandes templos
egipcios famosos por su belleza, Philae, consagrado a Isis. Actualmente se
encuentra en la isla Agilkia, puesto que como le sucediera a Abu Simbel tuvo
que ser trasladado desde su ubicación original, en la isla de File, debido a la
construcción de la Presa de Asuán.
SOBRE EL DESTINO EGIPTO
El Gobierno egipcio apuesta firmemente por el turismo, sabedor de su importancia
para la economía del país. El espectacular patrimonio histórico y cultural que
atesora Egipto, con 5.000 años de antigüedad, lo convierten en un país
cautivador para los viajeros de cualquier procedencia. Por sus fondos marinos y
su litoral, Egipto es también un codiciado destino para los amantes del
submarinismo y los deportes náuticos en general.