La Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de
Fuerteventura ha puesto en servicio a partir de esta semana la nueva área de
descanso de El Puertito de Lobos, que ha supuesto una inversión de 84.000 euros.
Uno de los mayores atractivos de este espacio es su
situación en el pequeño núcleo pesquero de El Puertito, con espectaculares
vistas al bañadero, y en el que los visitantes tendrán la comodidad de
disfrutar un espacio de 160 metros cuadrados acondicionado para el descanso,
con zonas de sombra y también. La zona de descanso se complementa con paneles
informativos sobre los senderos de Lobos y recomendaciones para el cuidado de
su ecosistema. La instalación se completará con máquinas expendedoras de bebidas
y alimentos, y un esqueleto de un cetáceo con paneles informativos sobre sus
características.
El edificio ahora rehabilitado era un antiguo
restaurante que quedó fuera de servicio desde hace varias décadas, por lo que
presentaba un deterioro importante. El Cabildo de Fuerteventura gestionó su
cesión con la propiedad, de cara a prepararlo como área de descanso para los
visitantes.
En el exterior se ha ejecutado un enfoscado rústico
e instalado láminas de madera superpuestas a la pared e integradas con el entorno,
y al mismo tiempo el interior de la zona de visitantes abre su fachada para
facilitar la visión del bañadero de El Puertito. La madera utilizada en el
proyecto procede de pino cultivado, en la línea de respeto al entorno
medioambiental que promueve el Cabildo.
La edificación original es de finales de los años
60, tratándose de una construcción atípica de planta irregular, de una
tipología necesariamente importada al no corresponderse con el resto de la
arquitectura local de la época, pues combina estancias de forma cúbica con
espacios de desarrollo curvilíneo en la zona de servicios.
En su conjunto, la edificación abarca unos 300 m2,
distribuidos en varios volúmenes de los que 170 m2 corresponden a la nueva zona
de descanso. El edificio tiene unos 40 años de antigüedad, y se encontraba
deteriorado tras varias décadas cerrado y tapiado. Entre las patologías quer
hubo que afrontar cabe señalar las relacionadas con la humedad de remonte
capilar, el deterioro de las cubiertas de madera a causa de agentes xilófagos,
así como otros daños en elementos estructurales propios de la corrosión
asociada a la cercanía del mar.
Para ejecutar el proyecto, redactado desde la
Oficina Técnica del Cabildo, ha sido necesario acometer acciones como el
desmontaje y reconstrucción de la cubierta de madera, la reparación de los
soportes de hormigón, y el saneado de toda la fachada disponiendo un revestimiento
con tablero de pino de cantos redondeados y estriado a una cara.
La intervención que realiza el Cabildo de
Fuerteventura respeta la estructura original, aunque sustituye la techumbre por
encontrarse deteriorada. En el exterior se utilizan elementos de madera para
mejorar el conjunto del acabado con materiales nobles como la madera,
favoreciendo la integración de edificio en el paisaje del islote.
Interiormente, se mejora el estado de paredes y suelos.