La fibra óptica es el futuro. Seguro que hemos escuchado esta afirmación infinidad de veces. Si tenemos contratado un paquete que incluya Internet ADSL con cualquier compañía es muy probable que hayamos recibido como mínimo una llamada consultándonos si queremos cambiar nuestro plan a fibra óptica. De hecho, compañías como Movistar están migrando progresivamente los contratos de ADSL por los de fibra sin consultar con los clientes, pues han mantenido las mismas tarifas y se les ha informado de que la calidad de sus conexiones será mejor.
Entonces, si la
fibra es mejor, ¿debemos darnos por satisfechos una vez hayamos formalizado un
nuevo contrato o actualizado el que teníamos con ADSL? En absoluto, porque
podemos encontrarnos con un servicio peor que el que teníamos antes del cambio.
Una de las principales quejas de los clientes que han decidido contratar ofertas de fibra en Comparaiso o de forma directa con su compañía telefónica es que
la velocidad real difiere bastante de la contratada. Para evitar que nos den
gato por liebre, la mejor forma de detectar si tenemos una velocidad acorde a
la que estamos pagando es realizar un test online.
Es tan sencillo como
escribir en el buscador “test de velocidad de fibra óptica” y nos aparecerá
como resultado muchos enlaces de páginas web que nos ayudarán a detectar si la
compañía nos está ofreciendo un servicio adecuado. Hay que recordar que es muy
importante no tener abierto ningún programa de descarga, visionados en streaming,
más pestañas en el navegador o cualquier otro software que necesite de conexión
a internet. Si tras realizar el test comprobamos que la velocidad es más baja
que la contratada deberemos llamar a la compañía telefónica para exponerles la
situación.
Ya sabemos el
nivel de presión por cumplir objetivos con el que trabajan determinados
operadores de algunas compañías telefónicas. Esto hace que, de vez en cuando,
escuchemos casos de particulares que han recibido una oferta por un servicio
que acaban contratando y del que, al final, no pueden disfrutar. Navegando por
foros de internet relacionados con la materia encontraremos a usuarios quejarse
por haber contratado fibra óptica no existiendo la posibilidad real de tenerla
al no estar aún implantada en su calle.
Es decir, estas personas contratan
fibra, pagan su cuota mensual como si la estuvieran disfrutando pero realmente
lo que tienen es conexión por cobre. Para prevenir una mala praxis del
comercial que nos haya propuesto el servicio, lo mejor es anotar en un papel
todo lo que nos ha ofrecido, pedirle que nos deje pensarlo al menos unas horas
y consultar en internet si esas tarifas y servicios son posibles. En las
propias páginas web de las compañías se nos ofrece la posibilidad de chequear,
introduciendo nuestro código postal, si en nuestro área se ha implantado ya la
red de fibra óptica. Es un paso muy sencillo y nos evitará futuros problemas.
Ya sabemos que,
como consumidores, muchas veces nos resulta casi imposible luchar contra el
abuso de grandes compañías. Para tratar de no llegar a situaciones de
indefensión por mala praxis, estar informados es el mejor arma del que podremos
disponer.