Muchas son las sensaciones que se
viven en el España inclusive desde antes de empezar el Mundial. Con la destitución de Lopetegui por
parte de Rubiales y la RFEF el seleccionado vivió un ambiente
como nunca antes se había visto en la historia, al dar por finalizada la relación
contractual con un director técnico a dos días de su debut en el máximo torneo
de selecciones.
Algunos medios tildaron esta
destitución como un hecho de vergüenza, ya que de esta manera se ha dejado de
lado un proyecto que terminó invicto y con muy pocos reproches. Otros periódicos
sin embargo lo tildaron de justicia debido a que ningún empleado puede pasar
por encima de la Federación y las reglas hay que seguirlas porque se aplican
para todos, opinando que la decisión fue acertada.
Si esto fue tomado con polémica y
el ambiente fue de incertidumbre, con la llegada de Fernando Hierro a los mandos
de La Roja se logró traer una sensación de más calma, sobretodo a partir de sus
declaraciones donde el técnico asumió que no se iba a tocar nada (o lo menos
posible) del trabajo de Lopetegui, así como de intentar ser más eficaces en las
oportunidades de gol.
Todo esto fue apoyado en su debut
ante Portugal, donde España remató cinco veces al arco y metió tres goles con
un efectivo Diego Costa y un golazo de Nacho que se reivindicó después de conceder
un penalti a Portugal. No obstante, España demostró tener fallos puntuales ante
un mounstro como Cristiano Ronaldo que los condenó al empate.
Lo realizado tuvo como consecuencia
posturas distintas en los medios, quiénes se decantan por alabar los éxitos en
términos de gol, pero se condenan los fallos de De Gea en el segundo y tercer
gol de Cristiano, así como el fallo arbitral en el penalti (para muchos
inexistente). Apoyando lo anterior, los analistas destacaron que un equipo con
una de las mejores defensas del torneo no puede permitirse ningún fallo puntual
ante uno de los mejores jugadores del mundo, además de señalar algunos errores
en retroceso y en contras originadas por no terminar las jugadas a balón
parado.
Dejando lo anterior, es importante
señalar que es España en ningún momento ha dejado
de ser favorita a pasar de ronda en su grupo B, donde los partidos más difíciles ya
se disputaron y ha llegado la hora de hacer frente a la selección de Marruecos,
escuadra que no demuestra un rendimiento superior a lo visto por Portugal e
Irán, volviéndose partidos en el papel accesibles para llegar a los octavos de
final.
La Roja se enfrentaba a la Irán de
Carlos Quiroz el pasado miércoles, los cuales son uno de los equipos más
sopresivos del torneo al ganarle a Marruecos y jugarle muy ordenadamente al
equipo ibérico. Todo esto apoya al porqué fueron líderes del grupo. Un partido
importantísimo que de no haber ganado España se podía haber condenado al
segundo puesto de grupo o a una hipotética eliminación, como ya sucedió en el
último Mundial.
Atacando lo táctico, no se cree que
el conjunto de Hierro deje su acostumbrado 4-5-1 con el mediocampo con Isco,
Iniesta, Silva y Busquets como nombres fijos, así como se presupone que la gran
actuación de Costa en el ataque le dará la titularidad como el definidor de la
selección al no verse otra alternativa que rinda a su nivel.