Dentro de
las actividades por el 40 aniversario de la creación de Asamblea Majorera,
planteamos el encuentro del pasado 4 de mayo en el Palacio de Formación y
Congresos de Fuerteventura como un reconocimiento a quienes en su momento
contribuyeron a crear y hacer crecer esta organización.
Nos pareció
que en esta sociedad majorera del siglo XXI era de justicia agradecer la
actitud, la inteligencia y el esfuerzo de quienes fueron capaces de dejar a un
lado las diferencias para unirse con un mismo objetivo: mejorar la calidad de
vida de las personas que en ese momento vivían en Fuerteventura y asentar las
bases para un futuro mejor.
Tuvimos
además la suerte de compartir esa noche con don Andrés Rodríguez Berriel (que
en paz descanse), cuyo compromiso social siempre fue ejemplar, y cuya labor
como ingeniero, docente, político, escritor y empresario será siempre un
auténtico orgullo para todo el pueblo majorero.
Don Andrés
formó parte de esa generación de majoreros que vivió la Transición y decidió
tomar las riendas del futuro de Fuerteventura. Entendieron que era el momento
de dar un giro a la historia de la Isla, había que hacerlo desde dentro: con
protagonismo local en la toma de decisiones.
Porque ese
pueblo de Fuerteventura que en 1977 fue capaz de sumar para llevar a Miguel
Cabrera al Senado con las siglas de Asamblea Majorera, era una sociedad que
había conocido la dureza de las minas de Fos Bucraa… Era un pueblo que vivía de
pastorear cabras por los cuchillos de media isla. Gentes que se dejaron las espaldas cargando
piedras para los espigones de los muelles de las capitales. Que trabajaron muy
duro sorribando laderas para plataneras y tomateras en las islas occidentales.
Ese mismo
pueblo que esperaba en la orilla la llegada de los barcos aljibes, como si
fueran las lluvias de abril… fue también capaz de unirse para levantar la
Asamblea Majorera y transmitir un mensaje bien claro: “A partir de ahora, la
Asamblea es la que decide”.
Esta
generación de majoreros y majoreras dio un giro a la historia de esta Isla,
para convertir lo que hasta entonces era un
surtidero de emigrantes que tenían que salir a otras islas, a Venezuela
o Uruguay, a El Aaiún, a Villa Cisneros o a Sidi Ifni… en busca de futuro para
sus familias… en una tierra de acogida, que crece con una sociedad integrada
por vecinos llegados de Colombia, de Italia, de Ucrania, Marruecos, Inglaterra,
Senegal, Alemania o El Aaiún… y que comparte con todos ellos su amor por esta
tierra y sus proyectos de futuro.
En la
Fuerteventura que ahora vivimos residen alrededor de 110.000 habitantes de los
que probablemente más de 60.000 no han nacido en la Isla o, si lo han hecho,
proceden de padres y madres que en su momento llegaron desde otras partes del
mundo.
Todas estas
personas son tan majoreros o majoreras como cualquier otro. Sin diferencias.
Porque la tierra de uno es la que le da de comer a sus hijos.
Y ahí
reside otro gran logro de Asamblea Majorera. La unidad social a partir del
respeto a las diferencias es el aval más importante del trabajo de AM durante
estos 40 años.
Precisamente
porque somos una sociedad diversa y joven, muchos de nuestros vecinos no han
compartido la historia de Asamblea Majorera. La canalización política de la
reacción social en aquella Fuerteventura destinada a ser frontera, porque hace
40 años aún nos seguían viendo como un desierto.
Con
diferencias, con discusiones, con debates interminable, hasta con algunos abandonos y escisiones,
pero sobre todo con muchas incorporaciones, Asamblea Majorera comenzó a caminar
en todos los pueblos, consiguiendo levantar la isla de punta a punta como nunca
antes se había hecho.
En ese
contexto, Asamblea Majorera lideró también otro de los grandes retos históricos
de esta sociedad: que la isla tuviera su propio peso político dentro del
Archipiélago.
Emprendimos entonces una tarea que nos proporcionó una
participación muy directa en el germen de la Comunidad Autónoma de Canarias, y
poder acceder a los ayuntamientos y al Cabildo. Fue fruto del trabajo de muchos
compañeros y compañeras que poco a poco
impregnaron de espíritu y de ideas asamblearias todas las instituciones
de la Isla.
Por eso
entre los agradecimientos que quisimos hace en el marco de este encuentro por
el 40 aniversario de Asamblea Majorera prestamos una atención especial a
colectivos y entidades de la isla que también han sido un referente social para
Fuerteventura durante estas décadas.
Los
comisionados del mancomún de la Costa, porque representan la pervivencia de la
raíz ganadera de nuestro pueblo. En ellos se condensa una tradición de
subsistencia en el campo gracias al ganado caprino que se remonta más de 2.000
años atrás. En ellos, en sus prácticas, en sus costumbres… pero sobre todo, en
el significado del respeto a la palabra y a la tradición que transmiten, nos ha
servido de ejemplo también desde las
mismas raíces de Asamblea Majorera.
Y junto a
ellos como referentes, el colectivo. El trabajo coordinado, la unión de fuerzas
y proyectos que significó durante estos años el trabajo de las cooperativas
agrícolas y ganaderas. La Cooperativa del Tomate de Antigua, la Cooperativa del
Campo de Villaverde o la Cooperativa Agrícola de Gran Tarajal.
Son fruto
del esfuerzo de muchas personas que buscaron en la agricultura una fuente de subsistencia para nuestro pueblo.
Gracias a las cooperativas el campo majorero comenzó a modernizarse y con ellas
también nuestra sociedad.
También
quisimos reconocer y agradecer el ejemplo social que muchos colectivos nos
fueron trasladando a la Asamblea. Porque del activismo social de entidades
locales, de asociaciones de vecinos, de colectivos culturales también se nutrió
Asamblea Majorera de ideas, de demandas y de forma de trabajar.
Por eso
valoramos la dedicación durante tantos años de la Raíz del Pueblo de La Oliva,
que desde su absoluta independencia política sí nos ha hecho llegar importantes
reflexiones y propuestas que han servido para modernizar nuestra sociedad a
partir de la experiencia de nuestros mayores. Su preocupación por la formación y
su trabajo en torno a la multiculturalidad nos ha servido también de ejemplo.
O la
energía y el dinamismo del Colectivo Mafasca de Antigua, en cuyo inconformista
ejemplo de mejora social a partir de la formación, también hemos encontrado las
referencias para orientar nuestro trabajo sociocultural. Estos días su puesta
en valor de nuestra cultura tiene un magnífico reflejo en la Feria Insular de
Artesanía, declarada ya de interés regional
La Sociedad
Tamasite de Gran Tarajal es otra de las herramientas sociales de esta décadas.
Una entidad caracterizada por su dinamismo en torno a la formación y el tiempo
libre, y que durante estas décadas ha ejercido de auténtico catalizador de la
vida social del pueblo. Y a quienes tenemos que agradecer que durante mucho tiempo pudiéramos compartir hasta el mismo espacio
físico, además por supuesto de
aspiraciones y demandas para el pueblo.
Ese es
también el mismo caso de la sociedad Casino de Antigua, que durante buena parte
de la segunda mitad del siglo 20 y hasta la actualidad ha sido motor de dinamización social del
pueblo. Ahora, reactivado, disfruta incluso de nuevas instalaciones para seguir
desarrollando su actividad.
Y, por
supuesto, a DATSIMAAL de Villaverde, que mantuvo viva la tradición de la
antigua sociedad La Amistad, actualizándola para realizar una importante
actividad reivindicativa en la mejora de las condiciones de vida de Villaverde
y su entorno.
Desde la
total independencia política, estos colectivos representan la cultura
solidaria, inconformista y reivindicativa de la sociedad majorera. Su ejemplo
nos ha servido también de senda por la que transitar en la vida política
durante estos 40 años. Muchas gracias.
El el
trabajo social, juvenil y deportivo también subrayamos lo que ha significado
para la sociedad insular la labor de la Escuela de Atletismo Morro Jable -
Playas de Jandía. En su momento nació como el proyecto casi imposible de un
grupo de amantes del atletismo y, con la perspectiva del tiempo, no sólo se
convirtió en el equipo deportivo de más alta categoría de Fuerteventura, sino
en ejemplo de dinamismo juvenil.
Contribuyeron
activamente en la creación de todo el proyecto de la Fundación Playas de Jandía
unificando el deporte del municipio con una veintena de modalidades distintas.
Participaron activamente en la consolidación del Campeonato del Mundo de
Windsurfing de Fuerteventura a través del Playas de Jandía y, paralelamente, en
la conversión de la marca ‘Playas de Jandía’, y junto a ella al deporte
majorero, en un argumento turístico más para promocionar Fuerteventura en el
exterior.
Pero lo más
importante de todo es que muchos jóvenes majoreros son hoy adultos con
estudios, trabajo y, sobre todo, con una sólida trayectoria vital gracias a
colectivos como éstos, porque ayudaron sobre todo a formar personas y articular
relaciones sociales.
En este
encuentro por el 40 aniversario también recalcamos la importancia que para la
sociedad majorera han tenido algunas empresas nacidas de la propia isla y que
han crecido con ella en estas cuatro décadas. Hay muchas otras, por supuesto,
pero de alguna manera en Audioluz Canarias, en Hermanos Rodríguez Ramírez, en
Padilla Supermercados o en la familia de Gregorio Pérez quisimos representar
ese carácter sacrificado pero también retador con el que los majoreros
encaramos el futuro.
Una actitud
que desde una pequeña empresa familiar de transportes de Tarajalejo llevó a
crear una sociedad de la construcción con proyectos internacionales. O que supo
encontrar en la tecnología audiovisual un campo de trabajo propio que les ha
convertido en referentes en todo el Archipiélago.
Ese
esfuerzo que ha permitido que una cadena de alimentación local pueda competir
con calidad y proximidad con las grandes redes multinacionales de la
alimentación. O a ese equipo familiar perfectamente conjuntando, que desde los
tomateros de Tarajalejo ha llegado, con mucho esfuerzo, hasta los proyectos
turísticos en el sudeste asiático.
Ese es el
carácter de esta generación que hace 40 años también convivió con el nacimiento
de Asamblea Majorera, y que a través suyo hemos querido reconocer.
Por
supuesto que se nos ha quedado mucha gente a quien agradecer su ejemplo.
Nuestras disculpas a todos ellos. Han sido miles de personas las que durante
estas cuatro décadas han sumado energías e inteligencia a este proyecto. Todos
y todas igual de importantes. Todos y todas igual de queridos y valorados.
Pero lo que
buscábamos con este encuentro del 4 de mayo era, con toda modestia, subrayar
que 40 años después Asamblea Majorera sigue activa, reivindicativa, desinquieta
y peleona por Fuerteventura y sus gentes. Y que en esa actitud inconformista
tomamos como referencia el trabajo de gentes que desde AM, pero también desde
colectivos y entidades de todo tipo, han contribuido a dar un giro histórico a
esta sociedad.
Hoy la
Asamblea es mas necesaria que nunca. Por eso Asamblea Majorera, con 40 años de
experiencia, tiene más energía que nunca para contribuir a canalizar el futuro
de Fuerteventura y Canarias en clave nacionalista y de izquierdas. Sumando para
avanzar.
Mario Cabrera González
Secretario
insular de AM-CC
Diputado
por Fuerteventura