El
exfiscal de la Audiencia Nacional participó en una jornada promovida
por la Cámara de Comercio de Fuerteventura en colaboración con el
despacho Coello Abogados
Puerto
del Rosario, 12 de febrero de 2015.- El exfiscal de la Audiencia
Nacional Ignacio Gordillo animó hoy a una veintena de empresarios y
profesionales del Derecho, congregados en la Cámara de Comercio de
Fuerteventura, a recuperar la ética y la cultura del cumpliemiento
normativo “que en España hemos olvidado” para evitar que las personas
jurídicas deban responder con penas importantes por actuaciones
realizadas “por trabajadores o administradores infieles por cualquier
empleado que incumpla el ordenamiento de la empresa “.
En
una jornada promovida por la corporación empresarial con la
colaboraicón de Coello Abogados, Gordillo explicó que a partir del año
2010 el Código Penal introdujo, por primera vez, un artículo por el que
se extendía la responsabilidad penal a las personas jurídicas. Una
responsabilidad que también afecta “a la falta de control en la
formación, en la comunicación o en la elección de empleados o
subalternos”. Esa falta de control, incide Gordillo, ha quedado
perfectamente definida en la última modificiación de la norma, que entró
en vigor a principios de año, y que ahora constata con claridad la
obligatoriedad del empresario “de tomar las medidas necesarias y aplicar
unos protocolos de prevención, con supervisión, vigilancia y control,
según el mapa de riesgos que exista en la empresa, ”.
El
exfiscal de la Audiencia Nacional hizo especial hicapié, además, en
que los protocolos de prevención están disponibles para todos los
interesados. Es cuestión, enfatizó, “de tomar las medidas para
asegurarse de que ante un empleado o un administrador infiel que
incumple el ordenamiento, la persona jurídica no corra el riesgo de
quedar disuelta”. En esta línea insistió en que las actividades ilegales
de un trabajador o un administrador infiel “ están ahora cubiertas con
unos protocolos de prevención que dependen de cada empresa”.
Se
trata, concluyó, de “un cambio importante en la forma de pensar” porque
los empresarios tienen el deber de preocuparse de que se van a cumplir
todas las normas referentes a la actividad que desarrollan.