Fuerteventura.- El vecino de Tefía y paciente crónico Gabriel Capitán denuncia que tras someterse a una operación de médula en Tenerife poco antes de decretarse la pandemia en nuestro país, volvió a Fuerteventura con algún tipo de virus sin concretar.
Tras conocer que el Cabildo de la isla gestionaba la compra de 50.000 test rápidos de PCR, acudió a la clínica Parque para solicitar una prueba. Al no disponer del material necesario, el centro privado derivó al paciente al Hospital General de Fuerteventura donde tampoco tuvo éxito.
Tras varias llamadas y consultas, incluso al teléfono del COVID-19 a nivel nacional, recientemente le comunicaron que la comisión que determina a qué pacientes deben realizarse las pruebas, decidió denegársela.
Capitán no esconde su malestar por “cómo el Cabildo está gestionando la situación” y asegura que el presidente de la primera institución insular está ofreciendo “datos contradictorios” al tiempo que se pregunta: “¿dónde están los 50.000 test que anunció”.
Critica con dureza que no se haya hecho test a todos los colectivos que trabajan “en primera línea” para conocer el alcance real de la pandemia en la isla y que se anuncien medidas sanitarias con cifras “que dan risa”.
También destaca que a pesar del anuncio efectuado por el gobierno insular de agilizar los trámites burocráticos para proceder a pagos de facturas a proveedores y subvenciones, todavía están sin entregar las subvenciones correspondientes a depuradoras familiares que fueron adjudicadas en 2018 porque el presidente del CAAF, Acosta, “no quiere firmar y tienen 150 millones de euros en el banco”.
Cansado, Capitán renuncia a seguir reclamando un test que podría determinar si su organismo ha generado anticuerpos e, incluso, donar plasma para futuros tratamientos.