La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Fuerteventura, que dirige Genara Ruiz, invierte alrededor de 83.000 euros en la contratación de los trabajos para la redacción de las tres nuevas fases de la Carta Etnográfica de Fuerteventura, y que afecta a Puerto del Rosario y La Antigua (fase II); Betancuria, Tuineje y Pájara (fase III) y revisión y ampliación de bienes ganaderos de La Oliva, Puerto del Rosario y Betancuria (fase IV).
“Avanzamos en un trabajo de investigación y difusión fundamental para conocer mejor la cultura popular majorera y en general la historia de Fuerteventura. Es un estudio minucioso, que va acompañado de guías detalladas, en las que se recogen, describen y ubican elementos etnográficos majoreros, garantizando así su divulgación y favoreciendo su estudio. Todo ello, gracias a la colaboración de la Caja Rural, que participa en la financiación de una de las fases”, explicó la consejera, Genara Ruiz.
La carta etnográfica de Fuerteventura recoge, en estas tres nuevas fases, la realización del inventario de los bienes inmuebles vinculados a la actividad agrícola y a la ingeniería hidráulica tradicional, así como la recopilación de los conocimientos y técnicas que les son inherentes.
Para ello es necesario realizar una trabajo previo de campo, gracias al cual se estudiará los bienes inmuebles, así como el patrimonio inmaterial vinculado a la actividad agrícola y a la ingeniería hidráulica de la sociedad tradicional de Fuerteventura, entendiéndose por “sociedad tradicional” la que pervivió hasta el momento del cambio social, hacia la década de 1970, cuando comienza la transformación de la estructura social, cultural y económica de la Isla.
Fase II
En la Fase II se localizará y registrarán los bienes singulares de la actividad agrícola y de la ingeniería hidráulica tradicional, de los municipios de Puerto del Rosario y La Antigua. Para ello es necesario prospectar el territorio auxiliado por fuentes documentales y por información oral.
El trabajo incluye también la realización de un guía, para su posterior publicación, y que tendrá como objetivo principal dar a conocer los bienes etnográficos más singulares relacionados con la actividad agrícola e ingeniería hidráulica tradicional de los municipios de Puerto del Rosario y La Antigua.
La primera parte de la guía será una introducción que deberá contextualizarse en el campo de los saberes, conocimientos, funcionamientos, estrategias, técnicas, leyendas etc., de las actividades vinculadas a los sistemas agrícolas y de la ingeniería hidráulica tradicional apoyado con fotos u otra representación gráfica. La segunda parte será la guía propiamente dicha, que deberá centrar su discurso en una sugerencia de itinerarios de los inmuebles más singulares de cada municipio vinculados a los sistemas agrícolas y a la ingeniería hidráulica tradicional.
Fase III
El trabajo de la fase III de la carta etnográfica, consiste en la realización del inventario de los bienes inmuebles vinculados a la actividad agrícola y a la ingeniería hidráulica tradicional. Así como la recopilación de los conocimientos y técnicas que les son inherentes, en los espacios que comprende todo el territorio de los municipios de Betancuria, Tuineje y Pájara.
Esta fase incluye también la realización de una memoria en la que se especifique la metodología empleada, bienes materiales e inmateriales recogidos, relación de informantes y sus reseñas, una base de datos y una guía del patrimonio hidráulico y agrícola tradicional de Betancuria, Tuineje y Pájara.
Fase IV
El trabajo de la fase IV consiste en incorporar los bienes de la actividad ganadera tradicional a la base de datos de la Carta Etnográfica de Fuerteventura, y su ampliación con nuevos bienes existentes en el territorio con valor cultural no inventariados aún, así como la recopilación de los conocimientos y técnicas que les son inherentes, en los espacios que comprende el territorio de La Oliva, Puerto del Rosario y Betancuria.
Una vez finalizado el trabajo, incorporará en la base de datos de la Carta Etnográfica de Fuerteventura los bienes singulares de la actividad ganadera tradicional con valor cultural que no se encuentren inventariados. Para ello es necesario localizarlos en el territorio, auxiliado por fuentes documentales y por información oral, así como recopilar los conocimientos y técnicas que les son inherentes.