Fuerteventura.- Rabia, tristeza, indignación y agotamiento en la madre y la pareja del joven majorero de 27 años, Lucas Vargas, tras más de un año esperando a que se la haga la valoración de su grado de discapacidad y dependencia, tras sufrir una terrible enfermedad que lo tiene postrado en una cama; sin reconocer a su familia, sin poder hacer nada por sí mismo, con crisis epilépticas.
Cuentan sólo con el apoyo de la Asociación Aderis, que pone sus escasos recursos a disposición de los cuidados profesionales que requiere Lucas. Su madre, Ángela Martín, y la presidenta de Aderis, Mari Carmen Hernández, han estado presentes hoy en La Isla de Las Emociones, que presenta el terapeuta Felipe Morales, para dar a conocer esta situación y denunciarla públicamente, para contar con el apoyo social e institucional de la sociedad majorera.