La Comisión de Agricultura, Pesca,
Ganadería y Alimentación del Parlamento de Canarias aprobó hoy una Proposición
No de Ley elaborada por los diputados majoreros del Grupo Nacionalista Canario,
en la que se plantea una revisión del Decreto de Protección de la lapa majorera
para evitar que afecte a los usos y prácticas tradicionales en la costa de Fuerteventura.
La
iniciativa fue defendida por Mario Cabrera, quien explicó que su elaboración
responde a las demandas planteadas por las instituciones y colectivos de la
Isla, durante las reuniones que periódicamente vienen manteniendo los tres
diputados de CC, Nereida Calero, Lola García y el propio Mario Cabrera. Todos
los grupos políticos votaron a favor de la iniciativa, salvo Podemos que se
abstuvo.
El
Gobierno de Canarias publicó el pasado 15 de julio de 2015 el Decreto 161/2015,
de 3 de julio, por el que se aprueba el Plan de Recuperación de la Lapa
Majorera (Patella Candei), dirigido a 'garantizar la supervivencia de esta
especie en un estado de conservación favorable y mitigar las amenazas que
inciden sobre la misma'.
Sin
embargo, “este Decreto ha generado una importante contestación social e
institucional en Fuerteventura, ya que tiene una gran incidencia sobre la
actividad costera tradicional en ciertas zonas de la isla. Por ejemplo, impide la pesca tradicional y el disfrute de
zonas de la costa que abarcan, entre otras, parte del litoral del Parque
Natural del Islote de Lobos, parte de la costa de Sotavento y de la costa del
Parque Natural de Jandía”, señaló Mario Cabrera.
El
acuerdo adoptado hoy en el Parlamento incorpora también los planteamientos
realizados por el PSOE a través de una enmienda a la iniciativa de CC. Se
rechazó una enmienda del PP que proponía una veda total a la lapa majorera (Patella
candei), porque no es necesaria ya que su recolección no está permitida
desde hace más de dos décadas, al tratarse de una especie en peligro de
extinción
Plantea que se ponga en marcha un
proceso de revisión del contenido del Decreto 161/2015, de 3 de julio, por el
que se aprueba el Plan de Recuperación de la Lapa Majorera (Patella Candei),
con el objetivo de intentar conciliarlo con los usos y costumbres tradicionales
en la costa.
También,
que en este proceso se dé participación a las instituciones de Fuerteventura,
así como a los colectivos sociales que puedan estar interesados. Suspender la
aplicación de posibles sanciones derivadas de la aplicación de este Decreto,
hasta que se reelabore el contenido del mismo;
concienciar a la población y divulgar el valor de este recurso natural
endémico de Fuerteventura, como recoge el objetivo 3 del Decreto 161/2015 de 3
de julio.
Tal
y como está redactado actualmente, el mencionado Decreto no sólo protege a la
lapa majorera, sino que establece la prohibición del marisqueo y la pesca con
anzuelo en la costa de todo el Islote de Lobos, excepto desde La Puntilla del
bajo Los Tiñoseros hasta la Baja Barrero.
También
se prohíbe el marisqueo y la pesca recreativa con anzuelo desde la orilla del
Espacio Natural Protegido de Monumento Natural de Cuchillos de Vigán y el
Parque Natural de Jandía. Lo mismo sucede en el tramo litoral que va desde
Tarajalejo hasta Guinijinamar y desde la Punta de Jandía al Roque del Moro.
Mario
Cabrera explicó que “no cuestionamos la necesidad de tomar medias de protección
sobre esta especie, debido a su singularidad y a la grave amenaza que existe
para su supervivencia. Lo que planteamos, en la misma línea que lo hacen las
instituciones de Fuerteventura, es si existe la posibilidad de introducir
algunas medidas que permitan compatibilizar la protección de esta especie con
la accesibilidad a la zona de costa y la práctica de actividades costeras
compatibles”, dijo.
La
lapa majorera (Patella cadei) está recogida en el Catálogo Nacional de Especies
Amenazadas desde 1998
y en el Catálogo de Especies Amenazadas de
Canarias desde 2001,
catalogada en ambos casos como especie en peligro de extinción y por lo tanto no se puede recoletar.
El
resto de variedades de lapas cuentan con una veda anual para su captura, que se
abre únicamente los meses de mayo-junio y octubre-noviembre de cada año, aunque
es imprescindible estar en posesión de la correspondiente autorización de
marisqueo.