- Las calles del ‘lugar de abajo’ de Tiscamanita reciben este año la visita de este Rancho centenario que canta a las almas de los difuntos, a la Patrona de la Isla y a la Virgen de la Inmaculada
Un año más, y cumpliendo con la tradición de
padres y abuelos, los componentes del Rancho de Ánimas de Tiscamanita salieron
a la calle en la víspera del día de la Inmaculada Concepción para cantar su
repertorio por las principales calles del ‘lugar de abajo’ de Tiscamanita, y
parando en aquellas casas con la luz encendida cuyos habitantes esperan la
llegada del Rancho.
El Rancho de Ánimas de Tiscamanita es el único
que mantiene su actividad de manera ininterrumpida en la Isla (no hay que
confundir con el Rancho de Pascua de Tetir, en Puerto del Rosario), ya que
otros como el de Betancuria o La Oliva hace décadas que dejaron de salir a
cantarle a los difuntos.
El Rancho de Ánimas de Tiscamanita arrastra una
tradición de más de dos siglos y, aunque parte del repertorio ha cambiado con
la introducción de nuevas piezas musicales, otras canciones, como la Copla a la
Virgen de la Peña o el Corrido en honor a la Purísima Inmaculada Concepción, se
mantienen prácticamente inalteradas a pesar del paso de los años.
Inalterado también es el ritual que mantiene
vivo el Rancho de Ánimas en su deambular por las calles de Tiscamanita. A la voz
del Mayordomo del Rancho, quien pregunta si “¿aquí se canta o se reza?”, los
músicos, si cuentan con el consentimiento de los moradores de la casa, inician
un repertorio que también incluye oraciones en recuerdo de las almas de
aquellos que ya no están entre nosotros.