El Museo Canario ha entregado hoy, miércoles, día 19 de octubre, al Cabildo
de Fuerteventura una importante colección archivística compuesta por la
documentación que generaron las antiguas instituciones de la Isla, como el
juzgado, diversas escribanías y la propia Corporación insular. En el acto
intervinieron el director general de Patrimonio Cultural del Gobierno de
Canarias, Miguel Ángel Clavijo, el
presidente del Cabildo de Fuerteventura, Marcial Morales, y el presidente de El
Museo Canario, Diego López Díaz.
Este interesante fondo documental, que contiene legajos fechados entre los
siglos XVII y XIX, es conocido tradicionalmente como “Judicial de
Fuerteventura”, aunque los historiadores también se refieren a él como “Archivo
de Betancuria”, pues fue en este municipio majorero donde estuvo alojado hasta
1834. En esta fecha se trasladaron los documentos a Antigua al situarse aquí la
cabeza del partido judicial de Fuerteventura, y en este nuevo emplazamiento
permaneció todo el volumen documental hasta el año 1932, en que El Museo
Canario se hizo cargo de su conservación.
El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Marcial Morales, agradeció al
Museo Canario la custodia de los documentos durante estos 84 años y la
importancia que tienen estos legajos, que hasta ahora no han sido estudiados,
que permitirán profundizar en la historia de Fuerteventura y de Canarias. El
director general de Patrimonio Cultural, Miguel Ángel Clavijo, destacó el papel
que tienen los Archivos Históricos de Canarias como memoria colectiva de las
Islas y agradeció la labor del Museo Canario en la salvaguarda de muchos
documentos que "de no ser por ellos, se habrían destruido". Por su
parte, el presidente de El Museo Canario, Diego López Díaz, recordó que el
centro museístico cumplió con su deber de salvaguarda del archivo.
La historia del Archivo de Betancuria es realmente azarosa. Ya las actas
del Cabildo de Fuerteventura de 1784 dejaban constancia de su mal estado de
conservación, un problema que se fue agravando durante las décadas siguientes a
juzgar por diversos testimonios que se hacen eco de sus graves problemas con la
humedad, los insectos y la desaparición de centenares de registros, que eran
llevados sin control a distintos domicilios particulares. Incluso los azares
políticos afectaron al archivo, pues Betancuria y Antigua convirtieron en un
problema la cesión de los documentos con motivo de la reordenación
administrativa de 1834, con la que Betancuria se sintió perjudicada. Todos
estos avatares hicieron que el antiguo fondo documental quedara gravemente
desmembrado.
El desarrollo de la Sociedad Científica El Museo Canario, creada en 1879
con una doble vertiente arqueológica y documental, supuso un paso más en la
historia del fondo. En 1932, el bibliotecario de esta institución, Simón
Benítez Padilla, conoció de primera mano el estado de conservación del archivo
y coordinó las conversaciones entre el centro cultural y el Consistorio de
Antigua para hacerse cargo de la custodia de los documentos. El planteamiento
de El Museo Canario se presentó en el pleno del ayuntamiento el 26 de junio de
ese año, y una semana más tarde se había tomado la decisión de entregar el
fondo a la entidad grancanaria, con el cometido expreso de frenar el deterioro
y conservar toda la documentación histórica de manera indefinida, sin que el
municipio llegara a perder sus derechos como propietario.
La entrega de la documentación por parte del Ayuntamiento de Antigua se
llevó a cabo el 15 de septiembre de 1932. Los legajos fueron embalados en 16
cajones (4 grandes, 10 regulares y 2 pequeños), y partieron desde Antigua a
Gran Tarajal para embarcar rumbo a Las Palmas de Gran Canaria, donde fueron
recibidos por El Museo Canario dos días más tarde.
El fondo documental ha permanecido instalado en El Museo Canario sin
recibir tratamiento archivístico, salvo un pequeño segmento que parece haber
sido intervenido en el pasado sin que conste documentación alguna relativa al
mismo. Sin embargo, sí ha sido sometido a los tratamientos de conservación
preventiva que, de manera general, son realizados en la Sociedad Científica, y
a pesar de que en la década de 1940 pudo afectarle una plaga de carcoma que
sufrieron los depósitos de la institución, ésta ha cumplido celosamente el
cometido de custodia y conservación que asumió en el acuerdo de depósito.
En este sentido, los términos del citado acuerdo contemplaban una condición
por la que se restringía la encomienda de custodia indefinida, puesto que “…si
en algún tiempo este Ayuntamiento [de Antigua] o Cabildo [de Fuerteventura]
dispusiesen de local adecuado para la instalación del mencionado archivo en las
condiciones necesarias para su más perfecta conservación…”, los documentos
debían ser restituidos cuando fuesen reclamados. De esta forma, y gracias a las
nuevas instalaciones del Archivo General de Fuerteventura, inauguradas en 2014
con las mejores dotaciones para el tratamiento archivístico de los fondos, el Cabildo
y El Museo Canario han resuelto concluir aquel acuerdo de custodia de 1932.