Más de 300 escolares han participado hoy en la capital de Fuerteventura en una actividad que han reflejado todo el trabajo que realizaron durante el curso escolar en el ámbito del Emprendimiento y docentes de treinta centros de toda la isla se han reunido para compartir su trabajo en el fomento de la Convivencia Positiva
Más de 300 escolares de centros de toda la isla han ocupado hoy el espacio público de la capital majorera, para mostrar a la sociedad toda la actividad que han desarrollado durante el curso 2018/2019, con la Feria ‘Enseñar a Emprender’ y la Jornada de Convivencia Positiva.
En la primera de las actividades, el alumnado se distribuyó a lo largo de la calle Primero de Mayo, en Puerto del Rosario, para ‘vender’ el producto de las cooperativas que habían creado. En colaboración con la Fundación Universitaria de Las Palmas y la Fundación General de la Universidad de La Laguna, este proyecto propone a los centros interesados, desde Infantil, hasta Secundaria, una situación de aprendizaje básica, que el profesorado puede ampliar para la creación de sus propias cooperativas, de manera que el alumnado aprenda a emprender de una manera solidaria y coordinada con sus compañeras y compañeros.
Además, las situaciones de aprendizaje que desarrollan los centros cada año se van sumando a un banco de recursos a disposición de la comunidad docente, de manera que cada vez cuenten con más herramientas para desarrollar el espíritu emprendedor en sus centros.
La consejera de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias, Soledad Monzón, llamó la atención sobre la “enorme variedad” de iniciativas que se pudieron ver hoy en la calle Primero de Mayo y llamó la atención sobre “lo mucho que puede sorprendernos cada menor a poca libertad que le demos para dejar volar su mente”. En las calles de Puerto del Rosario, se dieron cita hoy cooperativas de bisutería, menaje de hogar y diseño de camisetas, entre otras áreas “fruto de un trabajo que sitúa al alumnado en el centro de la acción, con la inestimable guía del docente”.
Soledad Monzón realizaba estas valoraciones antes de asistir a la Jornada de Convivencia Positiva que, con el lema ‘Compartimos experiencias, construimos convivencia’, reunió a una treintena de centros educativos de toda la isla en torno a una muestra de las variadas maneras en las que se trabaja para evitar cualquier tipo de conflictividad en los centros escolares y facilitar la inclusión de todo el alumnado y su aceptación sin distinciones entre sus iguales.
Desde un juicio escenificado por el alumnado y una charla sobre Educar en Justicia a cargo de la jueza Margarita Rodríguez, hasta un Rap de Convivencia_, las formas de aplicar una disciplina positiva en los centros o los programas recuperArte y de Alumnado Ayudante, el Centro del Profesorado de Puerto del rosario acogió una intensa mañana de intercambio de experiencias entre docentes, para hacer de los centros escolares unos lugares más amables.
“Los centros educativos están conformados, antes que por las aulas o por la dotación tecnológica, por las personas que constituyen sus comunidades educativas”-según quiso resaltar la consejera, para elogiar cómo “existen tantas maneras diferentes en nuestros centros de trabajar para hacer mejores personas”.
Monzón, destacó la participación de la jueza Margarita Rodríguez para explicar el programa ‘Educar en Justicia’, “que hemos recuperado este curso de la mano del Consejo General del Poder Judicial y que está teniendo una enorme efectividad en el alumnado para afianzar el concepto de justicia y reforzar que cada derecho que tiene el alumnado conlleva también una serie de obligaciones que han de ir juntas”.
Aunque llamó la atención sobre la novedad de este programa, la consejera puso en valor todas las acciones presentadas en la jornada de hoy, porque, según sus palabras, la mejora de la convivencia es un trabajo constante en todos los centros de Canarias “que toda la sociedad debería apreciar mucho más, porque, cuando se produce una agresión, se transmite una imagen de nuestro sistema educativo que no es real”.
“Son muchos más los escolares que trabajan por una mejor convivencia y que llevan un día a día normal, que los conflictos que se dan. Por desgracia, una agresión recibe mucha más atención que una alumna o alumno ayudando a otra” -concluyó Soledad Monzón, antes de agradecer al profesorado su implicación para hacer de sus centros lugares donde se más fácil aprender de las demás personas.