• El madrileño responde a las expectativas con un concierto al gusto del paladar de sus más exigentes seguidores
• Unas 15.000 personas se dieron cita durante las noches de viernes y sábado en la playa de La Concha para disfrutar de la música
El reggae volvió a triunfar sobre la arena del Fuerteventua en Música (FEM2017). La actuación de Morodo & The Okoumé Lions, que congregó a unas 9.000 personas en la Playa de La Concha, respondió a las expectativas que había creado su primera visita a Fuerteventura con un concierto que recorrió sus grandes éxitos y que reivindicó una vez más el poder de atracción de este género.
Una noche en la que también destacaron los portugueses Kumpania Algazarra, que provocaron más de un esguince de tobillo con su acelerado balkan punk. Así se cerró una 14ª edición en la que fue protagonista la música angoleña y como no, la local.
Bajo la tutela del Cabildo de Fuerteventura, el FEM ha vuelto a cumplir un año más con sus previsiones, concentrando en los dos días de conciertos a cerca de 15.000 personas (6.000 el viernes y unas 9.000 el sábado) en El Cotillo.
Dos noches de música diversa, alejada del mainstream y con clara vocación pedagógica, en la que además de ofrecer las propuestas de artistas ya consolidados, se hace una apuesta por la producción local y por grupos emergentes o desconocidos para el gran público, como Locoplaya o Movits.
El Cabildo de Fuerteventura, a través de su consejería de Cultura, ha hecho de nuevo un gran esfuerzo presentando mejoras en las infraestructuras que hacen del FEM un festival único y diferente, tanto en el diseño de su escenario como en la prestación de los servicios audiovisuales y de producción, a la altura de los mejores del país.
Un extraordinario diseño en el decorado de la carpa, juegos de luces y pantallas de led en el frontal del escenario, y el excelente sonido, obra de la empresa Audiolux, formaron parte también de una oferta bendecida por público y por todos los grupos.
Los conciertos
Compuesto por veteranos músicos de la escena rockera de Gran Tarajal, el grupo Kruger abrió la segunda noche del FEM a base de temazos, auténticos referentes del rock y el punk patrio, versiones incluso mejoradas de algunas de las canciones más coreadas de los últimos 30 años, como Jesucristo García, de Extremoduro, Txus de La Polla Records (algo bíblicos ayer Kruger) o Revuelta en el frenopático, de Kortatu. Porretas o Barricada también estuvieron presentes en su repertorio, lo que provocó una especie de pogo en la arena bastante sui géneris. Bravo por ellos.
The Sordos tomaron el relevo con su rock algo más pulido y refinado, con toques de blues, funk y rock nacional argentino, influencia que arrastra lógicamente su estupendo cantante, Agustín Lapertosa (también bajista y voz), de procedencia argentina. Excelente su guitarra solista, Alejando Manzano, que ofreció todo un repertorio de solos haciendo gala de su virtuosismo. Contundentes a pesar de ser un trío, algo que está en el haber de Carlos Rubio (batería y coros), contaron con el apoyo de un buen número de seguidores. Excelente futuro por delante de esta banda, con un directo rocoso, bien trabajado, transparente.
Una de las gratas sorpresas de este FEM2017 llegó desde Angola. El proyecto de Totó ST (guitarra y voz) ofreció un concierto plagado de diferentes paisajes sonoros, siempre con una raíz africana, pero regada con otros géneros como el funk, el soul o el jazz, y con una base rítmica latina de lujo a cargo del músico cubano Yasmane Santos, soporte principal de su directo. Sorprendió además el virtuosismo de su joven guitarrista, Armando Mario Gomes, de tan solo 20 años, pero con un manejo del instrumento y del escenario portentoso.
Con Kumpania Algazarra se desató la playa. Un concierto a pleno pulmón, con una sección de vientos furiosa, salvaje, que no dio tregua ni un segundo. Una propuesta con base en la música balcánica, que tanto gusta en este festival, y que levantó más polvo y arena que el temporal de viento del día anterior. No hubo tregua durante su actuación, ni para coger impulso. Muchos gemelos se resentirán hoy de tanto bote y tanta carrera. Y se acordarán de estos ocho músicos portugueses que plantaron una pica en El Cotillo.
Y llegó la hora del reggae, del puro, del mestizo, del que tanto gusta en Sudamérica y también, y mucho, en Canarias. Morodo & Okoumé Lions pisaban por primera vez Fuerteventura, y lo hacían con ganas de agradar, de dejar poso. Tras una presentación digna de un divo del soul, Morodo plantó sus reales en el escenario con su particular voz rajada y una banda consistente, con un bajista que marca la pauta y un teclista que suple con garantías la ausencia de vientos. Un concierto redondo, sin fisuras, en el que Morodo se entregó consciente de que era la apuesta principal de un festival que camina hacia los 15 años con una ruta clara.
Elenco Da Paz cerraron de madrugada a golpe de Kuduro, un ritmo tribal que los músicos contemporáneos angoleños han mezclado con gusto y eficacia con la electrónica. En su espectáculo, la música es tan importante como la danza. Acrobacias, excelentes bases rítmicas, una estética militar que impactó para un cierre que sumó más fiesta si cabe. Una grata sorpresa, espectacular y soprendente.
Para más información:
www.festivalfem.com