Pero como era de esperar, finalmente Electronic Arts vuelve a la carga, y lo hace con una tercera entrega de Los Sims sumamente revolucionaria y tremendamente llamativa: Los Sims 3 es una promesa de entretenimiento de buena calidad, con cada vez más opciones para hacer de la vida de nuestros queridos Sims un paraíso o un infierno.
Es que quizás la atracción principal de este juego fue desde el comienzo la posibilidad de crear personajes ficticios que llevan vidas comunes que nosotros controlamos. El atractivo es inmediato y comprensible; casi podemos considerarlo una parodia de la posibilidad que nos brinda internet de crear un “yo” en el mundo virtual de avatares y personalidades de rol.
Y esta es la esencia pura de Los Sims y sigue siendo la misma en la versión 3 de este juego: el usuario tiene a su cargo la creación de una persona virtual, pudiendo construir su propia casa y vivir esa vida de lujo que tanto nos gustaría vivir en la realidad.
Entre las grandes posibilidades de este juego, se cuenta que absolutamente todos los objetos de Los Sims 3 son personalizables, desde las camisas hasta las alfombras, pasando por los cuadros, los electrodomésticos… ¡todo! Esto tiene también un inocente encanto, ay que con un mismo juego tenemos miles de opciones para crear tantas vidas diferentes como queramos.
¿Y es que qué mejor forma de construir un propio mundo virtual si no es personalizándolo a nuestro gusto como si estuviéramos viviendo plenamente esa vida?
En esta versión se ha mejorado un poco la herramienta de creación del personaje con el que luego desarrollarás esa vida virtual, de forma que permite –entre otras cosas- modificar rasgos faciales e incluso la constitución física.
Pero como no podría ser menos a estas alturas tecnológicas en las que nos encontramos, el componente online no podría faltar, ya que la tercera versión potencia aún más la comunidad de usuarios y el hecho de que se puede jugar en conexión con personajes creados por otros usuarios online.
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Es que quizás la atracción principal de este juego fue desde el comienzo la posibilidad de crear personajes ficticios que llevan vidas comunes que nosotros controlamos. El atractivo es inmediato y comprensible; casi podemos considerarlo una parodia de la posibilidad que nos brinda internet de crear un “yo” en el mundo virtual de avatares y personalidades de rol.
Y esta es la esencia pura de Los Sims y sigue siendo la misma en la versión 3 de este juego: el usuario tiene a su cargo la creación de una persona virtual, pudiendo construir su propia casa y vivir esa vida de lujo que tanto nos gustaría vivir en la realidad.
Entre las grandes posibilidades de este juego, se cuenta que absolutamente todos los objetos de Los Sims 3 son personalizables, desde las camisas hasta las alfombras, pasando por los cuadros, los electrodomésticos… ¡todo! Esto tiene también un inocente encanto, ay que con un mismo juego tenemos miles de opciones para crear tantas vidas diferentes como queramos.
¿Y es que qué mejor forma de construir un propio mundo virtual si no es personalizándolo a nuestro gusto como si estuviéramos viviendo plenamente esa vida?
En esta versión se ha mejorado un poco la herramienta de creación del personaje con el que luego desarrollarás esa vida virtual, de forma que permite –entre otras cosas- modificar rasgos faciales e incluso la constitución física.
Pero como no podría ser menos a estas alturas tecnológicas en las que nos encontramos, el componente online no podría faltar, ya que la tercera versión potencia aún más la comunidad de usuarios y el hecho de que se puede jugar en conexión con personajes creados por otros usuarios online.
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