Fuerteventura.- Las calles de las ciudades se volvieron ayer a llenar de bullicio gracias a la salida de los niñ@s que quisieron conquitar su espacio ataviados con masarillas y guantes.
El final de este confinamiento se empieza a percibir y genera, en parte, ansiedad debido “a toda la necesidad emocional contenida”.
Necesitamos ver, estar con la gente conocida, nos recuerda el teraputa Felipe Morales Perez, “hay cansancio, ganas y miedo a que no sea posible”.
Sensaciones y emociones que compartimos con el terapeuta para hacer más llevadera la situación.