Desde
hoy
una placa instalada en la finca El Sobrado de Betancuria
recuerda la tradición
vitivinícola de Fuerteventura. En estos terrenos se encuentra
una centenaria
parra, posiblemente una de las más antiguas de la isla. Ahora
esa cepa sirve de
pretexto para los viticultores majoreros que trabajan desde
hace tiempo para
que el vino hecho en la isla consiga el reconocimiento de
primera calidad.
El
presidente del Cabildo majorero, Marcial Morales, el
vicepresidente y consejero
de Turismo, Blas Acosta, el consejero de Agricultura,
Ganadería y Pesca, Juan
Estático, el concejal de Betancuria, Enrique Cerdeña, junto a
otras autoridades
y representantes de la asociación de viticultores de la isla
acudieron a este
acto homenaje a los viticultores majoreros.
Durante
el
acto, el enólogo Alberto González explicó que esta cepa,
ubicada en una finca
que podría ser de los herederos del conquistador Jean de
Bethencourt, tiene más
de 300 años de historia. Ahora está en manos de una
universidad catalana dar con
su origen, ver si representa algún tipo de cepa propia de la
isla o si llegó de
Normandía junto a los conquistadores o si su introducción fue
posterior.
El pasado vitivinícola de la
isla tiene a su favor otros datos históricos. En 1598 se
hicieron públicos los
bienes del primer conde Agustín de Herrera y Roxas entre los
que figuraba la
Viña de Aníbal en Fuerteventura. Este Aníbal podría ser el hijo bastardo de Gadifer,
que abandonó
Fuerteventura en 1412. Los Acuerdos del Cabildo testifican la
producción de
vino con alusiones al producto desde, al menos, 1630.
Marcial
Morales destacó la importancia del acto de hoy ante la que
“podría ser la cepa
más antigua de Canarias y que nos vincula a una tradición y un
hecho que es que
las primeras cepas de Canarias estuvieron en Fuerteventura”.
El
presidente apuntó que la isla tiene unas condiciones de suelo
y clima “inmejorables”
y reconoció que después de que un vino de la isla haya ya
obtenido la Denominación
de Origen, “nos espera en los próximos años una potente
producción de vino”.
Blas
Acosta señaló la importancia de poder trabajar con la enóloga
Isabel
Mijares para “la
recuperación de esta
parra histórica y que podamos tener una producción lo
suficientemente grande
como para poder comercializarla”.
Acosta
se
mostró convencido de que
si se puede
conseguir en unos años
el número
suficiente de producción de vino “se podrá ofertar a los
turistas más allá de
lo que ofrece la isla con productos como el queso, el aceite o
el aloe”.
Enrique
Cerdeña dio la bienvenida a los asistentes
y se mostró satisfecho de que el municipio de
Betancuria esté formando
parte de la historia vitivinícola de la isla con estas parras
históricas al
tiempo que destacó la importancia de recuperar este producto
de la economía
insular.
Juan
Estárico señaló que después de que el vino hecho por Pedro
Antonio Martín haya
sido el primero majorero en obtener la Denominación de Origen
Islas
Canarias “se escribe
la primera página
en un trabajo con el que vamos a intentar que la isla se
incorpore a los buenos
caldos”.
El
representante de los viticultores, Antonio Sánchez, coincidió
con los
asistentes en que hoy “es un día grande para Fuerteventura
después del
reconocimiento de estas parras centenarias”.
El
acto
fue amadrinado por una de las enólogas más importantes de
España, la extremeña
Isabel Mijares. La especialista en vinos se mostró
“emocionada” de ver en ese
paisaje una parra con estas características y “una cepa que
está diciendo en sí
misma la edad que tiene y a la vez el vigor que es el mejor
presagio de que se
puede tener para pensar que de ahí solo puede salir un buen
vino”.
A su
juicio, ahora solo
queda “el esfuerzo de
los isleños en convertir ese fruto que está tan cerca de la
tierra en ese
líquido que es el vino y que muere tan cerca del corazón del
hombre”.
Mijares, miembro de la Real Academia de Gastronomía y
con galardones como la Medalla
de Oro de la Federación
Española de Enólogos, el Mérite
Agricole del
Gobierno de Francia y el Mérito
Vitivinícola del Gobierno de Chile, apostó por
“hacer vinos que asemejen a Fuerteventura”.
A
través
de la Guía Repsol, este homenaje, en el que ha colaborado el
Patronato de
Turismo majorero y el Sheraton Hotel Fuerteventura, se
publicitará en el
extranjero.