Podemos Fuerteventura muestra su preocupación por las muestras de racismo hacia las personas migrantes y refugiadas, agravadas por la pandemia
La formación morada demanda más empatía hacia los/las migrantes, que se respeten sus derechos y que puedan contar con instalaciones preparadas y dignas
Personas que se han visto obligadas a abandonar su lugar de origen por motivos de guerra, pobreza, raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, género, orientación sexual o porque sus derechos fundamentales se han visto gravemente violados deberían poder contar con apoyo externo que les ayude a salir adelante.
Conflictos que acaban con miles de vidas humanas en países como Burundi, Mali, Nigeria, República Centro Africana, República Democrática del Congo, Somalia o Sudán que atentan contra la vida y los derechos de sus habitantes. Conflictos cercanos como la ocupación del Sahara Occidental por Marruecos, a menos de un centenar de kilómetros de distancia de Fuerteventura, y en el que España sigue haciendo la vista gorda todos estos años en vez de prestar ayuda internacional.
Canarias por su lugar geoestratégico tan cercano a la costa africana, es susceptible de recibir más pateras que otros territorios, no obstante, la corriente de refugiados es una cuestión mundial. La UE decide blindar fronteras y no propone vías legales para solicitar asilo, y así la mayoría de las personas migrantes se juegan la vida en el mar para llegar a nuestras costas. Mientras que países como Alemania y Grecia aceptan cada vez más números de migrantes y refugiados, España e Italia deciden obstaculizar el proceso y endurecer las fronteras.
En España solo se ofrece protección internacional a una de cada veinte personas, y actualmente, en tiempos de COVID-19, los/as refugiados/as se enfrentan a una lucha con varios frentes: no solo huyen de su país con la esperanza de obtener condiciones de vida mejores, sino que se encuentran totalmente desprotegidos ante la nueva pandemia. Como sociedad, necesitamos hacer llegar a los gobiernos que no podemos dar la espalda a personas que viven en situaciones de tal precariedad y cuyos derechos son vulnerados de manera constante. Europa necesita rutas para la migración totalmente seguras que velen por los derechos humanos, y las instituciones tienen un papel fundamental a la hora de prestar ayuda humanitaria fuera de España, ya que muchos campos de refugiados solo logran sobrevivir gracias a las donaciones externas de ONGS y países contribuyentes.
Las recientes muestras de racismo por determinados sectores evidencian la necesidad que tenemos como sociedad de luchar por la justicia social y los derechos humanos de TODAS las personas, y manifestar la importancia de un mundo más inclusivo e igualitario. Como individuos debemos de reflexionar y entender que cualquiera de los problemas que estemos viviendo no están vinculados a la migración o al hecho de prestar ayuda a personas refugiadas. Nadie nos quita el trabajo, no es tan grande la inversión de un país para prestar ayuda humanitaria, y los actos de delincuencia pueden ser llevados a cabo por personas de cualquier procedencia.
“Esto solo hace que alimentar un odio y un racismo hacia otros seres humanos por el simple hecho de haber nacido en otros lugares del mundo. Lugares, muchos de ellos, que sufren a diario el expolio de sus recursos naturales valiosos y las violaciones sistemáticas de los derechos humanos donde nuestro país, suele hacer la vista gorda. Guerras que se provocan o potencian muchas veces desde EEUU o incluso desde la propia Europa.” Expone Pau Quiles, Consejero de Transparencia, Participación Ciudadana, NNTT y Cooperación Internacional.