Fuerteventura.-Sueña con ser seleccionado por la Web Girando por Salas y llevar el sonido del timple a toda la geografía nacional.
Sabe aprovechar cada oportunidad que le brinda la vida para subirse a los escenarios y convertirse en uno con su timple.
Althay Paez Ramos bebió música desde que nació y tuvo la fortuna de tener a su lado al maestro Esteban Ramírez y también a Marcos El Zurdo, entre otros referentes.
Supo mantenerse firme a sus raíces y defender un instrumento como el timple que no estaba tan de moda en su tiempo de juventud.
Hoy trasciende el folclore con el sonido y fusiona los acordes con diversos estilos pegando el timple a su pecho porque “así el corazón también suena”.
A pesar de su juventud, su pasión, su arte y su humildad convierten a Páez en uno de los grandes que pronto tendrá descendencia. Quizás algún día Eder siga los pasos de su padre y continúe la saga timplista.